crítica de música
Música y juicios
La soprano Ángeles Blancas actúa en Espacio Turina junto al pianista Tomasso Cogato
Viola 'da gamba' vs violonchelo

'Lied en Turina'
- Programa: Obras de Ravel, Debussy, Rachmaninov, Komita y Say.
- Intérpretes: Ángeles Blancas, soprano. Tomasso Cogato, piano.
- Lugar: Teatro Turina.
- Fecha: 04/11/2023.
Volvía Blancas a Sevilla con un recital que, como decía un amigo entusiasmado antes de empezar, esto no se ve en ningún sitio. Y es verdad. La cantante se ha visto atraída desde hace años por el repertorio del siglo XX, y aunque ... los autores del programa son mayoritariamente conocidos -excepto Komitas-, pero lo son en un repertorio que no es el de la canción.
Por otro lado, y acaso por el repertorio que frecuenta o porque los años pueden producir ese efecto, nos parece que su voz se ha ido ensanchando, agrandando y dramatizando, desde aquella 'Hija del regimiento' que le vimos en Córdoba en el 95 hasta el concierto de ayer. Pero también puede que haya ido adecuando este repertorio no sólo a su gusto, a un estilo en el que se siente cómoda, sino también al que mejor se le puede adecuar las condiciones actuales de su voz.
A pesar de la diversidad de los autores, casi todos poseían caracteres comunes, en los que primaba un patetismo, implícito o explícito, y sobre todo un predominio de la zona alta de su registros, en los agudos más contumaces, mientras que reservaba a lo imprescindible el 'pasaje' o directamente los graves. El motivo pudiera ser que en estas zonas se le nota mucho el desequilibrio de su voz y la necesidad de recurrir al engolamiento en su canto, mientras que arriba, y en 'forte', no se nota tanto, y además se instala en un hermoso canto de carácter wagneriano, straussiano o janaceckiana (ya que de novias se hablaba en las 'Cinq mélodies populaires grecques' como en su aplaudida 'Jenůfa' aquí mismo, en el Maestranza) donde pareciera que el tiempo no ha hecho mella.
A su lado, Tomasso Cogato la seguía en una posición de 'fuerza', con los codos levantados por la elevada banqueta y las fauces del piano de cola completamente abiertas, y un pedal de fuerza que 'sumara' para estar preparado ante la vorágine de poderío vocal de la soprano. Pudimos oírlo 'a solo' en el 'Étude-Tableau op.33 nº 7' de Rachmaninov dando muestras de un condición de solista, como ya lo oímos hace poco en la 'Carmen' de la Casa-Palacio de Dueñas.
Tras las 'Proses lyriques' de Debussy, las '5 romanzas op. 4' de Rachmaninov y las cuatro canciones de Komitas, Blancas se dirigió al respetable, e imaginamos -como se hacía hasta hace poco- que sería para darle las gracias al escaso público por su asistencia en una tarde lluviosa, fría y sobre todo ventosa. Pero no, fue para dirigirle, sin venir a cuento con el programa, una soflama poético-política sobre la 'violencia del hombre', al que preguntaba hasta cuándo las violaciones, o cuándo el sexo será maravillosamente sexo (?); hasta cuándo fuegos en el bosque o peces se enredados en los plásticos (se ve que sólo los hombres tiran el plástico al mar o fuman sin apagar bien colillas o barbacoas), relegando a la mujer al papel de sufrida víctima pasiva. La entrevistamos hace años (2001), y nos dio la impresión de que no había hombre en el mundo que se atreviera a contrariarla o que pareciera tener siquiera la intención, así que es de suponer que habla a partir de la tipificación torticera y maniquea de hombres y mujeres que se hace hoy en gran parte de los medios de comunicación.
Tras la vehemente perorata en un tono de fin de campaña electoral, dejó a Cogato tocando un tema del pianista clásico Fazil Say, 'Black Earth,' un tema largo y repetitivo, con el único hallazgo de un pequeño motivo asordinado por los dedos del intérprete, que resultaba al oído afín a algún instrumento japonés o incluso hecho con algún sintetizador. Pero un efecto repetido una y otra vez cansa como quien repite sin miramiento la misma gracia. Luego ella volvió a que la aplaudieran y lo consiguió, con un público en pie (también los caballeros) y entusiasmado. Nos resignamos, claro, pero prometemos no esperar en otra ocasión a marcharnos si se nos criminaliza por el mero hecho de ser hombres.
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