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Cinco claves para que tu bebé aprenda a comer solo

Lidia Folgar, dietista-nutricionista especializada en nutrición pediátrica, acaba de publicar «Aprender a comer solo»

Detalle de la portada del libro «Aprender a comer solo», de Lidia Folgar ABC

PEDRO YBARRA

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Hay que seguir siempre las medidas de seguridad ABC

Alimentos de consistencia blanda

Ofrécele alimentos de consistencia blanda, pero sin triturar. Siempre que sea posible la misma comida que el resto de la familia.  Los bebés a los 6 meses ya empiezan a saber gestionar consistencias distintas a la leche.

Si desde el inicio se le ofrecen texturas diferentes, aprenden a manejarlas mucho mejor en comparación a si este proceso se realiza más tarde y después de haberle dado durante meses purés. Por otro lado, si se le ofrece la misma comida que el resto de la familia es más fácil que se anime a probarla, al ver que los demás lo hacen, ya que los bebés imitan los comportamientos de los adultos.

Eso sí, hay que seguir siempre las medidas de seguridad y hay una serie de alimentos o formas de ofrecerlos no aptos para bebés que es fundamental conocer antes de empezar.

Según Lidia Folgar, « «Aprender a comer solo» (Editorial Arcopress) , es un libro basado en el exitoso Baby-Led Weaning que ya es muy popular en países como Reino Unido, está ganando adeptos por todo el mundo. Sin embargo, la mayoría de los profesionales sanitarios, desconocen su base científica y su parte práctica, lo que les impide realizar un adecuado asesoramiento a los padres y madres que eligen seguir este planteamiento con sus hijos».

«Y esto puede ser peligroso, ya que los padres y madres se informan por su cuenta, pueden acudir no siempre a fuentes fiables de información, por lo que urge dar a conocer en profundidad este enfoque ante profesionales sanitarios que trabajen con niños. En este manual se hace una recopilación de las últimas evidencias científicas sobre la alimentación complementaria y en concreto, sobre el planteamiento Baby-Led Weaning, así como recomendaciones prácticas para evitar posibles riesgos e ideas de recetas saludables adaptadas a bebés que empiezan a comer con este enfoque», añade. 

 

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Lidia Folgar, autora de «Aprender a comer solo» ABC

A la mesa, como uno más

Siéntalo a la mesa como un miembro más de la familia y que coma siempre acompañado . El hecho de sentarse a la mesa como un miembro más le aporta seguridad y confianza al bebé.

No se le da de comer al bebé primero y luego come el resto de la familia. La comida es también un acto social para compartir en familia, que se tiene que asociar con emociones positivas.

El bebé nunca debe relacionar la hora de comer con estrés y ansiedad como ocurre en muchas casas por la inseguridad de muchos padres cuando el bebé «no come» (lo que consideran ellos que tiene que comer en ese momento).

Para Folgar, «es bueno comer acompañados por motivos de seguridad en primer lugar. Se sabe que los niños que comen mucha variedad de alimentos admiten más alimentos cuando crecen»

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El niño debe comer inicialmente con sus manitas y después con los cubiertos ABC

No le des de comer

No le des de comer a la boca, que coma inicialmente con sus manitas y posteriormente con los cubiertos. Si se le ponen los alimentos directamente en la boca, se van a la parte posterior, impidiendo que el bebé los pueda gestionar: aplastar contra el paladar, darle vueltas, echarlos fuera si son trozos demasiado grandes…

Si es el bebé el que se lo lleva a la boca, lo coloca a la entrada de la boca, pudiendo así gestionarlo como necesite antes de tragarlo. De la misma forma que los bebés a estas edades se llevan los juguetes o cualquier objeto que encuentran a la boca, saben llevarse los alimentos también. Pueden incluso ya desde los seis meses empezar a utilizar cubiertos como la cuchara.

Como dice Folgar, «al final el niño debe comer lo que come el resto de la familia según la tradición, ya sea potaje, gazpacho o lo que coma el resto de la familia según el lugar en el que se encuentre. Estos consejos los apliqué con mis hijos y en dos ó tres semanas mis familiares más cercanos estaban encantados porque comían solos», dice.

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Legumbres ABC

Máxima variedad de alimentos

Ofrécele la máxima variedad de alimentos posibles desde el principio. Los estudios respaldan que si se le ofrece una mayor variedad de alimentos al inicio de la alimentación complementaria, aceptan mayor variedad de alimentos después, en comparación, a si esta variedad de alimentos se le ofrece cuando son más mayores.

Son niños menos considerados por sus padres como «quisquillosos» a la hora de comer. Para ellos es un juego, nunca es una obligación, así que se animan a probar lo más inesperado. Y en los primerísimos años de vida es cuando se establecen las preferencias alimentarias que se modificarán muy poco a lo largo de la vida. 

El libro está dirigido para los padres de niños menores de un año en general, porque aunque está centrado en niños de 6 a doce meses, también orienta desde el nacimiento. Para Folgar, «es algo más que una moda porque la OMS cambió la regulación de la edad de incorporación de alimentos en 2002. A partir de los 6 meses hay que empezar a comer de todo , según las recomendaciones de organismos oficiales».

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Nunca se debe castigar o premiar con la comida ABC

Nunca le fuerces a que coma más

Nunca le fuerces a que coma más de lo que le apetece en ese momento ni le obligues a probar nada que no quiera. Si tiene hambre que coma y si no tiene hambre, que pare de comer.

Nacemos sabiendo comer. Recién nacidos los bebés saben reptar hasta encontrar el pecho de su madre. Saben pedir cuando tienen hambre y paran de tomar el pecho cuando están saciados, atendiendo a sus señales innatas de autorregulación: las señales de hambre y saciedad. Pues cuando se empieza con la alimentación complementaria ocurre exactamente lo mismo. ¿Por qué dejamos de confiar en que el bebé sabe si necesita comer o no y cuánto? Los niños que pasan hambre no son precisamente los que tienen comida a su alcance.

Portada del libro ABC

Se sigue teniendo un miedo irracional a que los bebés no coman suficiente, cuando el principal problema que nos encontramos en los últimos años es que comen demasiado, mucho más de lo que necesitan. Por eso los adultos no debemos interferir nunca en ese innato mecanismo de autorregulación.

Para la autora debe quedar claro que aquello de «Las lentejas para merendar... No. Nunca hay que castigar o premiar con comida . Es un mal hábito hacer eso».

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