Vivimos un momento histórico en el sector de la energía a nivel global, basado en la transición hacia un modelo energético descarbonizado. Este nuevo sistema, además de dejar atrás a los combustibles fósiles y desarrollar energías limpias, con la promoción de nuevas formas de producción energética, debe ineludiblemente venir acompañado de cambios en las infraestructuras de transporte y distribución de la electricidad y en la forma de consumir la energía eléctrica.
Los datos que se manejan actualmente a nivel de producción de energía renovable son impresionantes, con niveles de producción en continuo crecimiento, que irán acompañados de un incremento de la demanda de electricidad, gracias al crecimiento de la actividad económica y a la transición hacia el modelo descarbonizado, basado en la electrificación de la sociedad.
Un claro ejemplo de la situación que viven las empresas de este sector es AMETEL. Desde 1987, desarrollamos nuestra actividad en la construcción y mantenimiento de instalaciones eléctricas, disponemos de una amplia experiencia en este sector y trabajamos día a día para ofrecer a nuestros clientes servicios con altos estándares de seguridad, de calidad y de respeto al medio ambiente. Nuestra empresa, gracias al despliegue de las infraestructuras energéticas que estamos viviendo, está experimentando un crecimiento muy importante. En el año 2023 hemos superado los 100 millones de euros de facturación y en la actualidad contamos con una plantilla de más de 1.000 trabajadores. AMETEL se ha posicionado como empresa referente en el sector eléctrico a nivel nacional.
Todo este desarrollo energético debe venir de la mano de una sólida red de transporte y distribución de energía para hacer llegar la electricidad a los distintos puntos de consumo impulsando así el desarrollo industrial, la actividad económica y el bienestar de nuestra sociedad.
Es importante tener en cuenta que gran parte del éxito en la implantación de este modelo energético va a depender de la ejecución de la conexión de todos los nuevos centros productores de energías con la red de transporte y de distribución y de que esta conexión se realice al ritmo requerido.
Las actuaciones necesarias para crear estas infraestructuras eléctricas se definen por medio de la Planificación de la Red de Transporte de Electricidad. En la actualidad está vigente la Planificación 2021-2026 y, aunque es un documento vivo que permite herramientas de actualización, en algunos casos, debido a la situación actual de crecimiento tan rápido, el proceso de planificación puede no estar acompasado con las necesidades a cubrir y es un claro punto de mejora que interesa a todo el sector: la coordinación entre los nuevos centros de generación emergentes y la planificación estratégica de las redes de transporte y distribución.
Como aspecto positivo cabe indicar que desde la Unión Europea se está potenciando el correcto desarrollo de redes de transporte y distribución, de forma que el Plan de Acción de la UE para las Redes Eléctricas, publicado en noviembre del 2023, les otorga gran importancia y facilita su despliegue. Según este plan, es necesario hacer inversiones en Europa por valor de 584.000 millones de euros para lograr la expansión y mejora de las redes de transporte y distribución. Esa inversión ayudará a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, además de acercar y abaratar la energía a los consumidores, efecto muy positivo que favorece tanto al pequeño consumidor a nivel particular como a las empresas de consumo electrointensivo, que a su vez son importantes generadores de empleo en los territorios donde se ubican.
Gran parte del trabajo que desarrolla AMETEL se centra en la construcción y en el mantenimiento de infraestructuras, como subestaciones y líneas eléctricas, que permiten el transporte y la distribución eléctrica desde el centro de producción hasta los distintos puntos de consumo. Como he señalado, el proceso de transición energética que vivimos necesita una amplia red eléctrica que permita transportar y distribuir toda la energía renovable que se genera en la actualidad y la planificada para un futuro cercano según el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030.
En definitiva, la red de transporte y distribución es un elemento que juega un papel fundamental en el nuevo modelo energético, ya que va a habilitar su desarrollo. Según el PNIEC para el 2030 se prevé generar energía renovable hasta alcanzar el 74% del total de energía producida y para el 2050 el 100%. Es necesario que toda esta energía llegue al consumidor y a la industria gracias a la instalación de la infraestructura adecuada y suficiente. Según esta información, una escasa e inadecuada implantación de las redes de transporte y distribución puede poner freno al nuevo modelo energético.
AMETEL contribuye con su actividad en la implantación de todas estas infraestructuras necesarias para la electrificación de nuestro país, acercando la energía eléctrica de forma más asequible y limpia a las empresas y a los ciudadanos.
Retos y oportunidades del sector
Como hemos visto, el sector de la energía está viviendo un momento único de expansión y desarrollo, pero también nos encontramos con retos que debemos saber manejar y salir reforzados, como las exigencias en materia de sostenibilidad y de cumplimiento normativo.
La sostenibilidad empresarial tiene que estar presente en las distintas actividades económicas y, por supuesto, no cabe duda, en nuestro campo de actividad. El sector de la energía está inmerso en la transición hacia un nuevo modelo energético basado en energías renovables, cuyo objetivo final es la lucha contra el cambio climático, por lo que estamos especialmente implicados en la sostenibilidad, trabajando en la consecución de un sistema energético sostenible.
La sostenibilidad empresarial debe integrar estos tres elementos, el económico, el ambiental y el social. Es decir, la empresa debe ser consciente de las repercusiones que tiene su actividad en el medio ambiente y en la sociedad, logrando de forma paralela sus objetivos financieros.
Nos enfrentamos como sociedad al cambio climático y las empresas tienen que participar activamente en este gran desafío, especialmente las compañías del sector energético que están jugando un papel fundamental en este proceso. El mundo empresarial tiene un claro protagonismo en el cuidado del planeta y en la búsqueda de la justicia social y de la igualdad. En materia de sostenibilidad hay numerosos retos, y debemos darles respuesta adaptando nuestras prácticas y estrategias empresariales.