Crítica
2,3,4,5… La 'Europa Galante' de Biondi
Biondi sí que la entiende, aportando intensidad y haciéndonos ver su carácter premonitorio, muy singular que Boccherini trajo a toda la música europea
Fabio Biondi: «Tocar la música de Boccherini es como volver a casa»

Música Antigua
- Programa: Música camerística de Boccherini.
- Intérpretes: Europa Galante. Fabio Ravasi, (violín II), Stefano Marcocchi (viola), Alessandro Andriani (violonchelo), Giangiacomo Pinardi (guitarra).
- Concertino y director: Fabio Biondi.
- Lugar: Teatro Turina.
- Fecha: 13/05/2023.
Dúos, tríos, cuartetos, quintetos… de Boccherini. Hablamos de dos músicos italianos, unidos por la dedicación que el violinista de Palermo ha consagrado al violonchelista de Lucca. Numerosos discos y programas completos, como este que nos ocupa, avalan y han mostrado esta admiración, convirtiendo a ... Biondi en una verdadera autoridad a la hora de entender completamente al compositor.
La sintonía entre ambos llega incluso a la casualidad de que ambos se casaran con mujeres españolas en segundas nupcias (en el caso de Boccherini, sería con la hija de su amigo y también violonchelista italiano Domingo Porretti, aunque su hija nació en España, y a la que pusieron de nombre Mª Pilar; de hecho, toda su descendencia sigue viviendo en España). En el caso de Biondi, su unión es con una madrileña a la que conoció en Sevilla, como puntualizaba a nuestro compañero Andrés González-Barba en una entrevista reciente (ABC de Sevilla, 12/05/2023).
El violinista fue introduciéndonos poco a poco en el mundo particular de su estimado compositor, a la vez que iba desplegando a los miembros de su formación sobre el escenario. En primer lugar, haciendo dúo con Ravasi, violín segundo. Sobresalía entre ambos una afinidad poco común, y que se ampliaría a toda la formación, y es la semejanza tímbrica. No sabemos si todos pertenecen a la misma lutería -es difícil, porque Biondi traía un Gennaro Gagliano de Nápoles (1766)- o bien han ido reuniendo diversos instrumentos de sonido afines o los han procurado emparentar mediante semejantes cuerdas, resina, arcos, etc. Es este un sonido no brillante, incluso podría decirse que algo mate, donde sólo las notas más altas destellaban, pero en absoluto aburrido o fastidioso, sino elegante y a lo sumo 'galante', en el mejor de los sentidos. Por otro lado, confesamos que los seis dúos para dos violines de carácter más bien juvenil pudieran parecer no ir más allá del simple ejercicio y sin embargo Biondi consigue desde el principio alcanzar el interés del más descreído, y seguir sugestivamente las gráciles evoluciones de ambos instrumentos.
Es más, pudimos reafirmar esta idea de compacidad al advertir el detalle de tocar este primer dúo, op. 3 nº 1 G.56 de pie, para pasar a sentarse todos en el trío que le seguía. La razón es obvia: mantener esa unidad tímbrica sonando los tres -violín, viola y violonchelo- desde una misma altura. Cuando los oímos dialogar, sí que se notaban diferencias, al menos en este trío, ya que la viola fraseaba de forma algo áspera y el chelo ofrecía un sonido a ratos como apelmazado, no sabemos si por el uso algo exagerado de la resina, tal vez por un arco nuevo (las cerdas estaban mucho más blancas que los demás) o por su forma particular de interpretarlo. El aporte vino sobre todo de la concepción de los movimientos extremos, muy contrastantes, en especial 'Allegro assai' que cerraba el 'Trio'.
Boccherini es autor nada menos que de 91 cuartetos de cuerda, aunque de ellos la mitad se consideran 'pequeños', por estar constituidos por dos movimientos solamente. El Cuarteto de cuerda nº56 en Do menor Op. 41 nº 1 G.214 tenía cuatro, estando enmarcado por unos tiempos de entrada y finalización en 'Prestissimo', con un segundo movimiento en 'Tempo di Minuetto' -con un Trio que recuerda al 'Cujus animam' de su 'Stabat Mater'- tanto como el tercero 'Flebile' con un débito de dos frases metamorfoseadas del 'Andante final' de la misma obra. Junto al virtuosismo de los tiempos extremos, los centrales, sobre todo el 'Flebile' exteriorizaba un lirismo y canto evocador, mérito de los cuatro concurrentes.
El único error destacado fue la colocación para los quintetos que cerraban el programa colocando al guitarrista Giangiacomo Pinardi sobre el arco que se había formado ocupando la 'clave' de dicho arco, es decir, el centro del mismo, y por tanto lo más alejado del público, con lo que su audición se limitó a aquellos momentos en los que el resto apianaba globalmente o permanecía en silencio, con la sola excepción de los rasgueos que procuró hacer lo más acentuadamente posible. Fue una pena, porque perdíamos el verdadero 'color especial' español sobre unas armonías que también potenciaban el deje andaluz; por suerte, Boccherini no dejó el protagonismo sólo a la guitarra, sino que como violonchelista que era reservó la parte más espectacular para el famoso 'Quinteto de cuerda' en Re mayor G.488, sobre titulado 'Fandango', y dentro del mismo destacó el cuarto movimiento, conocido también como 'Fandango', en donde el chelo ha de realizar unos arpegios 'guitarrísticos' en armónicos arriba del mástil, alternando con otros más allá del batedor, es decir, entre este y el puente, proeza al alcance de no todos los chelistas. Y todavía quedó el rasgueado guitarrístico que resultó más creíble en Andriani que en la guitarra de Pinardi. Por un poco este no pisó la feria y seguro que le hubiese pillado el aire. Pero no menos sorprendente es cómo lo calcó Boccherini en un chelo.
Es siempre un placer contar con la Europa Galante (esta vez más 'galante' que nunca) y con Fabio Biondi. Si nos ponemos puristas, tal vez el remate de algunas escalas, de algunas notas sobreagudas, de algunos pequeños pitidos no sonaron todo lo redondos que quisiéramos. Pero sobresale en él su visión grupal, su detallismo extremo, su comprensión (recordemos que su editor tuvo que esperar la muerte del maestro para publicar la 'Música nocturna de las calles de Madrid' porque Boccherini pensaba que «la obra es absolutamente inútil, incluso ridícula, fuera de España, porque el público no puede esperar entender su significado, ni los artistas que la desempeñan cómo debe ser interpretada». Biondi sí que la entiende, aportando intensidad y haciéndonos ver su carácter premonitorio, muy singular que Boccherini trajo a toda la música europea.
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