entrevista
Javier Ojeda (Danza Invisible): «La finalidad última de la música es ser interpretada en directo»
El artista malagueño es el encargado de clausurar este jueves las Noches Icónicas del Meliá en Sevilla, donde actuará en formato acústico
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El próximo mes de mayo cumplirá 60 tacos, en 2022 celebró 40 años en la música, los mismos que lleva liderando el grupo Danza Invisible, importante referente del pop mediterráneo de los ochenta y noventa, cifras, sin duda, que podrían invitar a pensar que ... Javier Ojeda anda plegando velas. Nada más lejos de la realidad. El malagueño se encuentra en plena forma y con ganas de seguir muchos años en la carretera, porque como él mismo afirma a lo largo de esta entrevista, «los músicos de vocación son músicos toda la vida».
En menos de un año ha publicado dos discos en directo, alternando giras con su grupo de toda la vida y en solitario para no quemarse. Así, su dominio del escenario le ha llevado últimamente a tocar con banda completa, acompañado de un atractivo trío de jazz, con la Orquesta Sinfónica de Málaga o en acústico, formato este último que trae el jueves a Sevilla para clausurar las Noches Icónicas del Meliá.
-Un artista con tanto bagaje como usted, que ha liderado una banda con la trayectoria de Danza Invisible, ¿Cuál es el objetivo de publicar un nuevo álbum? Porque tal y como está la industria está claro que vender discos no es.
-El músico tiene la obligación de ser músico toda su puñetera vida. Yo lo entiendo así. Hay gente que entiende la música como un oficio, y otros que lo entendemos como una vocación, y los del segundo grupo vamos a ser músicos todo el resto de nuestra vida porque en un momento determinado nos vimos tocados por una especie de varita. No sé si queda un poco pretencioso decirlo, pero yo amo la música, la siento, es parte indisoluble de mi vida en todos los sentidos. Si a mí nadie me contrata, pues me dedicaré a tocar gratis para los amigos, porque a mí es lo que me apasiona. Y el hecho de sacar adelante una nueva canción es uno de los instantes de mayor gozo que conozco. A mi edad la experiencia es un grado y te vas conformando un poco con la situación (menos apoyo de las radios, la gente no sigue el camino que tú quieres) y disfrutas de lo que tienes.
-Tanto con Danza Invisible como en solitario ha publicado varios discos en directo, dos de ellos muy recientemente. Un claro ejemplo de que el hábitat natural de Javier Ojeda es el escenario, es donde más luce.
-¡Sin duda! Mira, gustándome muchísimo el tema de la composición y los momentos brillantes que se viven en un estudio de grabación, yo sigo completamente convencido de que la finalidad última de la música es ser interpretada en directo. Para mí el escenario es fundamental. De hecho, me identifico especialmente con los géneros musicales que tienen mucho de desparrame en directo, llámese el soul a lo bestia, la música latina del pasado… Esos momentos de improvisación en los que te sientes como en una fiesta colectiva son una verdadera maravilla.
-Le va el rollo jam session.
-Sí, aunque inconscientemente mucha gente le da una carga de coñazo a este concepto, pero sí. A eso me refiero. Pienso que las canciones tienen una vida propia que puede ser variable según el día, según la noche y el público. Y así debe ser.
-Y ese gusto por la improvisación lo aplica luego a su propuesta artística, mostrando un gran dominio de los tempos de un concierto.
-¡Joder! Eso por supuesto. Otra cosa no, pero en eso tengo bastante experiencia. Queda feo decirlo, pero creo que soy bastante bueno a la hora de hacer que una canción se alargue, de modificar la estructura según la circunstancia.
-En diferentes ocasiones ha mencionado que si por usted fuera y dispusiese de presupuesto suficiente siempre tocaría con una big band. Sin embargo, ahora llega a Sevilla con un formato acústico. ¿Qué aspectos cambian en su repertorio y en su concepto musical?
-Es verdad. Pero eso no quiere decir que no me gusten otros formatos. Esto es muy fácil, en el acústico tienes que convertirlo todo mucho más íntimo en todos los sentidos. ¿Diferencias? En el formato acústico tiro mucho de charla, cuento muchas anécdotas de tal y cual canción, digamos que hago un poco un papel de comunicador. Considero que esta faceta la desarrollo bastante bien y, sin embargo, la he tenido oculta hasta para mí mismo hasta el cambio de siglo. En el acústico también es muy importante escoger el recinto en el que se interpreta, nunca hagas un concierto acústico en una feria, en una caseta, porque eso es un desastre, lo digo por experiencia propia. La gente no está para eso en una feria. En cambio, en un teatro pequeñito, en un salón de actos, ahí sí pega. Con lo que me estoy imaginando del Meliá, que me parece que es solo para unas cien personas, tiene toda la pinta de que el lugar está perfectamente adecuado para el acústico, y además el público sabe lo que va a ver. Traigo un repertorio diseñado especialmente para este show.
-¿Cuántos músicos trae a Sevilla?
Vengo con dos: un teclista, que también toca la acústica, y un guitarra eléctrico, y ambos hacen coros. La verdad es que queda guay porque tenemos unas armonías vocales muy interesantes en varias canciones.
Concierto de Javier Ojeda en Sevilla
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Dónde: Noches Icónicas del Meliá.
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Dirección: Hotel Meliá Sevilla, calle Dr. Pedro de Castro, 1.
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Cuándo: jueves 26 de octubre.
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Horario: apertura y cóctel a las 21.00 horas, concierto a las 21.30.
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Precio: 25 euros.
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Entradas: iconicafest.com
-Su último disco, el recopilatorio en directo publicado en junio, lo ha titulado 'Más de 2.000 noches sin dormir', en alusión al número de shows que ha dado a lo largo de su carrera. ¿Tanta intensidad supone un concierto para un artista?
-Si añado las veces que me he subido para colaboraciones, duetos y demás, seguro que ando ya por más de 3.000, eso seguro. Las noches de concierto para mí son de pura excitación. No es que esté insomne, pero te aseguro que después de los shows siempre duermo mucho menos de lo normal por las circunstancias que sean.
-Un eufemismo muy elegante para decir que luego te pegas la fiesta…
-(Risas) ¡Claro!
-Pero supongo que eso, en el umbral de los sesenta años, ya habrá cambiado, ¿no?
-Ojo, acabo de hacerme 10 km corriendo. Yo combino ambos modos (risas). Bromas aparte, aquello de acostarme a las seis o siete de la mañana ya queda muy lejos, pero vamos a las tres o las cuatro, sí. Todo es ponerse. Yo no tengo resaca, tengo post fiesta. Y creo que es porque toda mi vida he hecho mucho deporte. Digamos que tengo mucho aguante al desfase. Aparte, por supuesto, que me sé moderar. Sé cuándo me estoy poniendo impresentable.
-Si no estoy mal informado, para 2024 tiene previsto sacar material nuevo con Danza Invisible.
-Esa era la idea, pero al final no va a ser así. Para hacer un disco de grupo todo el mundo tiene que ir en la misma dirección, una voluntad colectiva de trabajar en un nuevo disco, y eso ahora mismo no se ha producido en Danza Invisible. Que conste que en absoluto nos llevamos mal, pero no siempre cuadran las cosas.
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