La importancia de Sevilla como potencia internacional en el sector aeronáutico es indudable. En Europa, sólo los polos de Toulouse y Hamburgo rivalizan con la industria aeroespacial sevillana, muy arraigada desde principios del siglo XX.
Esta vibrante cultura aeronáutica la mantienen y enriquecen los profesionales del sector, un personal altamente cualificado que, afortunadamente, abunda en la región. Para garantizar el relevo generacional, es vital atraer e incorporar talento y será fundamental el buen nivel de la formación técnica, con referentes como la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Aeronáuticos de Sevilla o el Centro Integrado de Formación Profesional de Base Tecnológica de La Rinconada.
El entorno de colaboración entre lo público y lo privado en Andalucía ha contribuido al fortalecimiento y la consolidación de las empresas líderes, pero también a la aparición de otras con un alto componente en innovación. Una consecuencia natural de ello es el merecido prestigio de Sevilla en los sectores logístico, industrial, aeronáutico (civil y militar) y aeroespacial, lo que facilitó, sin duda, que se convirtiera recientemente en la sede de la Agencia Espacial Española.
El ecosistema aeroportuario
En paralelo a esta industria pujante, se ha desarrollado un ecosistema único, que envuelve al Aeropuerto de Sevilla:
• Línea de ensamblaje final (FAL) e instalaciones de mantenimiento, reparación y revisión (MRO) de Airbus.
• Hangares de Ryanair, con 5 bahías de mantenimiento pesado, además de otras dependencias de mantenimiento y carga.
• Centro de Control Aéreo de Enaire para la Región Sur.
• Oficina de Seguridad en Vuelo nº2 de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), una de las 8 existentes en España.
• Maestranza Aérea de Sevilla (MAESE): instalación militar para mantenimiento y certificación aeronáutica.
• Parque Tecnológico Aeroespacial de Andalucía (Aerópolis), único de España dedicado en exclusiva al sector. La actividad de estas entidades requiere que el Aeropuerto de Sevilla, gestionado por Aena, funcione de manera óptima, como engranaje fundamental del sector logístico y del transporte aéreo, que beneficia a todo el tejido empresarial de su entorno.
Actividad y factores clave en la gestión del Aeropuerto de Sevilla
Los aeropuertos, por su propia naturaleza, son nodos intermodales que contribuyen a la movilidad de las personas y los bienes. Esa movilidad determina la demanda, que se expresa tradicionalmente por el número de pasajeros, operaciones y carga.
La cifra de pasajeros ha mantenido un comportamiento espectacular en el Aeropuerto de Sevilla, que superó los 9 millones de usuarios el año pasado, cuando hace una década no llegaban a los 4 millones. Especialmente reseñable, por su impacto en la economía del territorio al que sirve, es el hecho de que en ese mismo periodo los pasajeros en vuelos internacionales se hayan triplicado y aporten hoy más de la mitad de nuestra actividad.
El crecimiento de la carga también ha sido exponencial. Muestra de ello es que el movimiento de mercancías se ha multiplicado por dos en los 10 últimos años, colocando al Aeropuerto de Sevilla en los primeros puestos del ranking nacional. Con casi 11 millones de kilos procesados en 2024, el potencial que ofrece esta actividad ha llevado a los tres operadores más importante del sector a nivel mundial a apostar por este aeropuerto (DHL, con instalaciones propias, UPS y Fedex).
Detrás de este extraordinario crecimiento de la demanda hay dos incentivos básicos. Por un lado, el trabajo conjunto de Aena y las entidades e instituciones responsables de la promoción turística y de negocios del destino Sevilla y, por otro, la favorable coyuntura económica del entorno. Para atender esa demanda y su desarrollo futuro con las máximas garantías de eficiencia, seguridad y calidad, Aena monitoriza continuamente la capacidad de sus aeropuertos, lo que le permite planificar actuaciones y adelantarse a las necesidades que puedan surgir a medio y largo plazo.
La capacidad de un aeropuerto se mide por la cantidad máxima de unidades de actividad que puedan procesarse en un periodo de tiempo dado. Y esto, para cada uno de los procesos por los que se canaliza la actividad en su día a día (facturación de equipajes, control de seguridad, embarque, movimiento de aeronaves…). Considerar la capacidad global de un aeropuerto en un año no refleja la realidad de la infraestructura; la gestión debe hacerse observando el comportamiento por subsistemas y franjas horarias.
Esa será la clave para detectar con antelación sobre qué procesos aeroportuarios intervenir, evitando que se saturen y (por ende) actúen como factor limitante para el resto de las instalaciones. Sólo de esa manera la capacidad se gestionará de forma efectiva, ágil y acorde con lo que realmente mueve y requiere el aeropuerto.
A día de hoy, el Aeropuerto de Sevilla está muy bien posicionado para la captación de nuevas rutas y el aprovechamiento de oportunidades de negocio de alto potencial, con todo lo que ello conlleva en términos de crecimiento económico para su área de influencia.
Según un informe del Consejo Internacional de Aeropuertos en Europa (ACI Europe), por cada aumento del 10% en la conectividad aérea directa, se produce un incremento del 0,5% en el PIB per cápita en el territorio y del 1,6% en los empleos. El Aeropuerto de Sevilla mantiene cerca de 4.000 empleos directos (de Aena y otras 200 empresas que operan en sus instalaciones), una cifra que se multiplica por varios enteros si se contabilizan los puestos indirectos. Hace unos años, ACI estimó en un 3% la aportación del Aeropuerto de Sevilla al PIB regional.
La conectividad aérea es, por tanto, un motor económico de tremendo alcance. De ahí, la importancia de que la capital hispalense acogiera el pasado abril la edición europea de Routes, el mayor evento de conectividad del mundo, y en cuyo foro se negociaron varias conexiones de gran relevancia (entre ellas, la de Turkish Airlines con Estambul).
El Aeropuerto de Sevilla se mantiene en una senda muy positiva y ha demostrado también estar a la altura del territorio al que sirve, donde en los últimos tiempos se han celebrado eventos de altísimo nivel. El más reciente, la IV Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo de la ONU, que fue todo un éxito organizativo y logístico. Con más de 60 líderes mundiales, representantes de 187 países de las Naciones Unidas (de los 193 miembros), más de 100 organizaciones internacionales y unos 15.000 participantes, Sevilla fue sede de la mayor cumbre internacional celebrada en España hasta la fecha y una de las que mayor participación de la sociedad civil ha tenido en la historia de Naciones Unidas.
Un éxito compartido
El éxito del aeropuerto es un éxito compartido por la sociedad, los profesionales, empresas e instituciones que lo rodean, beneficiarios y causantes a partes iguales del impacto positivo que genera una infraestructura de este tipo. Por este motivo, seguiremos trabajando como catalizadores de la movilidad, la innovación, el empleo de calidad, el desarrollo económico y, en definitiva, el bienestar de los ciudadanos que conforman el entorno del Aeropuerto de Sevilla.
