La aceleración digital del sector TIC andaluz

Antonio Marín Pastor
Director de la oficina de Sevilla de Babel

Estamos en un buen momento para el sector de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en Andalucía. Todos los indicadores señalan el incremento sostenido de su tamaño, la generación continua de empleo y el crecimiento sustancial de la inversión tecnológica, lo que ha colocado al ecosistema andaluz como el tercero en relevancia de España, con tasas de crecimiento inéditas hasta la fecha.

Esta aceleración no está siendo impulsada por un único motor, sino que son diversos los factores que están confluyendo, creando sinergias y realimentándose entre sí, para convertir a Andalucía en un referente en el panorama tecnológico.

En primer lugar, la irrupción global de las tecnologías exponenciales ha cambiado drásticamente el paradigma empresarial y social. Ha redefinido las reglas del juego y ha creado oportunidades que Andalucía está sabiendo aprovechar.

La inteligencia artificial está impulsando el desarrollo tecnológico en todos los ámbitos empresariales e industriales, acelerando aún más los sectores clave de la economía andaluza (turismo, agroalimentación, biosalud, aeroespacial, etc.). A este desarrollo ha contribuido de manera decisiva la actividad de las universidades y centros de investigación, que son referentes nacionales e internacionales en inteligencia artificial.

Asimismo, la hiperautomatización de procesos, tanto en lo que se refiere a la robotización como a la utilización de tecnologías de low-code, está permitiendo incrementar de manera drástica la eficiencia y la competitividad de las empresas, al mismo tiempo que está propiciando una mejora sustancial de los servicios públicos en Andalucía.

Y por supuesto, las tecnologías para la ciberseguridad, en las que Andalucía puede presumir de ser una región líder a nivel internacional. Al crecimiento y expansión de las empresas andaluzas, se les une ahora la apuesta de los grandes referentes tecnológicos globales, que están realizando importantes inversiones en nuestra región.

Es evidente que el desarrollo de estas tecnologías exponenciales está acelerando el sector TIC en Andalucía, pero su efecto no supondría un factor diferencial frente a otras geografías si no fuera por la confluencia de otros factores, que se realimentan entre sí potenciando la creación de oportunidades.

Como punto de partida, hay que señalar la fortaleza y dinamismo del ecosistema de startups y empresas de base tecnológica de nueva creación, que lleva tiempo en crecimiento como resultado del apoyo a largo plazo de una gran variedad de entes y organismos públicos y privados a través de incubadoras, aceleradoras y programas de mentoring, y que tienen su máxima expresión en los siete parques científico-tecnológicos con los que cuenta Andalucía, cuyo desarrollo los ha convertido en indudables motores de la economía andaluza.

A ello se une la existencia de un tejido universitario de primer nivel, formado por las catorce universidades que tienen sede en nuestra comunidad, que no sólo desempeñan la labor crucial de la formación y generación del talento humano, sino que, habiendo abandonado definitivamente posicionamientos autárquicos del pasado, se configuran hoy como actores clave del ecosistema TIC, en continua relación con el resto de agentes mediante el desempeño de actividades como la transferencia tecnológica, la creación de startups, el asesoramiento técnico o la colaboración activa con la industria en proyectos de innovación y de capacitación.

Inversión y oportunidades de financiación

Por otro lado, nos encontramos en una ventana de oportunidad sin precedentes en lo que respecta a la inversión exterior y a la financiación de empresas andaluzas del sector.

El interés por invertir en tecnología en Andalucía es innegable, ya sea mediante inyección directa de capital en las empresas andaluzas o mediante el establecimiento de importantes multinacionales globales que, lejos de suponer una amenaza, vienen a enriquecer, mejorando las capacidades y la competitividad global del sector, incrementando la atracción y el desarrollo de talento local y potenciando la proyección exterior y visibilidad de la marca Andalucía.

Y en el ámbito de la financiación, el marco actual de programas TIC disponible a nivel nacional y europeo es el más diverso, accesible y mejor dotado que nunca ha tenido Andalucía a su disposición. Hay oportunidades muy claras para el impulso y la aceleración digital de la sociedad y las empresas, así como para el desarrollo global del sector TIC. Y las estamos aprovechando.

Por último, no podemos obviar el papel catalizador que desempeñan las administraciones públicas. La Junta de Andalucía, las Diputaciones Provinciales y los Ayuntamientos y demás entidades locales andaluzas están llevando a cabo una labor titánica de digitalización y modernización, que tiene como efecto añadido una dinamización muy beneficiosa del ecosistema TIC. La mejora de los servicios públicos, permite retener talento, desarrollar el tejido empresarial, atraer inversiones, traccionar al sector y, en definitiva, crear más oportunidades para el crecimiento económico en Andalucía.

Esta apuesta por la aceleración digital del sector público andaluz entró en una nueva fase con la puesta en marcha de la Agencia Digital de Andalucía, de la que cabe destacar las cuatro Estrategias Digitales para Andalucía que ha desarrollado ya (Ciberseguridad, Inteligencia Artificial, Capacitación Digital y Creación Audiovisual), así como las otras cuatro que está elaborando (Administración Electrónica, Cloud, Administración Innovadora y Emprendimiento Digital).

Asimismo, se atisba de suma importancia la futura Ley Andalucía Digital (LADI), no sólo porque tiene como objetivo alcanzar la digitalización plena de la sociedad andaluza, sino porque pretende convertir al sector TIC en el tercer motor económico de Andalucía.

En su redacción, se alinea con los factores clave de aceleración expuestos, y promete impulsar aún más el desarrollo de las tecnologías exponenciales en Andalucía, así como fomentar el despliegue de más infraestructuras y servicios digitales. También pretende poner en marcha iniciativas para el crecimiento de la economía digital, la mejora de la eficiencia de los servicios públicos y la capacitación digital de la ciudadanía. Y recoge la futura puesta en marcha del Centro de Inteligencia Artificial de Andalucía y de la Agencia de Ciberseguridad de Andalucía, llamados a convertirse en entes de referencia.

Para concluir, no podemos obviar la existencia de múltiples desafíos que deben afrontarse para consolidar y mantener la senda del crecimiento en los próximos años.

Entre ellos, en primer lugar está el reto de la generación y retención del talento. El incremento de la demanda de capital humano por parte del sector TIC y la globalización del mercado laboral, hacen necesario desarrollar nuevas vías para la generación de talento tecnológico, así como evolucionar y potenciar las existentes. Del mismo modo, la mejora continua de las condiciones laborales, así como la adaptación de la oferta a las demandas actuales son factores clave que permitirán al ecosistema TIC dotarse del capital humano necesario para los próximos años.

Y por último, el segundo gran reto es la necesidad de garantizar la sostenibilidad futura de este modelo de crecimiento. Es imprescindible avanzar en la alineación con los objetivos globales de impacto ambiental y social, generando una cultura corporativa orientada a la sostenibilidad. Sólo así podremos garantizar que esta aceleración digital del sector TIC beneficiará no sólo a los andaluces de hoy, sino también a los del mañana.