Música
Amandine Beyer: «Vivaldi tiene un duende peculiar y la fuerza de sus obras resiste el paso del tiempo»
La violinista francesa estará este viernes en Espacio Turina al frente de su grupo, Gli Incogniti, con un programa dedicado a Vivaldi
La violinista Amandine Beyer y la Orquesta Bética y Kiko Veneno, platos fuertes de Espacio Turina en febrero

Amandine Beyer es una de las violinistas principales dentro del repertorio barroco. Esta intérprete lleva una larga carrera tanto en solitario como con su grupo Gli Icogniti, con el que hará un concierto este viernes en Espacio Turina dedicado casi exclusivamente ... a la música de Antonio Vivaldi.
—De nuevo podemos disfrutar de su presencia en Sevilla y con un concierto prácticamente monográfico dedicado a Vivaldi. ¿Qué nos vamos a encontrar en este concierto?
—Es un Vivaldi muy poco conocido. Hay conciertos muy poco tocados, que no están grabados o de los que se han hecho reconstrucciones. A veces pensamos que hemos escuchado todo de Vivaldi, pero escribió una música muy bonita y muchas veces desconocida. Es un músico muy prolífico y mi vida entera no basta para recorrer tanta obra.
—¿Qué atractivo presenta para usted este compositor tras grabar discos de referencia como 'Las cuatro estaciones' y los 'Dobles concertos'?
—Para mí como violinista es un gran placer. Vivaldi es una fuente de energía. Tocar sus obras es como sentir la energía que él ha puesto en sus notas. Es como sentir su espíritu. Vivaldi tiene un duende peculiar. El espíritu, la fuerza y la energía de sus obras son muy especiales y resisten el paso del tiempo. Este miércoles tocábamos en Madrid y la gente salió feliz y con mucha energía. Ese es el duende de Vivaldi. Aparte de amar la pintura, la literatura, el teatro, etc., lo que más me gusta de la música y la razón por la que sigo siendo tan aficionada es por su lado inmaterial. Es un arte muy ecológico. Se presenta, se desarrolla en el tiempo y después se desvanece. Uno se queda con la emoción temporal, pero después eso desaparece.
—Su disco 'Sonatas & Partita' (2011) de Bach fue alabado por el público y la crítica. ¿Qué le debe a este trabajo?
—Es un trabajo que me abrió muchas puertas. Eso pasa cuando un solista aborda ese repertorio. Parece que es una pieza importante y lo es. Es como pasar por una puerta. Una iniciación. Se trata de un repertorio vivo, un lugar de estudio y reflexión para mucha gente. Es como una biblioteca, un lugar de reflexión.
—¿Cómo ha resultado su colaboración con la coreógrafa Anne-Teresa de Keersmaecker de la compañía Rosas a partir del espectáculo 'Partita 2'?
—Siempre ha sido magnífica. El año pasado estuvimos en el Teatro Central, un escenario que me encanta, con 'Les Sonates du Rosaire' de Biber. Había mucha energía. He colaborado ya tres veces con ella y cada vez a más. Con los años, la colaboración con Anne-Terese se hace más interesante y descubro más cosas. A cada teatro al que vamos le imprime sus modales. El año pasado el espectáculo que presentamos llegó a florecer en Sevilla. La creación fue dura por el Covid, pero me sorprendió tanto la acogida del teatro y de su director como del público. Hubo dos noches, pero sobre todo la primera fue muy impactante. Con la danza tengo que trabajar mucho.
—¿Qué cree que su grupo Gli Incogniti aportará al mundo de la música antigua?
—Eso lo dirá el futuro (sonríe). No sé, espero que queden sobre todo nuestras ganas de frescura y de acercamiento al público en una labor de divulgación. Me encanta que ese repertorio conocido y secreto, que puede parecer elitista, se comparta con el máximo número de personas posibles. No me gusta rebajar la calidad de lo que hago, al contrario, siempre soy muy exigente, pero quiero embarcar al máximo número posible de personas en ese camino hacia la belleza.
—Tras venir varias veces a Sevilla, ¿cómo ve el nivel musical en una ciudad que es sede del prestigioso Festival de Música Antigua, uno de los más antiguos en España?
—Y que además cuenta con una orquesta fantástica como es la Orquesta Barroca de Sevilla, con la que he tocado en alguna ocasión. Llegar a Sevilla es sentir el ambiente cultural. Es una ciudad preciosa, se siente muy viva. He actuado muchas veces en el FeMÀS. Admiro a la gente que se está dejando la piel en ese proyecto. Me encanta volver al Espacio Turina, con el que tengo conexiones. Además, está el público. Se nota mucha fuerza. La música es un lujo, pero lo mejor es poderla compartir. Se necesita a veces menos dinero que voluntad política para hacer las cosas. La cultura cuesta, pero los beneficios son inmensos para la sociedad. Casi tantos como los que produce la sanidad. La cultura ayuda mucho a la salud mental.
—¿A quién le debe más en su exitosa carrera?
—Después de tantos años me acuerdo mucho de mi madre, pero también de mis profesores y profesoras. Tuve la suerte de contar con gente excepcional en mi ciudad natal, Aix-en-Provence, y en Marsella. También le debo mucho a Chiara Banchini, que fue mi profesora en la Schola Cantorum Basiliensis. La familia y los profesores me han ayudado mucho. Y también le debo a mis compañeros de grupo. Al final crecemos con ellos al hacer la música. Yo aconsejo a mis estudiantes hacer grupos, tocar con mucha gente, buscar siempre grupos. La música barroca es una música de conjunto.
—Cuando no está preparando un concierto o grabando discos, ¿a qué dedica el tiempo libre?
—Pues me gusta disfrutar de los días libres, como he hecho este jueves en Sevilla. Estoy con mi road manager y el jueves por la tarde decidimos perdernos por Sevilla y dejar a un lado el teléfono. Tener un día sin compromisos y dejarnos llevar por el instinto. Es importante refrescarse. Un día en Sevilla te recarga las pilas totalmente.
Concierto de Gli Incogniti
Cuándo: este viernes a las 20 horas.
Dónde: Espacio Turina.
Entradas: a la venta en el siguiente enlace.
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