El mundo se vuelve cada vez más complejo. El contexto geopolítico actual nos sitúa ante grandes retos: tensiones en el suministro energético, dependencia de recursos estratégicos y una creciente inestabilidad que condiciona la seguridad y el desarrollo económico de las naciones. A esta situación se suma la acelerada digitalización, que está suponiendo una transformación sin precedentes en todos los sectores, y el mayor desafío colectivo de nuestra era: mitigar el impacto del cambio climático.
Estos tres factores –geopolítica, digitalización y sostenibilidad– están moldeando un nuevo paradigma. Y la conclusión es clara: ha llegado el momento de actuar. La sostenibilidad no debe entenderse como un freno al progreso, sino como la evolución natural y positiva de un planeta que, apoyándose en la tecnología, puede dar lugar a economías más eficientes y prósperas.
Contamos con todas las herramientas necesarias para transformar nuestro entorno. Y a las empresas se nos ha encomendado un papel protagonista en este proceso. En Ayesa asumimos esa responsabilidad desde nuestro propósito como compañía: diseñamos soluciones que impulsan una nueva realidad, más digital, más eficiente y más humana.
Nuestro compromiso se materializa también en la transformación de los servicios esenciales –agua y energía–, porque de su gestión sostenible depende la vida de las comunidades y la competitividad de los territorios.
En los últimos años hemos visto cómo grandes corporaciones de todo el mundo han dado un paso decisivo para digitalizar sus operaciones. Las utilities han incorporado contadores inteligentes y plataformas de datos que han abierto la puerta a una gestión avanzada de la red, la predicción de la demanda y la optimización de los recursos.
En este terreno, Ayesa se ha consolidado como un referente internacional en sistemas de facturación y de gestión integral de todo el ciclo de la utility. Gestionamos millones de contratos de clientes en distintos continentes y ayudamos a que las compañías dispongan de procesos más transparentes, eficientes y seguros.
Pero la digitalización también se extiende a la operación de activos críticos, la planificación de inversiones y el diseño de infraestructuras más resilientes, en lo que Ayesa también está presente a través de la línea de negocio de ingeniería.
La sostenibilidad exige repensar cómo producimos, almacenamos y consumimos energía. Si algo hemos aprendido es que las renovables, por sí solas, no bastan. Necesitamos tecnologías capaces de almacenar grandes cantidades de energía para garantizar la estabilidad del sistema.
Aquí entra en juego el almacenamiento en todas sus versiones –baterías, térmico o químico– entre las que está también uno menos conocido como el hidráulico, un campo en el que atesoramos atesora un amplio conocimiento. Las centrales hidroeléctricas reversibles –que permiten bombear agua a un embalse superior para recuperar la energía cuando la demanda lo requiere– nos dan una oportunidad histórica de liderar este sector. Se estima que el potencial de nuevas instalaciones podría alcanzar los 12.000 MW adicionales de aquí a 2030, generando inversiones millonarias y reforzando la soberanía energética.
En Ayesa estamos convencidos de que estos proyectos son una pieza clave para el futuro de nuestro país.
Pero ¿qué ocurre ahora con la irrupción de la inteligencia artificial? ¿Estamos ante una nueva disrupción? La respuesta es sí. La IA ha abierto una ventana de oportunidad inédita para las utilities.
Gracias a su capacidad para procesar grandes volúmenes de datos y generar modelos predictivos, la IA está transformando el sector en todas sus dimensiones. Contamos con smart grids, que permiten la optimización de la generación, la integración de renovables y la distribución inteligente de la energía; en la operación y el mantenimiento podemos detectar de forma temprana anomalías y conseguir una mayor seguridad operativa; tenemos un ciclo comercial más eficiente, con facturación más precisa, detección de fraudes y eficiencia en el backoffice; y una evolución en la relación con el cliente, gracias a asistentes virtuales, personalización de servicios y nuevos modelos de fidelización.
Hoy estamos ya en esa página pero dará paso pronto a la IA Generativa, que promete llevar la super-automatización a un nuevo nivel, multiplicando las capacidades humanas y abriendo la puerta a modelos de negocio inéditos.
Tecnologías emergentes: cuántica, hidrógeno y fusión
Más allá de la IA, otras tecnologías emergentes empiezan a perfilarse como palancas de transformación. La computación cuántica, por ejemplo, acelerará el descubrimiento de nuevos materiales y optimizará procesos de almacenamiento energético. El hidrógeno verde, por su parte, se consolida como una pieza estratégica en la descarbonización, con Europa y España a la vanguardia en su desarrollo.
Y aún más disruptiva será la fusión nuclear, la gran promesa energética de las próximas décadas. Ayesa forma parte de este futuro participando como ingeniería de soporte en el proyecto IFMIF-DONES, la mayor infraestructura científica en construcción en España, destinada a ensayar materiales que harán posible la energía de fusión. Este hito refuerza nuestro compromiso con la innovación y nos sitúa en el corazón de una de las iniciativas más ambiciosas del mundo para lograr una fuente de energía prácticamente inagotable y limpia.
En Ayesa creemos que el futuro energético será necesariamente híbrido: combinará renovables, almacenamiento masivo, hidrógeno, fusión y tecnologías digitales avanzadas. Y para que esa ecuación funcione, la colaboración entre empresas, administraciones y centros de conocimiento es esencial.
En definitiva, estamos ante un cambio de era. La convergencia entre sostenibilidad y digitalización no solo transformará el sector del agua y la energía, sino también la manera en que vivimos y trabajamos. Las compañías no podemos limitarnos a ser testigos de esa transformación. Debemos liderarla.
