CRÍTICA DE MÚSICA
Tiempo de tormentas
La vuelta a la música más borrascosa nos llegó con el tema único que da vida al 'Presto'

Música Antigua. Programa: '… ¡y yo más fuerte que todos!'. Obras de Kraus y Haydn. Intérpretes: Orquesta Barroca de Sevilla. Director: Enrico Onofri. Lugar: Teatro Turina. Fecha: 27/05/2023.*****
Así reza el clásico jazzístico. Pero aquí llegábamos al cierre ... de la temporada de la OBS con un concierto extraordinario, como parecían haber intuido los abonados y afines de la Barroca que llenaron completamente el aforo del Turina. No podemos distanciar esto del hecho de que volviera a su podio su director más emblemático, el más cercano a ella, como reza en la dedicatoria del último CD de la OBS, que nos presentaban en esta despedida: «al nostro caro Enrico Onofri». Naturalmente, no nos ha dado tiempo a oírlo, pero sí nos advertía Ventura Rico que lo componen grabaciones de solistas de la misma orquesta, en lo que ha sido -y va a seguir siendo- su planteamiento musical en adelante (se consigna en su portada 'VOL. 1').
El programa de este último concierto de abono presentaba una disposición semejante en ambas mitades, al contar con una obertura y una sinfonía de dos compositores distintos en casi todo: el primero es casi desconocido en la actualidad, Josep Martin Kraus, y el otro es uno de los grandes representantes del clasicismo, Franz Joseph Haydn. De alguna manera nos hacía ver la OBS con tal distribución lo que ha sido su trazado de la temporada: aunar compositores poco conocidos, que aportan frescura y atractivo a los conciertos -y actualidad- que han convivido con autores consagrados, en este caso como 'relectura' de Haydn.
Nos metíamos así en el clasicismo, que con la obertura de Kraus anticipaba el romanticismo, a través de esa verdadera carga 'tormentosa' e 'impetuosa' con que comenzaba el concierto. Aunque nacido en el centro de Alemania (Miltenburg am Main), pasó por Mannheim y Gottinga, donde se relacionó con círculos cercanos al 'Sturm und Drang', para terminar finalmente en la corte de Estocolmo, donde reinaba Gustavo III (que Verdi haría famoso en su 'Baile de máscaras'), tras el asesinato del cual moriría él unos meses después, con tan sólo 36 años. Es este espíritu agitado el que dominó toda la obertura 'Olympie', que formó parte de una música incidental sobre la tragedia del mismo nombre de Voltaire, a la que Kraus asignó una poderosa entrada, con ritmos lentos y solemnes, a la francesa, grandes contrastes, intensos 'ostinatos' en las cuerdas, explosivos vientos, síncopas, trémolos y toda los elementos del estilo. Qué fuerza, qué vigor, qué energía: el mismo fasto reflejado en esta obertura parecía recibir así al maestro de Rávena, después de dos años que llevaba sin dirigir a la OBS.
También la música instrumental para orquesta de Kraus, sus 'Sinfonías', participan de este estilo, pero de una forma muy personal, ya que su concepción se aleja de la que habitualmente oímos en el clasicismo vienés. Al oír su música, tan intensa, llena de vida, tan bien construida y de extremo vigor, lo que sorprende es que haya estado tanto tiempo olvidada (la primera grabación en CD es de 1988, en Suecia). Aunque siempre le interesó más la música operística o incidental que la instrumental pura, tal vez ese ansia dramática se cuele en sus sinfonías, como esta en Do menor VB 142, así como recurrir a una armonía distinta de la ortodoxa de la época, con melodías de concepción diferente y formas supeditadas al dramatismo.
La tradición ha sostenido que Kraus se la regalaría a Haydn en Esterháza, pero parece que por distintos motivos la teoría puede ser puesta en duda. Pero lo que sí demuestra es la admiración mutua de los dos compositores. Se ha puesto en boca de Haydn la frase de que Kraus era uno de los dos genios que conocía (el otro era Mozart). La fuerza, el arrebato, la tempestuosidad de la obra alternaron con 'claros' casi pre-beethovenianos. Onofri, con barba y menos delgado que de costumbre, se lanzó nuevamente a esta tormenta arrebatadora.
La parte propiamente haydniana la ocupaba la obertura de 'Lo speziale', en esta relectura de una obra que escuchamos completa a la OBS dirigida por cierto por Pedro Halffter (Maestranza, 2002). De nuevo mucha tensión, mucho brío, que nos lleva a pensar si 20 músicos en un espacio tan pequeño no son muchos, máxime si incluyen trompas. Es cierto que la sala estaba absolutamente llena, pero no era rebotes lo que sobraba, sino sonido, que al estar el recinto cerrado no podía salir por sitio alguno, ya que el sistema primitivo se estropeó de no usarlo por anteriores gestores. Tal vez abriendo las puertas laterales, como cuando se estropeó la climatización… Y otra puntualización: ¿era posible sentar a toda la cuerda para mantener de pie a los vientos cuando fuesen a tocar, para equilibrar y dar realce a los mismos?
Bueno, la 'Sinfonía nº 44', 'Trauer' de Haydn la hemos oído en directo a la OBS con Monica Huggett y Onofri la tiene grabada con ellos. Su belleza cautiva a sus oyentes, pero el ravenense no se limitó a 'releer' en el sentido de 'repasar', sino volvió a meterse en una exploración en sus entresijos, y no sólo ofreció un resultado luminoso, sino extraordinario, al añadir a su belleza natural el componente de 'Tormenta e ímpetu. Contrastó con el hermoso 'Minuetto' que el director supo oponer al lirismo de su 'Trio', acariciado por unas bellas -y algo lejanas- trompas. Aún más, en el sugestivo 'Adagio' mostró temple, dominio de la contumaz melodía de los violines, controlando ahora el fraseo más 'clásico'. Finalmente, la vuelta a la música más borrascosa nos llegó con el tema único que da vida al 'Presto', en el que una orquesta entusiasmada coronaba el que ha sido un concierto inolvidable. Suponemos que nos presentarán la temporada en breve y esperemos que el maestro italiano vuelva a estar presente en ella. Aunque sea para traernos tormentas.
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