crĂtica de mĂşsica
Concentrado 'duelo' de flautas
La Orquesta Barroca de Sevilla ha inaugurado el nuevo curso de la Universidad
Vivica Genaux y Juan Pérez Floristán, entre los más de 140 conciertos de Espacio Turina de Sevilla

Concierto Apertura Universidad de Sevilla Curso 2023/24.
- Programa: 'La fragua de Vulcano'. Alessandro y Domenico Scarlatti, Leo, Quantz, Sarri, Pergolesi y Mancini.
- Intérpretes: Dorothee Oberlinger (flauta dulce) y Rafael Ruibérriz de Torres, (flauta travesera). Solistas de la Orquesta Barroca de Sevilla.
- Concertino y director: Hiro Kurosaki.
- Lugar: Teatro Turina.
- Fecha: 09/10/2023.
Nuevamente autores barrocos napolitanos copan el programa de la Orquesta Barroca de Sevilla, y otra vez vuelven a subyugarnos los cálidos sones de sus grandes músicos, unos más afamados que otros, aunque muchos de estos van camino de alcanzar la fama.
La formaciĂłn hispalense ... se presentaba reducida con las cuerdas a 1, además de continuo, y estuvo liderada por Hiro Kurosaki, quien de nuevo nos dejaba algo desorientados, tanto por su instrumento como por su direcciĂłn. En lo primero, ya en junio pasado aludĂamos a los constantes 'pitidos' de aquel violĂn y ahora hemos de referir el sonido estridente, chirriante, destemplado, que nos originaba esa sensaciĂłn que uno imagina procedente de un instrumento acharolado y refulgente como el que presentaba. Tal vez deberĂa dejarse aconsejar. Aunque no es aspecto menor, sobre todo por su relevancia en un conjunto tan reducido, fue su direcciĂłn vertiginosa la que generaba un efecto de precipitaciĂłn, de aspiraciones circenses, de llamar la atenciĂłn lo que, por otra parte, no parece cuadrar con la humanidad de este austriaco de origen japonĂ©s. Los Scarlatti, hijo y padre, que abrĂan ambas partes del programa, fueron los castigados, si bien fue Alessandro el que sufriĂł aquello de 'la velocidad sin control'. Es verdad que en el segundo movimiento de la Sinfonia avanti la Serenata 'Clori, Dorino e Amore' aparece como 'Presto', pero ÂżquĂ© hubiera ocurrido si llega el autor llega a pedir 'Prestissimo'? Pues que lo tendrĂan que haber hecho a la misma velocidad, porque más rápido no creemos que se pueda. A las cuerdas graves esta premura le cuesta más que a un violĂn, porque las cuerdas son más gruesas, las distancias entre los trastes son más amplias, la tensiĂłn de las cuerdas es mayor o la separaciĂłn de la cuerda y el diapasĂłn tambiĂ©n se alarga, y esto sĂłlo puede hablar de los mĂ©ritos virtuosĂsticos de Ventura Rico; pero, con las prisas, la mĂşsica se habĂa quedado en las partituras.
Entonces ÂżpodrĂamos decir lo mismo de la Oberlinger? Ni hablar. Para los que no la conocieran -que se ve que eran muchos, a tenor de lo que ahora comentaremos- oĂrla en el 'Concerto en Sol M. para flauta de pico, 2 violines y continuo' de Leornardo Leo debiĂł parecerles cosa del diablo. La diferencia con la sinfonĂa de Scarlatti es que ella aporta una gran musicalidad, un fraseo reconocible, una limpidez más que sorprendente para el pequeño instrumento y por el que sus dedos largos y delgados saltaban enfebrecidos sin aturullarse. Resulta verdaderamente increĂble que además mantenga la articulaciĂłn de todas las notas sin los posibles ardides a los que la velocidad extrema pudiera incitar. Por otro lado, podrĂa pensarse que al movimiento lento le hubiese convenido una sonoridad más recortada, pero no olvidemos que ello hubiese conllevado una menor presiĂłn del aire, que a su vez hubiese afectado a la afinaciĂłn.
OĂmos la 'Triosonata para flauta de pico, flauta travesera y continuo en Do M., QV 2:Anh.3' de Quantz al cumplirse los 250 años de su muerte, y para la que contamos con la presencia de Rafael RuibĂ©rriz, muy ligado a su figura. Federico II de Prusia fue un clarividente con Ă©l y lo tuvo siempre en su corte, muy bien pagado, como compositor y profesor del monarca; hoy todavĂa estamos en proceso de recuperar plenamente su figura. RuibĂ©rriz se sintiĂł muy cĂłmodo con la sonata en trĂo desde el inicio. Quantz viviĂł muchos años para la Ă©poca (76), asĂ que bebiĂł el barroco italiano directamente de Vivaldi o Haendel (la estructura de las suyas es similar a la de este), reservando el segundo movimiento para elaboradas fugas; pero fue asimilando con agrado los nuevos aires del estilo galante. Esta sonata es de juventud, pero ya rezuma un gran equilibrio desde los primeros compases, aunque su registro más alto sobresalĂa con frecuencia del de RuibĂ©rriz, por la referida cuestiĂłn organolĂłgica. Sin embargo, hubo momentos de algĂşn que otro desarreglo, nos pareciĂł que especialmente a la hora de repetir una parte, lo que provocĂł una breve confusiĂłn en los solistas, justamente en la enconada fuga 'Alla breve' del segundo movimiento.
Terminaba la primera mitad con un concierto de Sarri, nuevamente para la campeona alemana (su tercer concierto seguido en lo que llevábamos de programa): brillantez, virtuosismo, musicalidad… Agreguemos -aunque podĂamos hacerlo casi en cada movimiento- la participaciĂłn de Mercedes Ruiz aportando la fuerza de su canto e intenso color.
Aplausos a destiempo
Llegábamos asĂ al descanso, asaeteados por los aplausos inmisericordes del distinguido pĂşblico, que al parecer desconocĂa que las obras constaban generalmente de tres o cuatro partes, llamadas movimientos o tiempos, y que sĂłlo se suele aplaudir en el Ăşltimo, es decir, cuando cada obra se ha terminado. Sorpresivamente, en la segunda mitad debieron caer en que aquello estaba claro en el programa de mano y acabaron los aplausos extemporáneos.
Por otro lado, ya en la segunda mitad RuibĂ©rriz estuvo esplĂ©ndido en un 'Concerto para flauta travesera en Sol M., P. 33' de Pergolesi, de proporcionado vigor expresivo tanto en la dulzura del tiempo lento como en el diálogo penetrante y muy camerĂstico con los dos violines (Kurosaki y Rossi) -sin la viola de Elvira MartĂnez, muy bien durante todo el concierto-, sĂłlo que aquĂ la polarizaciĂłn solista/violines más continuo resultĂł fascinante.
Aún este efecto se intensificó más en la obra de Mancini (Francesco), la 'Sonata sesta en Re m. para flauta dulce, 2 violines y continuo', y con Oberlinger como solista, ya que además de la viola se suprimió el contrabajo, y aquà el arte del compositor brilló doblemente, ya que la hermosa música se vivificó en vez de empobrecerse tras la restricción presentada.
Finalmente, ambos solistas concurrieron en la obra que cerraba el concierto con la 'Sinfonia prima di Concerto grosso con due flauti en Fa M., R. 533/1' de Alessandro Scarlatti nuevamente, y aquĂ las flautas se fundieron en una sola por la total connivencia entre ambos solistas y el resto de la orquesta. Por cierto, a la OBS la completaba el habitual y excelente clavecinista de la OBS, Alejandro Casal, y el frecuente invitado, Juan Carlos de MĂşlder, a quien se le pudo oĂr con claridad en diferentes ocasiones, entre ellas participando en la fuga referida, seguramente al estar la orquesta muy reducida y Ă©l situado en primera fila.
Esta funcionalidad es sĂłlo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sĂłlo para suscriptores
Suscribete