entrevista
Niña Pastori: «El flamenco es una música difícil de interpretar, transmitir por soleá o por seguirilla es muy complicado»
La artista gaditana presenta este sábado su disco 'Camino' en Fibes Sevilla, el mismo lugar donde hace un mes obtuvo un Grammy Latino precisamente por este álbum
Niña Pastori, feliz con los Latin Grammy en Sevilla
Con las 3.200 entradas que conforman el aforo completo del auditorio Fibes agotadas desde hace meses, Niña Pastori (San Fernando, 1978) regresa esta noche a Sevilla en una de las últimas paradas de la gira española de su exitoso disco 'Camino ... '. De este modo, la artista gaditana, que se ha labrado una de las carreras más sólidas que ha dado la música española en el presente siglo, regresa al mismo recinto apenas un mes después de obtener su quinto Grammy Latino a mejor disco flamenco precisamente por 'Camino'.
En la gala de dichos premios, Niña Pastori dejó una sentencia que desde ya forma parte de la historia del flamenco, tanto por el foro en el que lo dijo, delante de millones de espectadores de medio mundo, como por la hondura del mensaje: «El flamenco no es una música de mayorías, pero sí de categoría».
Su talento, capaz de convertirla en contemporánea sin dejar de ser flamenca, le ha granjeado unos números de gran estrella, con más de dos millones de discos vendidos, quince giras y un palmarés envidiable de premios: los cinco Grammy Latinos ya citados y discos de Oro y Platino, logrados a ambos lados del Atlántico.
-Gana en Sevilla su quinto Grammy Latino y ahora conciertazo en Fibes con todo vendido desde hace meses. Entiendo que es un broche de oro para un año para enmarcar en lo profesional.
-Totalmente. Cosas bonitas y buenas nos han pasado este año, desde luego que sí. Hemos trabajado un montón, a la gente el disco le ha encantado, ha funcionado súper bien, que al final es de lo que se trata, además a pesar de lo complicado que está todo. También poder hacer los Grammys en Sevilla ha sido algo precioso, celebrar aquí el Día Internacional del Flamenco, etc.
-Ha conseguido estar a la altura y revalidar con esta dinámica tan buena. Y eso que el listón estaba alto después del éxito que supuso la celebración de sus 25 años de carrera con un triple disco y una gira por todo lo alto.
-Hubo un punto de inflexión con el disco 'Bajo tus alas', que fue muy bien, luego 'Realmente volando', en el Teatro Real con los compañeros, luego el 25 aniversario que has comentado. Es verdad que después de todo esto sacar el disco 'Camino' y que a la gente le gustara no era nada fácil. Pero es verdad que ha sido un trabajo y un repertorio muy cuidado, y al final la gente percibe que intentamos siempre dar lo mejor de uno mismo.
-Usted ya tiene cinco Grammy Latino. ¿Qué supone para una artista flamenca conseguir este reconocimiento? ¿Se le abren nuevos caminos en Latinoamérica, por ejemplo?
-El Grammy es lo más bonito que te puede pasar en la música, porque es el premio que te dan los compañeros de profesión, es el más nuestro. Para mí es la guinda del pastel. Pienso, que los reconocimientos siempre nos van a favorecer, pero realmente las puertas se las abre uno con la constancia de muchos años, con el trabajo del día a día, dándolo todo en cada concierto y en cada disco. Y, por supuesto, sin pensar nunca que está todo hecho, siempre trabajando para mejorar.
-«El flamenco no es una música de mayorías, pero sí de categoría». Esa frase ya forma parte de la historia del flamenco. Sentó cátedra en la gala.
-Muchas gracias. Es verdad que mucha gente me ha felicitado por lo que dije. Me puse nerviosa y me salió del alma. Sinceramente, sentí que hablaba yo pero que lo hacía en nombre de todos los flamencos. Cuando en el vídeo previo vi a Enrique Morente y a todos los artistas que aparecieron me emocioné. Siento muy de cerca el esfuerzo que ha hecho mucha gente, que a lo mejor han sido personas analfabetas, que no han tenido en la vida oportunidad de leer y escribir, pero han hecho tanto por el flamenco y han entregado tanto, y han hecho los cantes, los bailes o el toque tan bonito, que yo hablaba a través de toda esa gente, con la que yo me he criado. Yo quería nombrar a muchos, pero tampoco me quería extender demasiado. Además, realmente siento lo que dije, porque el flamenco es una música muy compleja y difícil de interpretar. Transmitir por soleá o por seriguillas es realmente complicado. Somos de minorías porque nos comparan con otros géneros y estilos y no llegamos en reproducciones y ese tipo de historias, pero a nivel musical el flamenco es muy grande.
-Finalmente se lo llevó usted, pero en las quinielas también aparecía con fuerza el nombre de Israel Fernández.
Antes de la gala le dije a mis hijos lo mismo que siempre me ha dicho mi padre: «Si no te dan el premio, aplaude al que se lo den». Si hubiese ganado Israel también me habría alegrado muchísimo. Él estuvo súper cariñoso en la entrevista posterior y cuando me vio lo festejó conmigo casi como si lo hubiese ganado él, me dijo súper feliz: '¡María, hay que emborracharse para celebrar esto!' (risas). Un gran compañero.
-Lleva muchos años actuando en Sevilla, una ciudad que siempre le ha mostrado su cariño y respeto. Pero es verdad que en las últimas giras está siendo una auténtica locura. Cada vez se agotan antes las entradas para sus conciertos. ¿Se plantea hacer algún día un aforo más grande?
-Desde mis inicios, como todos los artistas, he tenido ciudades en las que he funcionado genial, Málaga y su provincia, por ejemplo, Cataluña, Madrid. Y Sevilla, por su parte, siempre ha sido una ciudad en la que me he sentido a gusto, pero el público ha ido creciendo poco a poco, y no ha dejado de crecer. Es verdad que los últimos conciertos están siendo una locura. La gente está muy entregada desde el principio, con predisposición a disfrutar desde que llega al auditorio, y eso es muy bonito. A mí eso me transmite muchísima fuerza y energía. Lo de optar por aforos más grandes habrá que planteárselo más adelante.
Concierto de Niña Pastori en Sevilla
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Dónde: Auditorio Fibes.
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Dirección: Alcalde Luis Uruñuela, 1.
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Cuándo: sábado 16 de diciembre.
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Horario: 21.00 horas.
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Entradas: agotadas.
-Podía haber llenado perfectamente tres o cuatro veces Fibes.
-Venimos de un género, el flamenco, en el que nos gusta sentirnos arropados. Por eso nunca he tenido como objetivo hacer algo a lo grande en cuanto a aforo, prefiero un tipo de concierto en el que la gente disfrute, en el que la acústica sea buena. Mi ambición se centra en hacer cosas bonitas.
-En un mundo tan cerrado como el flamenco, en el que cualquier vanguardia se critica, ¿cómo se consigue convencer a los puristas y a los nuevos aficionados? Porque usted siempre tuvo un punto transgresor, desde sus inicios hace ya 27 años.
-A base de hacer las cosas con cariño, respeto y muchas ganas. Esa fórmula puede con todo. También tuve mis críticas, pero es lógico y respetable. El flamenco hay que cuidarlo y entiendo que los puristas tengan ese punto y ese temor de perderlo.
-En primavera actuará en Nueva York, Washington, Miami y Orlando. ¿Qué concepto tienen en Estados Unidos del flamenco?
-Será mi primera vez, así que tampoco te sé decir cómo está aquella gente (risas).
-Miami es muy latino, pero ir a cantar flamenco a Washington…
-Suena más duro, ¿verdad? (risas) Seguro que también hay buenos aficionados. Ya hay afición por cualquier tipo de música en cualquier lugar del mundo, eso lo tengo claro.
-¿Cómo se presenta el 2024?
-En enero tengo una cosita en Francia y otra en Barcelona, y en marzo ya nos vamos para Estados Unidos. Pronto saldrán más fechas y haremos México y otros países de Latinoamérica. Cerraremos aquí en España con más conciertos. Para empezar el próximo disco en 2025.
-O sea, que de tomarse un año sabático como hacen otros artistas nada de nada.
De momento no, porque está todo yendo muy bien, me veo con fuerza y con ganas y hay que seguir haciendo camino.
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