En términos de reflexión sobre el papel de las grandes empresas en el mundo, en los últimos años han cobrado fuerza conceptos que ya se han hecho populares como el de la responsabilidad social de las empresas, el de implementar políticas innovadoras que mejoren la fortaleza de los productos o el de la necesidad de que las compañías den un paso adelante, se conviertan en agentes activos en la lucha contra el cambio climático y se comprometan en favor de una sociedad que respeta el medio ambiente y conserva la naturaleza.
En Coca-Cola Europacific Partners (CCEP) entendimos hace años que estos desafíos no podían quedarse simplemente en un conjunto de palabras que suenan bien y asumimos que debíamos pasar del compromiso a la acción, pasar de la prédica a la práctica. Entre otras razones, porque, por nuestro liderazgo y por nuestro impacto en la sociedad, debíamos ser un ejemplo para los demás y abrir un camino por el que pudiesen transitar otras compañías de nuestro sector y de otros cercanos.
Una buena prueba de este compromiso que nos ha llevado a la acción es nuestra apuesta por la protección del medio ambiente. Una propuesta ambiciosa en sus planteamientos que hemos llevado a cabo mediante la ejecución de una estrategia de sostenibilidad que está transformando a la propia compañía y que le está ayudando a cumplir con su propósito global como empresa, que no es otro que el de ‘refrescar al mundo y marcar la diferencia’.
Para saber cómo ‘marcamos la diferencia’, basta con enumerar los seis ámbitos de actuación en los que desarrollamos nuestra estrategia de sostenibilidad, a la que hemos denominado con el nombre de ‘This is Forward’. Sin duda, son los datos y las cifras lo que nos va a permitir demostrar nuestros avances y actuación en todas esas áreas.
1. Bebidas. Hemos reducido un 22,9% el contenido de azúcares por litro desde 2015 y el 63,5% de nuestras ventas proviene ya de bebidas sin o bajas en calorías.
2. Envases. Casi la totalidad de nuestros envases son reciclables, un 99,9%. El 100% de las botellas de PT de 500 ml son de plástico reciclado.
3. Agua. Nuestra ratio de consumo de agua se sitúa en 1,77 litros de consumo de agua por litro producido y devolvemos a la naturaleza el equivalente al 168,9% del agua embotellada en nuestros productos.
4. Descarbonización de nuestros procesos. El 100% de la electricidad que usamos proviene de energías renovables y hemos reducido un 25,7% nuestra emisión de gases de efecto invernadero en los últimos cinco años.
5. Cadena de suministro. Nuestros proveedores de azúcar, papel y pulpa de papel utilizan ya criterios de agricultura sostenible y el 96% son proveedores locales.
6. Sociedad. Uno de cada tres puestos directivos de la compañía ya está ocupado por mujeres y ellas ya son algo más del 25% de la plantilla total. Además, en 2023, formamos a través de nuestros proyectos GIRA a 2.800 personas para facilitar su acceso al mercado laboral.
Comprometidos con la revolución de la economía circular
De todas estas líneas de actuación, quisiera detenerme en un punto en el que el área Sur de CCEP ha decidido emplearse con el mayor empeño. Se trata de nuestro compromiso por un mundo sin residuos y en favor de la economía circular. La compañía ha hecho suya la estrategia de las tres R: reducir, recuperar y reciclar. En materia de reducción, desde hace años llevamos a cabo un programa de aligeramiento de los envases que reduce el gasto de materia prima y la huella de carbono permitiéndonos, en 2023, un ahorro de 239 toneladas de PET y 57,4 de aluminio. Y, además, nuestro compromiso a 2030 pasa por recoger un envase por cada envase vendido y nos aseguramos de que el 100% de los mismos sean reciclables.
Y, en esta tarea, nos hemos puesto también como objetivo preferente potenciar el uso del material que puede ser nuestro mejor ‘aliado’ para lograr nuestros fines en esta materia: el vidrio. La razón no se le escapa a quien conozca las propiedades de este producto y su impacto medioambiental. Ya no es sólo que los ciudadanos prefieran consumir en vidrio porque les gusta más ese tipo de botellas o porque piense que conserva mejor en frío nuestro producto. Lo más importante, en términos medioambientales, es que se trata de un material que es, con diferencia, el envase más sostenible que podemos utilizar para nuestros productos en la hostelería.
Recuerdo aquí, en tal sentido, las palabras que pronuncié con motivo del inicio de nuestra campaña en favor del uso del vidrio en la hostelería, lo siguiente: «El vidrio es un envase muy atractivo para el consumidor y aporta un valor diferencial para el sector hostelero. A su diseño reconocible, y al hecho de proveer una mejor experiencia de consumo, se añade que, gracias a sus 25 vidas de media, estamos ante el envase más sostenible para el sector. Esta es la razón por la que nos esforzamos para incrementar la presencia de este envase en el sector de hostelería, ya que estamos seguros de que ofrece ventajas competitivas y de negocio a los establecimientos que disponen de ellos».
No quiero terminar sin referirme a nuestra fábrica de La Rinconada, en Sevilla. Coca-Cola es una compañía cuyo compromiso con la región andaluza es inequívoco. Las cifras atestiguan el impacto de nuestra presencia en el Sur de España. Generamos un valor añadido de más de 1.200 millones de euros en la economía de la comunidad y aportamos, entre puestos directos e indirectos, más de 20.000 empleos.
Pero nada de esto sería posible si no contáramos aquí, en la provincia de Sevilla, con una de las fábricas más modernas, mejor equipadas y más sostenibles de CCEP en el mundo. Nuestra planta es pionera en la implantación de sistemas de gestión del agua y la energía y es un ejemplo de eficiencia, innovación y sostenibilidad. Y si es un ejemplo de referencia es porque hemos querido ser una empresa que demuestra que detrás del compromiso viene la acción y que después de las palabras vienen los hechos.