La «pesadilla» de unos abuelos sevillanos para «abrazar» a sus dos nietas
Tienen reconocido un encuentro con ellas cada quince días en un Punto de Encuentro Familiar, pero ni su propia hija, madre de las dos niñas, ni el padre de una de ellas entregan a las pequeñas de ocho y cuatro años
Manoli y Francisco llevan años viviendo «una pesadilla» . El motivo es la imposibilidad de ver a sus dos nietas . Triana, de cuatro años, y Ana Rocío, que está a punto de cumplir los nueve años. Su único deseo es poder «abrazarlas». ... Para ello acuden cada quince días a un Punto de Encuentro Familiar en la capital para el encuentro con ellas de una hora que les tiene reconocida la Justicia, aunque los padres nunca entregan a las pequeñas.
Ella tiene una tienda de zapatos en Pilas , donde viven, y él trabaja como técnico de ambulancia. Han sido las personas que han criado a su nieta Ana Rocío durante sus primeros cinco años de vida. «Dedicados en cuerpo y alma» , admiten Manoli y Francisco, de 56 y 60 años, a este periódico.
Su hija Lola, madre de las niñas, tuvo a su primera hija con el que era su novio desde hacía nueve años. Ella tenía 24 años . Si bien, a las semanas del nacimiento del bebé la relación se rompió. La última discusión, el detonante, fue por la falta de interés del padre de la niña, quien además no afrontaba los gastos que su cuidado suponía, que asumían los abuelos.
Manoli y Francisco no quieren entrar en los motivos de la ruptura . Entonces, su hija y su nieta se fueron a vivir con ellos a Pilas, donde los abuelos se desvivieron por la pequeña Ana Rocío. Reconocen que su hija se despreocupaba de la pequeña y esa falta de atención es el origen de los desencuentros entre padres e hija. «Hacía sus planes sin contar con quién cuidaba a la niña» , afirma Francisco.
El padre estuvo tres años sin saber nada de ella. Hasta que un día se presentó con un convenio regulador para poder ver a su hija . Manoli y Francisco, durante la conversación con este periódico, repiten una y otra vez el mismo pensamiento: «no entiendo por qué el odio hacia los abuelos».
De la ilusión al sufrimiento
Antes de que Ana Rocío cumpliera los cinco años, la madre conoció a su actual marido, «un hombre magnífico, maravilloso, al menos en los años que hemos tenido trato con él», señalan los abuelos. Era lo que Lola buscaba, un hombre que le diera estabilidad. En 2017 nació Triana . La madre ya vivía con su pareja en Pilas. Pero Ana Rocío seguía con sus abuelos. «Todo era ilusión» , admite Manoli.
Al inicio del curso escolar 2017/2018 las niñas con su madre y su nueva pareja se van a vivir a Alcalá de Guadaíra . De lunes a viernes Ana Rocío estaba con sus padres, pero los fines de semana y vacaciones iba a Pilas con sus abuelos. Así hasta agosto de 2018. La familia con las dos pequeñas se fueron a la playa y quedaron en dejar a la vuelta a Ana Rocío en Pilas con sus abuelos para cenar.
Eso nunca sucedió y ahí comenzó la «pesadilla» de Manoli y Francisco, la consecuencia final de una relación padres e hija que iba de mal en peor y por la que llegaron a sufrir «insultos, malos modos y provocaciones» por parte de Lola.
Desde entonces no han podido ver a sus nietas salvo en contadas ocasiones. Actualmente, la guardia y custodia de Ana Rocío la tiene su padre. Mientras, de la pequeña Triana, sus padres. A la primera no la ven desde hace dos años y medio, y a Triana, desde agosto de 2017, cuando tenía cinco meses de vida.
En manos de la Justicia
El vínculo de Ana Rocío con sus abuelos estaba «fuera de lo normal» porque la han criado por las circunstancias de sus padres, «su despreocupación», apostillan los dos, que aseguran que los padres de Ana Rocío «se odian» y la consecuencia la pagan los abuelos .
A principios de 2019, Manoli y Francisco se pusieron en manos de abogados para conseguir poder ver a sus nietas. Consiguieron un hora con cada una cada quince días en un Punto de Encuentro Familiar de Sevilla . A pesar de existir una resolución judicial que establece este régimen de visitas, su hija Lola no lleva a Triana y el padre de Ana Rocío, muy pocas veces. «Cuando le parece», añaden los abuelos. Además, reprochan a su padre que haya «manipulado» a la niña, que no quiere ni entrar en el centro para ver a sus abuelos cuando la llevan.
Ahora, y de la mano de su letrado Juan de Dios Ramírez, se han vuelto a dirigir al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Alcalá de Guadaíra para que tome medidas contra los progenitores de Ana Rocío y Triana dejen de bloquear las visitas con sus abuelos.
« Confiamos en la Justicia . No es justo lo que estamos viviendo, sólo queremos ver a nuestras nietas. Echamos de menos escuchar de la boca de Ana Rocío 'cuanto te quiero'. La pesadilla va para cuatro años. Nos morimos de pena por abrazarlos».
El abogado, en el último escrito presentado en el juzgado, pide que, de continuar los incumplimientos del régimen de visitas, se inicie procedimiento penal por desobediencia a la autoridad judicial, realización arbitraria del propio derecho y sustracción de menores.
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