cultura
Cristina Gómez Godoy: «Cuesta encontrar en otros directores el gran carisma de Barenboim»
La oboísta jienense toca este miércoles y el jueves con la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla
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Cristina Gómez Godoy (Linares, 1990) es una de las oboístas españolas más destacadas dentro del panorama internacional. Desde hace más de una década forma parte de la prestigiosa Staatskapelle de Berlín, pero también tiene tiempo para regresar a Sevilla para tocar con la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla ... , agrupación de la que formó parte como oboe principal en la temporada 2008-2009. Este miércoles y el jueves interpretará el 'Concierto para oboe y orquesta, en Re mayor' de Richard Strauss, bajo las órdenes del maestro Julio García Vico.
-¿Qué significa para usted tocar con la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla como solista de concierto después de haber sido oboe solista de esta agrupación en la temporada 2008/2009?
-Tengo recuerdos maravillosos de cuando fui primer oboe de la ROSS. Para mí tiene un significado muy especial. Básicamente es como estar en familia aunque hayan pasado muchos años. Es como volver a casa, no sólo por estar en mi tierra, sino por reencontrarme con este grupo de gente. Les tengo mucho respecto a los músicos y a la orquesta. Es muy bonito y cercano.
-¿Cómo ha crecido la ROSS desde que usted estuvo?
-Aún no he ensayado con ellos. Lo haré esta tarde (por el martes por la tarde). Lo que me ha llegado es por redes sociales. Imagino que musicalmente la orquesta ha ido a mejor. Va entrando gente joven y se renueva el grupo. Además, los músicos que yo ya conocía tienen un nivel altísimo.
-No sé si ha seguido de cerca la delicada situación por la que ha pasado la Sinfónica durante la temporada pasada. ¿Espera que una orquesta de esta calidad pueda finalmente resolver sus problemas presupuestarios con las administraciones?
-Estuve al tanto de la crisis y mandé un video de apoyo. Me dio mucha pena escuchar que estaba pasando algo así. Fue triste que no se valorara a la orquesta. En ese aspecto la Sinfónica ha ido hacia abajo. Han conseguido alguna mejora, pero espero que con el paso del tiempo las administraciones sepan valorar más lo que tienen.
-En esta ocasión va a interpretar el 'Concierto para oboe y orquesta' de Richard Strauss. ¿Qué tiene de especial esta obra en un programa dedicado a los 'Cuentos orientales'?
-Cuando leí el título del programa me sorprendió mucho porque pensé que Strauss no pegaba tanto en un programa así. Strauss lo compuso en 1945. Es una obra posterior a las otras dos del programa ('Una noche en el monte pelado' y 'Scherezade') . Es un concierto que tiene que ver mucho con esa época. Había un soldado americano que estaba en Alemania y tocaba el oboe. Si no hubiera sido por ese soldado americano que era oboísta de la Orquesta de Pittsburgh, Strauss no hubiera compuesto esa obra para oboe. El lenguaje que usa en este concierto es más romántico, parece más de su juventud. Recuerda algo a 'El caballero de la rosa'. No es tan transgresor como 'Elektra'. Además, el concierto no está separado por movimientos, ya que los tres movimientos están unidos sin pausas. Eso complica la labor de los oboístas. Nosotros le tenemos miedo por el tema físico, por las respiraciones, porque hay menos pausas. Ya sólo la exposición hasta el primer descanso de oboe es un tramo demasiado largo.
-¿Había tocado anteriormente bajo las órdenes del maestro Julio García Vico?
-Es la primera vez que toco con él. Sé que dirige a destacadas orquestas y que también es asistente en algunos sitios como en Londres o Madrid. Nicola Luisotti, que es de los directores que más tocan en el Real, está dirigiendo ahora 'Aida' en Berlín con la Staatsoper. Julio es asistente de Nicola Luisoti cuando este último dirige en el Teatro Real.
-¿Qué significa para usted el nombre de Daniel Barenboim?
-Significa demasiado. Es un mentor, casi un padre o abuelo musical. Es una persona en la que puedo confiar en todos mis asuntos. Desde que yo tenía 13 años he estado trabajando con él unos 12 o 13 años seguidos. Entré en la Orquesta del West-Eastern Divan y en la Academia Barenboim-Said. He tocado mucha cámara con él. He estado casi veinte años trabajando con él, pero en ningún momento de los ensayos, representaciones, conciertos o como solista ha habido un rato en el que me haya aburrido. Es una persona con un conocimiento muy profundo de todo lo que hace. Es como un libro o una enciclopedia abierta. Tiene un gran carisma. Cuesta encontrar en otros directores ese gran carisma. Me da mucha pena que ahora esté enfermo. Ojalá pueda volver a hacer música con él. Tenemos una gira prevista con él dentro de dos meses con la Staatskapelle en Estados Unidos. Ojalá podamos hacerla juntos.
-Con Barenboim y la Orquesta del Divan grabó precisamente su primer disco con Warner Classics con conciertos para oboe y orquesta de Mozart y este de Strauss. ¿Cómo fue la experiencia?
-Estaba enfermísima cuando hicimos la grabación. Barenboim logró insuflarme una gran energía. Él consiguió durante los dos días de grabación un ambiente muy intenso pero a la vez familiar porque conozco a todos los músicos de la Orquesta del Divan. Es la mejor constelación que me podía imaginar para grabar mi primer disco. Me sentí en familia y Barenboim me apoyó en todo. Nuestras ideas musicales son muy parecidas. Todo fue muy bien. En cuanto al futuro, no hay nada cerrado, pero algún proyecto sí que hay para grabar un nuevo disco.
-Entró en la Staatskapelle como solista de corno inglés, ¿no?
-Entré con 19 años como academista, es decir, como alumna en prácticas. En la orquesta estuve un año de practicante. Al cabo de un año anunciaron una plaza de corno inglés y la gané. Un año y medio después, con 23 años, me hice con la plaza como solista de oboe, que llevo desempeñando ya diez años seguidos.
-También ha formado parte de otras prestigiosas orquestas como la del Festival de Bayreuth de Alemania.
-Eso fue en 2016. La invitación me pilló por sorpresa. Como española piensas que es un festival muy tradicional en Alemania. Para hacer Bayreuth tuve que salir de la gira del Divan de ese año. El maestro Barenboim me animó a tocar, pero me pidió que hiciera con ellos los conciertos más importante del Divan, de modo que ese verano toqué con las dos orquestas. La experiencia en Bayreuth fue muy especial porque se respira Wagner por todas las esquinas, por todos los bosques. El foso no es recto, sino que se inclina hacia abajo en la zona de los vientos. Eso hace que se cree un sonido muy especial pues no se cubre a los cantantes y por otra parte permite que se mezclen todos los instrumentos de la orquesta. Tocar Wagner tantos años con Barenboim fue un buen entrenamiento. Ese verano interpreté 'La valquiria' y 'El oro del Ring', entre otras óperas. No me cierro a tocar de nuevo en Bayreuth.
-Aparte de la música, ¿tiene tiempo para otras cosas como la lectura, ir al cine, ver series de televisión, etc.?
-Es muy difícil porque hago lo que hacen tres personas. Soy solista en la Staatskapelle de Berlín con óperas, conciertos y giras, también soy profesora adjunta en la Universidad de las Artes de Berlín y aparte intento hacer mi carrera como solista lo mejor posible. Cuando vuelvo a mi orquesta tengo que recuperar todo el trabajo que no he hecho con ellos. Me queda muy poco tiempo para mi vida personal, pero he aprendido que hay otras muchas cosas en la vida que hay que experimentar para ser más productivo en tu trabajo. De vez en cuando intento estar con mis amigos. Me gusta hacer deporte. Soy corredora y eso me despeja la mente. Para tocar el oboe hace falta mucha fuerza física y correr me ayuda mucho. Mi único tiempo más tranquilo es a partir de las 22.30 o las 23 horas. Entonces leo un poco o veo alguna serie con mi pareja.
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