Estas son las mascotas que la nueva Ley de Bienestar Animal prohíbe tener en casa
El texto normativo alude a especies no autóctonas o dañinas para la salud humana
Las adopciones de animales cayeron un 30 por ciento este verano, con aumento de los abandonos
El sector cinegético se rebela contra la Ley de Bienestar Animal, que tachan de «letal»
La idea clásica de tener un perro o un gato como mascota, o a lo sumo un acuario con coloridos peces, hace años que quedó superada por un amplio abanico de posibilidades que ha convertido en 'compañero de piso' a las especies más variopintas e insospechadas.
Excentricidades aparte, la nueva Ley de Bienestar Animal que vio la luz el pasado verano ha puesto coto -nunca mejor dicho- a los animales que pueden ser considerados 'de compañía', dejando fuera opciones a las que la sociedad se ha ido acostumbrando con el tiempo.
Las razones son claras. Por una parte, preservar la salud de las personas, que podría verse comprometida al convivir con según qué ejemplares. Cabría pensar en primera instancia en la transmisión de enfermedades o veneno (más presentes que nunca en la conciencia colectiva con el enigmático reservorio del coronavirus SARS-CoV-2 o el más evidente de la viruela del mono), pero no se debe obviar la posibilidad de sufrir ataques por brotes de agresividad o mera conducta.
Por otra, para evitar una amenaza al ecosistema en caso de que el animal se escapara de la vivienda. Obviamente en este grupo se incluyen fundamentalmente las especies no autóctonas o las que puedan tener carácter invasor o colonizador en según qué contexto.
La nueva ley también deja fuera a aquellas especies que no sean fáciles de cuidar. No sólo en lo que a alimentación se refiere, sino también a que no se pueda garantizar el comportamiento natural que pudiera tener en su hábitat original.
Los casos no permitidos
De esta forma, la Dirección General de Derechos de los Animales (organismo del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030) abundó en la nueva Ley de Bienestar acerca de la lista negativa de especies.
En ella se incluyen los conejos, pero también roedores como los hámsteres, las cobayas, los ratones y las chinchillas.
Tampoco se permiten los erizos, que se consideran peligrosos potencialmente para otros animales autóctonos.
Con la nueva norma, ya no se podrá emular a George Clooney (o a esta vecina de la zona de la Barqueta de Sevilla) y tener como mascota a un cerdo vietnamita. En caso de abandonarlos -su cuidado no es precisamente fácil- podrían provocar una superpoblación si se mezclasen con jabalíes.
Las arañas son otra especie que queda prohibida por la cuestión sanitaria hacia las personas.
La presencia de reptiles en el ámbito doméstico también ha quedado ahora revisada: no es posible tener en casa tortugas (prima la vulnerabilidad -a veces peligro de extinción- propia de algunas especies y su pujanza a la hora de buscar alimento, en caso de choque con especies autóctonas) ni camaleones, iguanas, serpientes, lagartos o geckos.
Finalmente, quedan excluidas de la lista de animales de compañía permitidos las aves no autóctonas de la tierra, como pueden ser las cotorras, los agapornis e incluso los periquitos.
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