critica de flamenco
María es todas las mujeres
La bailaora sevillana María Pagés ha estrenado 'De Sherezade' en el Teatro de la Maestranza con el público en pie tras el final de la obra
«El flamenco es para mí un compromiso social»

Crítica de Flamenco
'De Sherezade'
- Coreografía, diseño de vestuario y dirección musical: María Pagés
- Dramaturgia, textos y letras: El Arbi El Harti
- Composición musical: Rubén Levaniegos, María Pagés, Sergio Menem y David Moñiz
- Diseño de iluminación: Olga García
- Bailaoras: María Pagés, Júlia Gimeno, Almudena Roca, Ariana López, Meritxell Rodríguez, Sofía Suárez, Alicia De Castro, Raquel Guillén, Marina González Madiedo
- Cantaoras: Ana Ramón Muñoz, Cristina Pedrosa
- Músicos: Rubén Levaniegos, Isaac Muñoz, David Moñiz, Sergio Menem y Txema Uriarte.
- Teatro de la Maestranza Día: 7 de octubre de 2023
Si alguna razón tiene la danza de existir es para conmover el corazón, y si ello se hace a través del flamenco, la emoción es aún mayor. Porque anoche en el teatro de la Maestranza, María Pagés y su obra 'De Sherezade', tocó mucho más que la fibra de un público que puesto en pie la aplaudió con fervor, y que durante el espectáculo la había interrumpido con calurosos y largos aplausos. El respetable estaba claramente conmovido por lo que sucedía en el escenario.
'De Sherezade' es una obra sobre la mujer, sobre todas las mujeres, María y todas las demás. Ahí están esos mitos femeninos: Yerma, Medea, Carmen, Safo, Bernarda, Blimunda y claro, Sherezade. Pero a lo largo de la obra también a mi me aparecen otras imágenes que me recuerdan a María Teresa León, a Zenobia, a María Lejárraga..., cuando María toma en sus manos los libros y los eleva al cielo; o esa imagen de ayer mismo, una mujer en Irak a la que arrestan por ir sin velo, cuando las bailaoras salen veladas y se quitan con furia las telas. Hay cientos de símbolos en esta obra llena de mujeres que claman por las mujeres que quisieron y quieren vivir en libertad. La dramaturgia contundente de El Arbi El Arti nos lleva de manera rotunda a ese universo femenino que hoy no renuncia a nada y que se siente empoderado, asumiendo el desamor y la soledad.
María Pagés ha construido una obra compacta, firme. Son nueve músicos en escena y dos maravillosas cantaoras de diferentes generaciones, Ana Ramón Muñoz y Cristina Pedrosa, la una dobla en edad a la otra, que fueron parte fundamental de la magnífica banda sonora en la que el flamenco y la música marroquí se dan la mano sin estridencias, desembocando en la seguiriya, la soleá, el taranto, los tangos y algún que otro guiño por tanguillos y a clásicos como Rimski-Kórsakov.
Es una obra flamenca por los cuatro costados, en la que ocho mujeres desgranan el baile a las órdenes de una maestra de ceremonias, María Pagés, que marca no sólo el ritmo coreográfico, sino estético de la obra.
Porque 'De Sherezade' se desarrolla en once cuadros, que bien podían haberse pintado por la belleza plástica de las imágenes, que las espléndidas luces de Olga García consigue crear en una serie de momentos hipnóticos que de seguro quedan en la memoria: el cuadro de las ocho bailaoras portando libros y leyendo bajo un haz de luz; abanicos que se abren y cierran componiendo una sinfonía de sonidos; el bastón de una Bernarda rígida y frustrada que dirige a las bailaoras sometidas en un cuadro mondriánico; la media luna final donde en círculo se sitúan todos los intérpretes como si de un antiguo café cantante se tratara..., los momentos están milimétricamente cuidados, para que nada se salga de la armonía con la que María Pagés crea el movimiento escénico.
El baile de la Pagés sigue siendo preciosista, emocionante, desgarrado cuando es necesario, y enérgico cuando la acción lo requiere. Las ocho mujeres del cuerpo de baile responden con flamencura a las exigencias coreográficas y también dramáticas de la obra con un zapateado intenso, rítmico, explosivo, ataviadas con un vestuario en colores del desierto que resulta espectacular.
Ya desde el inicio se vislumbra algo inolvidable, cuando aparece María Pagés majestuosamente situada en medio del escenario y sólo rodeada por su traje que parece desparramarse a su alrededor como si fuera un diseño de Oscar Niemeyer. Se alzan sus brazos largos y elegantes, y el torso elabora una escultura que se mueve entre sombras .
'De Sherezade' es una obra de madurez de una gran creadora, que nos hace gozar, pero también reflexionar; que nos hace emocionarnos, pero también pensar que es una obra creada en libertad y para la memoria.
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