Juicio Ortega Cano
«Bebió una cantidad considerable de alcohol», según los toxicólogos
«Para dar 1.26 en el test de alcoholemia tuvo que beberse no una copa de cava sino la botella para dar positivo a las dos horas», dicen los médicos
Recta final del juicio de Ortega Cano que se ha reanudado hoy con las periciales del fiscal. Un testimonio clave ha sido el de dos facultativos del Instituto de Toxicología que recibieron las muestras de sangre que han recalcado que el resultado del análisis fue de 1,26 gramos de alcohol por litro de sangre en el torero y que no detectaron otro tóxico. «Tuvo que beber una cantidad considerable de alcohol para que a las dos horas diera positivo», ha recalcado una de ellas.
De hecho, ha dicho que dio negativo a tóxico y positivo a alcohol. «Se supone que eso supone una ingesta previa de alcohol y eso que estamos en un proceso previo de eliminación del alcohol porque habían pasado varias horas», ha dicho la testigo recalcando que probablemente una hora antes había más alcohol porque ya había pasado suficiente tiempo para que se hubiera absorbido.«¿1,26 de alcohol dos horas se da habiendo tomado un güisqui con Coca-Cola?», ha preguntado el fiscal. La facultativo ha dicho que si se hubiera tomado una copa de un combinado habría dado entre 0,25 y 0,32. Y con tres vasos de cava 0,47 a 0,60.
Por ello, la testigo ha explicado que es «imposible dar 1,26 con solo una copa de cava, salvo que se haya bebido una botella» y que tuvo que beber «una cantidad considerable de alcohol para que a las dos horas diera positivo». En este sentido ha manifestado que la sangre ya habría eliminado parte del alcohol con el paso de las horas.
También ha comparecido el director de la unidad de hematología del Virgen Macarena que recibió las muestras de sangre y que han recalcado que se cumplieron todos los requisitos de la cadena de custodia. «Venía en un tubo hermético y adecuadamente etiquetado», ha dicho
El facultativo ha explicado que ordenó realizar una extracción de sangre al torero a efectos terapéuticos. Según ha relatado al tribunal, las muestras se tomaron en la madrugada del 29 de mayo para realizar las pruebas de compatibilidad sanguínea.
Según ha testificado, la muestra de sangre del procesado se llevó, como establece el protocolo del banco de sangre, a una cámara donde se conservaba durante siete días. Luego se recibió orden de guardarla para la petición de la Guardia Civil y se pasó a otro frigorífico que solo conocía la facultativa responsable del banco de sangre. Y allí se depositó hasta que se entregó a la Guardia Civil. En este sentido, el testigo ha recalcado que la muestra «venía debidamente precintada» y «no se desprecintó en ningún momento». Y también que el acceso es sola para el personal del banco de sangre y que supone que no se equivocaron de paciente.
Pese a la insistencia de la defensa de Ortega Cano, que mantiene que se rompió la cadena de custodia, el especialista ha dicho que la muestra llegó al banco de sangre en un tubo de ensayo específico para sangre y «con todas las garantías». El juicio quedará visto para sentencia el próximo martes.
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