el ROCÍO 2023
Siete escalones para alcanzar la gloria del Rocío en Villamanrique
Las hermandades filiales llegan hasta las plantas del simpecado manriqueño para venerar a la Blanca Paloma
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Siete escalones son los que llevan a la gloria del Rocío a los peregrinos que llegan a Villamanrique. Todo huele a la Blanca Paloma en este municipio del Aljarafe frontero con Doñana y con el territorio más puro de la Virgen. Desde el interior de las casas, se han escuchado los vivas de los mayores, los cuales no se pierden un detalle viendo la retransmisión del paso de las corporaciones filiales por delante del simpecado de la hermandad manriqueña.
La jornada de este jueves ha comenzado bien temprano porque a las nueve de la mañana, ya había romeros de Olivares atravesando la localidad y pasando por el muro del palacio de Orleans o saliendo por la calle Hermanas de la Cruz hacia los parajes de pinos y acebuches. Conforme ha avanzado la mañana, más personas han aparcado sus vehículos en los alrededores del pueblo y se han acercado a la plaza de España, un espacio que se convierte en un hito para los rocieros.
Allí esperan los miembros de la filial más antigua, la de Villamanrique, cuyos orígenes se pierde en los siglos y en el poso que tiene su simpecado con una representación antiquísima de la Virgen del Rocío, así como en las formas de unos romeros que se conocen palmo a palmo todo lo que significa la Reina de las Marismas para ellos y para todos los que los visitan.

Hermandades más grandes o más chicas pasan por este municipio que tiene la palabra Rocío como emblema. Desde escritos chinos hasta extractos de la Divina Comedia de Dante, se pueden observar en las vías de esta localidad donde se nombra este término como metáfora de vida o de alegría. Asimismo, sus gentes abren las puertas de sus casas para recibir a amigos, familiares o simplemente peregrinos en el preludio de unas jornadas festivas. Hay que recordar que Villamanrique parte este viernes de madrugada hacia la Aldea amaneciendo en la Raya Real.
Las hermandades ante los Porches
La Algaba, San Juan de Aznalfarache, Mairena del Aljarafe o Morón de la Frontera son sólo alguna de las filiales que han pasado por los Porches de Villamanrique ante la atenta mirada de ciento de devotos de la Virgen que han ovacionado a los bueyes, a los carreteros y a los coros que se han colocado ante las carretas de los simpecados cantando decenas de sevillanas con letras dedicadas a la Reina de las Marismas y a la corporación manriqueña.
Las emociones han saltado cuando los peregrinos se han colocado entre los siete escalones y han vuelto a vivir un año más la presencia de su hermandad en otro de los hitos de la romería del Rocío. Se han cantado letras sobre el reencuentro con la Virgen y, desde el interior del Consistorio, se han acumulado decenas de personas porque a partir del rezo del Ángelus, el Lorenzo ha apretado en la plaza de España.
La sombra ha cotizado al alta y apenas han quedado huecos conforme han llegado hermandades como Espartinas o la alegría que ha desprendido Mairena del Aljarafe, con un olor a romero recogido a lo largo del camino. Sin embargo, el momento culminante del mediodía ha sido la llegada de Coria del Río con un contingente de romero que han esperado un buen rato al lado del recinto palaciego.
Cuando ha comenzado a andar la caballería, apenas se ha podido moverse entre una bulla de corianos que han acompañado a su simpecado hasta prácticamente el dintel de la parroquia de Santa María Magdalena. El interior del templo, parroquia típica del Aljarafe sevillano y con la quietud de los altares sencillos con la Inmaculada Concepción, San José, la Virgen del Carmen o la de los Dolores, ha sido el remanso de paz para muchos peregrinos y el contrapunto de la algarabía de los alrededores de la iglesia.
Un río de gente junto a Coria
Pasadas la una de la tarde y con los balcones repletos de las casas de la plaza, ha llegado la carreta coriana acompañada por una veintena de caballos y más de un centenar de peregrinos delante del simpecado, haciendo que se retrasara la presentación. Una vez despejado los siete escalones, los bueyes han llegado hasta pasado el dintel y se han sucedido los vivas, los cantes y las palmas animando a los carreteros y a las personas que han ayudado a los animales a bajar de nuevo a la carreta.
Los ojos vidriosos se han podido ver entre los romeros de la orilla del río Guadalquivir al ver de nuevo a su característica carreta en Villamanrique de la Condesa y, a pocos kilómetros, de encontrarse de nuevo con la Virgen del Rocío, una devoción que se expande hasta lugares inimaginables porque con La Puebla del Río, siguiente filial que se ha presentado, iban peregrinos de Brasil.
Villamanrique de la Condesa se ha llenado de Rocío un año más con la presentación de las hermandades ante el simpecado de la corporación más antigua entre las filiales. Este viernes y en la vuelta de la semana que viene, continuará el paso de las comitivas ante unos Porches que ya forman parte de la mística rociera.
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