entrevista
El Langui: «Me pone de los nervios ver cómo hay muchísima gente que se aprovecha injustamente de las ayudas sociales»
El polifacético artista actúa este sábado 3 de febrero en la Sala Malandar, donde ofrecerá un espectáculo íntimo en el que repasará los temas de 'Espasticidad', su último disco, y los más importantes de su carrera
«Si de pequeño me lo hubieran dado todo hecho, ahora sería una persona mucho más dependiente»
El Día de la Marmota ofrece gratis más de 16 horas de música en directo en Sevilla
-R6mOhvacQgmngz9IVCFO04O-1200x840@abc.jpeg)
Juan Manuel Montilla 'El Langui' (Madrid, 1980) no es amigo de los eufemismos y las medias tintas. Sabe de sobra de lo que va la vida y conoce el camino más corto hacia la verdad. El rapero y actor lo demuestra en su ... último disco en solitario (anteriormente lideró la banda La Excepción), el brillante 'Espasticidad' (el nombre de la dura sintomatología que lleva acompañándole toda la vida), donde desde su habitual filosofía de superación se expresa con más realismo y crudeza que nunca.
Piensa y habla como compone y canta… o viceversa. Porque a lo largo de esta entrevista, realizada con motivo de su concierto del próximo sábado 3 de febrero en la Sala Malandar, el ídolo del humilde barrio de Pan Bendito y referente de miles de personas por su carisma y capacidad de superación se muestra igual de sincero y explícito que en las pegadizas rimas de sus canciones. Se rebela contra las injusticias con la misma vehemencia y rotundidad que lo hace contra las mentiras, aunque a veces se pase de frenada, como él mismo reconoce.
¿Cómo define el concierto que dará este sábado en la sala Malandar? Tengo entendido que se trata de una propuesta muy distinta a la que estila habitualmente.
Será un concierto diferente a lo que suelo hacer en los macro festivales y demás espacios abiertos. Aunque normalmente llevo muchos músicos en el escenario, en este caso se trata de un show mucho más íntimo, un ten con ten con el público, en el que yo estoy delante, con mi set, con mis letras, acompañado por un DJ y en el que damos mucha rienda suelta a la improvisación. Igual canto un tema, que cuento una anécdota o explico el origen de una canción, y de repente el público salta con algo y enlazamos con otro chascarrillo.
Supongo que al ser un artista tan polifacético tendrá la agenda bastante ocupada. ¿Cómo se presenta 2024?
Pues como siempre, trabajando a tope. Además de los conciertos que voy cerrando poco a poco, estoy muy implicado con Pan Bendito Record, el sello que abrimos recientemente para sacar mi disco 'Espasticidad' y para el que estamos firmando nuevos artistas. Ahora acabamos de cerrar a un chico que se llama A93, un gitano de Barcelona que ha sacado una canción que ha pegado un poco, 'Ford Transi'. Estamos grabando sus temas para lanzarlos este año. Además, estamos preparando canciones para La Excepción, con motivo de nuestro aniversario.
Además, a su vertiente musical hay sumarle la de actor, en la que también cuenta con varios proyectos.
¡Sí, por supuesto! Hace poco estuve rodando una comedia familiar que protagonizamos Leo Hardem y yo junto con cinco niños. Se trata de una película para Atres Media y Netflix que se llama 'La familia Benetón'. Y ahora empiezo a rodar otra vez, en esta ocasión con Dani Rovira para una película que se titulará 'Cuerpo escombro'. Ya te digo que no paro.
-'Espasticidad', su último disco, es un trabajo bastante especial, de una crudeza y una sinceridad que por momentos puede llegar a ser incluso hiriente. Canciones como la que abre el álbum y le da nombre son de una crudeza abrumadora. Es poco menos que un drama real musicado. No sé si tiene más datos que yo al respecto, pero es la primera canción que conozco en la que se describe una enfermedad con tanto realismo, tan explícitamente, sin paños calientes.
Tampoco es que haya hurgado mucho más en canciones que describan una sintomatología, pero si hay, son muy pocas. Yo tenía muchas ganas de hacerla, quería que el eje principal del disco fuera la 'Espasticidad' para así darle también esa visibilidad a eso que cuando alguien ve por la calle a una persona con este problema, una persona con parálisis cerebral o le ha dado un ictus y se le ha paralizado la parte izquierda o la derecha, desconoce por completo lo que le ocurre. Y también quería darle ese contrapunto social y demostrar que la sociedad está rígida, espástica.
-A pesar de la dureza de la canción, no deja de tener esa perspectiva tan Langui: «Los límites los pondré yo, buscaré mis mañas para protagonizar hazañas, de mayor o menor, pero no seré solo espectador».
Así es, quería que la canción también tuviese ese punto esperanzador, que representase esa lucha y el optimismo. Yo no quiero ser uno más, yo no quiero visualizar todo el rato historias de las que me cuentan los demás en Tik Tok o Instagram, yo quiero protagonizar las mías. Quiero ser el protagonista de mis propias historias.
-A lo largo del disco, al menos así lo percibo yo, se denuncia una alarmante falta de empatía. ¿Cree que esa carencia está entre los mayores problemas de la sociedad actual?
¡Claro! Si la sociedad fuese más empática no ocurrirían muchas de las cosas que pasan. Nos uniríamos mucho más, haríamos más piña para cambiar ciertas situaciones que no nos gustan. En general somos poco empáticos. Al principio sí, pero como nos perjudique a nosotros un poquito cambiamos la actitud. Sobre todo, esa empatía se echa en falta cuando se trata de ponerse en el lugar de minorías, de colectivos más vulnerables, etc. Parece que el problema nos tiene que ocurrir en primera persona o que afecte a muchísima gente para que se revolucione el graderío y vayamos todos a una, los medios de comunicación se pongan a tope con un tema, etc. Pero si afecta solo a minorías más pequeñas no pasa nada, que les den por culo.
-En el libro 16 escalones contaba en primera persona cómo de pequeño su madre le ponía el Nesquik en un lugar alto de la cocina para que tuviera que esforzarse para alcanzarlo. ¿Cree que esta educación del esfuerzo y la superación ha hecho que sea como es?
Claro que sí. Al final la forma que tienen de educarte, los valores que te han dando y cómo te lo han ido poniendo es lo que te va moldeando como persona, va influyendo en tu personalidad y tu forma de actuar. Si a mí me lo hubiesen dado todo hecho y mis padres hubieran bajado la guardia a la hora de mi infancia y preadolescencia, tengo clarísimo que yo sería una persona mucho más dependiente y mi carácter y valores serían muy diferentes.
-'No hago más ná', la versión que hace junto a Diego el Cigala del tema del Gran Combo de Puerto Rico, usted mismo lo ha definido como «un toque de atención a cierta sociedad costumbrista que prefiere no hacer nada y conformarse con una ayuda social». Poca gente se atreve a hablar tan claro de este tema.
Hay tanto debate y tanta política que al hacerlo uno corre el riesgo de que en cierto modo se pueda tergiversar todo. Pero sí, es una versión de un tema de hace 60 o 70 años que tenía un tinte crítico hacia la sociedad de Puerto Rico de aquel momento: «Me meneo poco, que lo hagan los demás por mí. Yo con la paguita tengo suficiente». Por supuesto, partiendo siempre de la base de que las ayudas están para eso, para ayudar al que lo necesite, porque no hay duda de que todo el mundo no pasa por las mismas circunstancias.
-Entiendo que se refiere a que hay que gente que se aprovecha.
Exacto. Ves a personas a las que esa ayuda les hace el mes mucho más favorable, pero los ves intentando salir adelante, currándoselo y complementando. Por supuesto que esas situaciones en las que las personas no pueden tirar para adelante hay que ayudarlas, no las podemos dejar ahí tiradas, sin comida, sin luz. Para eso están los impuestos que pagamos. Hay que ser empáticos y ayudar. Sin embargo, hay una parte importante de la sociedad que hace mal uso de esa ayuda, de esa paga. Ves a gente que dices: «¡Tío! Que tienes a tu vecino con cuatro hijos, que no da para más, que él y su mujer están dejándose el alma y no pueden hacer más; y estás tu enfrente, que tienes 30 o 40 años, que vives con tus viejos, que solo quieres tu paga y tu ayuda, que te has bajado al parque a las 12 del mediodía para apretarte un par de canutos y estás a las dos y media subiendo y exigiendo a tu madre el plato de comida caliente. A las cinco te bajas a pasar otro ratito al parque para volver a tocarte el manubrio y hablar sandeces».
-Vaya panorama...
¡A ese le estamos endiñando todos los meses 400 o 500 pavos, tío! ¡Y cuidado si no le das la paga! Da mucho coraje por esa gente que sí lo está pasando chungo de verdad y recibe su ayuda con toda la razón del mundo. Gente mayor, los alquileres por las nubes, los trabajos mal pagados. Las políticas sociales son muy importantes, independientemente del partido que sea, me da igual izquierda o derecha.
-Pocos artistas hablan tan claro acerca de este asunto.
Es que me pone un poco de los nervios ver cómo hay muchísima gente que se aprovecha injustamente de las ayudas sociales. Como es un tema tan político, hay que tener cuidado con cómo se expone. Kase O también tuvo un problema por algo que dijo similar. Yo me rebelo porque nunca he recibido una paga pese a ser discapacitado.
-U57011847430VNl-170x170@abc.jpeg)
«Lo que dije de Omar Montes fue un reflejo de lo que me llega por mis vecinos del barrio. Él no es de Pan Bendito, allí nos conocemos todos. Por eso dije que mentía».
Langui
Músico y actor
-En 'Vuelta a empezar', tema también incluido en el álbum 'Espasticidad', afirma que ahora todo el mundo quiere ser de barrio, que es algo que supone una suerte de punto extra para los artistas actuales. En este sentido, usted tuvo un cruce de declaraciones con Omar Montes, al que tildó de mentiroso por decir que era de Pan Bendito, su barrio. ¿En qué ha quedado este tema? Creo que incluso le ofreció hacer un tema juntos.
En nada. Es cierto que me propuso hacer una canción. Le vi hace poco y me lo volvió a decir, pero a día de hoy no está en mis planes. De todos modos, creo que ese día no estuve fresco a la hora de la entrevista y entré como un torito. Pero bueno, más allá de todo, lo que dije es un reflejo de lo que me llega de los vecinos cuando paso por el barrio. Pan Bendito son cuatro calles y quince bloques, no hay más. Y nos conocemos todos. Le conocemos, sabemos dónde ha vivido, en General Ricardo, en el barrio de Las Palmeras, entonces ¿por qué decir que eres de Pan Bendito? No lo entiendo, solo dije eso.
-Por su afán de superación, su fuerza de voluntad y su carisma está claro que es un referente para mucha gente. ¿Cómo se lleva ese rol? ¿Es un orgullo, una responsabilidad?
Por supuesto que es una responsabilidad. Antes, cuando tenía veintipocos años, acababa de llegar a la industria y empezaba a ocupar el espacio que había conseguido en la sociedad, en el mundo del espectáculo, era un crío y era mucho más impulsivo, me exponía constantemente. Ahora tengo 44 años y llevo más de 20 en la industria, y eso hace que la responsabilidad la sienta de otra forma, de un modo que invita a no hacer cosas, a pensármelo dos veces, a reflexionar acerca de que si digo algo puede tener una repercusión. Dicho esto, por supuesto que ser un referente es un orgullo. Es muy gratificante ir por la calle y que te reconozcan con tanto aprecio por tu trabajo y por lo que representas. Siento el respeto y la admiración, y eso da mucho calor y arrope.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete