Las huellas del sueño olímpico de Sevilla
Imagen aérea del Estadio de la Cartuja - abc
lo que pudo ser y no fue

Las huellas del sueño olímpico de Sevilla

El estadio de La Cartuja, la glorieta y el pabellón olímpico son algunos de los vestigios de las tres candidaturas de Sevilla a los Juegos

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El estadio de La Cartuja, la glorieta y el pabellón olímpico son algunos de los vestigios de las tres candidaturas de Sevilla a los Juegos

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  1. Estadio «olímpico»

    Imagen aérea del Estadio de la Cartuja
    Imagen aérea del Estadio de la Cartuja - abc

    Tras el nuevo fracaso de Madrid en sus aspiraciones por albergar los Juegos Olímpicos de 2020, puede finalizar una carrera que comenzó tras arrebatarle a Sevilla el sueño de acoger unas olimpiadas.

    La capital hispalense se vio capaz, tras la Exposición Universal de 1992, de acoger el mayor evento deportivo en el mundo y presentó su candidatura para ser la sede en 2004. No obstante, se encontró con el obstáculo de la capacidad hotelera, por lo que decidió presentar como subsedes a ciudades como Cádiz, Jerez, Málaga, Córdoba, Huelva y Granada. Sería una candidatura «andaluza». Pero, tras recibir en 1996 la visita de la comisión de evaluación del COI, a principios de 1997 no pasó la primera criba, por lo que quedó eliminada.

    No obstante, Sevilla volvió a presentarse como candidata para los Juegos de 2008, corrigiendo levemente el primer proyecto, y con lo único avanzado en infraestructuras: la terminación del Estadio Olímpico. Eso sí, ya había acogido el Europeo de Natación (1997) y los Mundiales de Atletismo (1999), que demostraron la capacidad de Sevilla para acoger un gran evento deportivo. Sin embargo, apareció otra piedra en el camino: Madrid comenzó a postularse como competencia. Con este panorama, tampoco pasó el primer corte. Se hablaba de estrategia «político-mediática» para boicotear la candidatura.

    El por entonces alcalde de la capital hispalense, Alfredo Sánchez Monteseirín, al conocer el veredicto, volvió a anunciar la candidatura para 2012. Pero, esta vez sí, Madrid ya se presentaría como rival y, en la votación del COE de 2003, se llevó el gato al agua con el as en la manga de designar a Málaga como sede de las pruebas náuticas, lo que avivó aún más la batalla entre Sevilla y la capital de la Costa del Sol, e hizo que la Junta de Andalucía se inhibiera y adoptara una postura pusilánime en la defensa de la candidatura de Sevilla, dejandola al amparo de su suerte.

    Sevilla perdía así el sueño, no se sabe si improbable o utópico, de acoger unos Juegos Olímpicos y los vestigios de lo que pudo ser y no fue, aún permanecen a la vista de todos.

    Es el caso del estadio mal llamado «olímpico», cuyo coste ascendió a los 120 millones de euros -hay que tener en cuenta que la candidatura que Sevilla presentó para 2004 contemplaba sólo una inversión de 65 millones para las Olimpiadas-. El estadio, diseñado por los arquitectos Cruz y Ortiz, en un principio se ideó como estadio único de la ciudad, para que el Sevilla y el Betis se mudaran allí, pero no pudo ser y, finalmente, quedó para siempre como estadio «olímpico» sin llegar a serlo nunca.

    En él se han celebrado grandes conciertos y, por dos ocasiones, la final de la Copa Davis, además de la final de la UEFA en 2003 y las finales de la Copa del Rey de 1999 y 2001; pero nunca se llegó a amortizar lo invertido, estando sin uso casi todo el año, siendo conocido como el «capricho» de Alejandro Rojas-Marcos, exalcalde de Sevilla.

  2. Glorieta olímpica

    La bandera olímpica y el pebetero
    La bandera olímpica y el pebetero - abc

    Durante la Expo, se instaló a la salida de la SE-30 por el Puente del Alamillo, en el cruce con Torneo, una gran glorieta con un enorme mástil desde donde ondeaba la bandera olímpica. A sus pies, se encontraba el pebetero.

    La glorieta quedó como un pequeño tributo al intento de la ciudad por acoger el mayor evento deportivo del mundo, pero como casi todo en Sevilla, acabó siendo foco de polémica porque las instituciones de la ciudad han querido desde entonces utilizar este mástil para lucir sus símbolos. El Sevilla y el Betis lo hicieron durante sus centenarios, las críticas a que se izara la bandera de España y, cada año, con motivo del Día del Orgullo Gay, el colectivo ondea allí el pabellón del arco iris.

    Durante algunos años, además, la rotonda quedó abandonada por el Ayuntamiento, hasta que recientemente ha sido reparada.

  3. La Torre de la Plata, sede de la candidatura

    La Torre de la Plata
    La Torre de la Plata - abc

    El paño de la muralla de Sevilla unía la Torre del Oro con otra torre semioculta, situada en la calle Santander, que se le denominó de la Plata, conocida también como Torre de los Alcázares en tiempos de Alfonso X el Sabio.

    Esta torre, abandonada durante décadas, fue restaurada de cara a la Exposición Universal de 1992 y, al estar vacía, fue utilizada a partir del año siguiente por la candidatura de Sevilla a los Juegos Olímpicos de 2004.

    Allí se presentó en diciembre de 1993 el logotipo de la candidatura, un clavel con los pétalos rojos y el tallo verde que simbolizaba la paz y la amistad, en una flor muy típica de Sevilla. El logo, diseñado por Blas de la Torre, Rafael Lao e Irene Gómez fue criticado por no ser entendido fuera de Andalucía.

    Por su parte, la Torre de la Plata y los alrededores permanecen actualmente abandonadas, con solar anexo haciendo las veces de aparcamiento en los últimos años.

  4. El anfiteatro de Itálica

    El anfiteatro de Itálica con la iluminación artística
    El anfiteatro de Itálica con la iluminación artística - abc

    Pocos recuerdan la idea que tuvo la candidatura de Sevilla para que el anfiteatro de Itálica sirviera como escenario de pruebas de lucha en los Juegos Olímpicos.

    Es decir, hubiera regresado al pasado para volver a acoger espectáculos de «gladiadores» contemporáneos. La idea no fraguó y, en la candidatura de 2012, las competiciones de lucha estaban previstas que se desarrollaran en Sevilla Este.

    Itálica, si se le puede considerar como tal, es de los pocos vestigios del sueño olímpico que ha seguido siendo cuidado por las administraciones. Recientemente, de hecho, ha sido inaugurada la iluminación artística. Además, relacionado con el deporte, allí se celebra cada año el famoso Cross de Itálica.

  5. Los cuatro anillos de la candidatura

    El pabellón de San Pablo
    El pabellón de San Pablo - abc

    El proyecto de Sevilla 2004 contemplaba cuatro anillos. El primero de ellos se centraba en la zona norte de la Cartuja, donde está el Estadio Olímpico. Allí, en el recinto que acogió la Expo 92, se preveía la instalación de un pabellón cubierto y las instalaciones de natación y béisbol, junto con las de remo y piragüismo. El centro regional de la RTVE se utilizaría para albergar el centro internacional de radio y televisión.

    El segundo anillo lo formaría la SE-30, con las instalaciones en los barrios. En él se hablaba de los pabellones de San Pablo, Hytasa y el Club Pineda. También, pabellones cubiertos en Las Letanías, Los Bermejales y Miraflores, junto con las pistas de tenis del aeropuerto y el polideportivo de Alcosa, además de los circuitos de marathón, hípica, ciclismo de fondo y cross.

    El tercer anillo se enmarcaría en el área metropolitana, con lugares como el pabellón cubierto y el velódromo de Dos Hermanas, el polideportivo de La Rinconada y el campo de tiro de Camas. El Real Club de Golf y localidades como Carmona, Coria, Mairena y Alcalá de Guadaíra se usarían como sedes de entrenamiento.

    Por último, el cuarto anillo se extendía al resto de Andalucía. Entre la Bahía de Cádiz y Mazagón, se realizarían las pruebas de vela, mientras que el fútbol se practicaría en Córdoba, Málaga y Jerez, y el piragüismo de aguas bravas en Granada.

    Para 2008, el proyecto era similar en cuanto a la situación de los pabellones, mientras que el de 2012 contemplaba algunos cambios. Por ejemplo, en la Cartuja se hubiera construido un pabellón de gimnasia, badminton y balonmano. En Tablada, para las competiciones de tiro, béisbol y hockey. En Sevilla Este, por su parte, Fibes hubiera sido el centro de prensa, y en esta zona de la ciudad se hubieran desarrollado las pruebas de lucha, halterofilia o judo.

    De todas estas instalaciones, tan sólo vio la luz el Estadio Olímpico, y los pabellones de los barrios continúan en su mayoría en el mismo estado que hace 20 años. Tan sólo en el de San Pablo se prevén mejoras de cara al Mundobásket de 2014.

  6. Tablada, la villa olímpica

    En 1993, de cara a las Olimpiadas de 2004 se preveía que el campo de Tablada se convirtiera en la gran villa olímpica. Hubiera sido un triángulo de 474.000 metros cuadrados, a sólo cinco minutos del primer anillo de la Cartuja al estar situado junto a la ronda de circunvalación -por entonces no presagiaban los atascos que se producirían en la SE-30, al llegar al puente del Centenario-.

    En Tablada cabría distinguir dos áreas principales: una donde estarían los dormitorios, en 21 edificios de apartamentos con capacidad para 17.000 personas, además de un centro médico, restaurantes y otros servicios. Y, en segundo lugar, una «zona internacional» que ocuparía una franja junto a la SE-30, con ocho edificios en los que estarían las sedes administrativas de las delegaciones y los centros de logística y de seguridad.

    Tras las Olimpiadas, Tablada sería reutilizada como ciudad universitaria. Para ello, se acordó con el Ministerio de Defensa que esta zona se construiría se celebraran o no finalmente los Juegos, pudiendo estar en funcionamiento para los usos universitarios incluso antes del año 2004. El Ejército se comprometía al desalojo de las instalaciones aéreas.

    Rojas Marcos impulsó a tal fin un convenio marco con las dos cajas de ahorro con sede en Sevilla que habían adquirido los terrenos en una polémica subasta al Ministerio de Defensa para la urbanización de aquellos suelos. Veinte años después, Tablada sigue siendo una zona verde, sobre el papel, pero olvidada en la realidad, ya que su desarrollo lleva igual de parado que entonces.

    Para los Juegos de 2012, por otro lado, se preveía que en Miraflores se ejecutaran 2.500 viviendas para la villa olímpica. Frente al aeropuerto, hubiera ido la villa de los periodistas y, en Pineda, la de los jueces. Ninguna de estas instalaciones vieron la luz. Miraflores y Pineda, con el Parque Guadaíra, son ahora dos zonas verdes de la ciudad, mientras que en el aeropuerto se ha instalado el Parque de Aerópolis. Lo que hubieran sido las villas olímpicas en 2012 salieron bien paradas en sus proyectos posteriores en comparación con el resto de instalaciones previstas. No obstante, en la zona del aeropuerto, aún se está a la espera del «OK» de la junta para hacer la SE-35 e instalar allí un nuevo Ikea.

    Y una villa olímpica más sobre el papel: para la candidatura frustrada de 2012, el entonces alcalde Monteseirín llegó a proponer instalar la ciudad residencial de los deportistas en las Tres Mil Viviendas, ocurrencia que nunca pasó de su dibujo en una servilleta en la cafetería del AVE en la que lo ideó.

  7. El Betis, de querer serlo todo a no querer ser nada

    Imagen del Benito Villamarín antes de la «semirreforma» del 2000
    Imagen del Benito Villamarín antes de la «semirreforma» del 2000 - abc

    El campo del Betis había sido uno de los estadios donde se disputaron los partidos del Mundial de España de 1982, aunque ya por el año 93 se había quedado pequeño. Aquel año, Manuel Ruiz de Lopera ya se había postulado como el Mesías salvador del club y se veía con fuerzas. Tantas, que llegó a ofrecer el Benito Villamarín para que se utilizara como estadio olímpico, nada más comenzar la carrera de los Juegos. Evidentemente, el Sevilla Fútbol Club hizo lo propio, y ninguno de los dos clubes, evidentemente, se llevaron el gato al agua -visto lo visto, posiblemente hubiera sido más conveniente reformar los dos estadios ya existentes en la ciudad que construir uno nuevo en La Cartuja-.

    Lopera, en su línea, amenazó incluso con boicotear los Mundiales de Atletismo ofreciendo «gratis» conciertos de Ricky Martin.

    Diez años más tarde, en 2003, la candidatura de Sevilla perdió muchos apoyos al competir contra Madrid. Uno de ellos fue el Real Betis Balompié, que no envió a ningún jugador a la presentación de la candidatura en el COE.

  8. El Sánchez Pizjuán, ¿partido por la mitad?

    Vista aérea del Ramón Sánchez Pizjuán, durante la construcción del centro comercial Nervión Plaza
    Vista aérea del Ramón Sánchez Pizjuán, durante la construcción del centro comercial Nervión Plaza - abc

    El Sevilla Fútbol Club también ofreció su estadio a la candidatura olímpica. De hecho, se planteó la posibilidad de que el estadio acogiera dos pabellones. Es decir, que el campo se dividiera en dos pra albergar diferentes competiciones.

    El apoyo del club de Nervión a Sevilla 2012, al contrario que hizo el Real Betis, sí se vio materializada al enviar a un futbolista a defender la candidatura. El escogido fue José Antonio Reyes.

  9. El río, el gran canal de remo y piragüismo

    Un remero en el Guadalquivir, con el puente de la Barqueta de fondo
    Un remero en el Guadalquivir, con el puente de la Barqueta de fondo - abc

    Si hay una zona en Sevilla que sí ha sido utilizada posteriormente para lo que estaba previsto en los Juegos ha sido el río. El gran canal para las pruebas de remo y piragüismo ha visto cómo, tras despertarse del sueño olímpico, la ciudad ha acogido grandes competiciones.

    Incluso, se planteó la posibilidad de que, tras ganarle Madrid a Sevilla como ciudad candidata para las Olimpiadas de 2012, la capital hispalense fuera subsede, donde se hubieran celebrado las pruebas de piragüismo y remo, pero no llegó a fraguar por la guerra abierta entre ambas ciudades.

    De Sevilla han salido, desde entonces, grandes deportistas en estas categorías, gracias al buen funcionamientos de los clubes y, sobre todo, del Centro de Alto Rendimiento.

  10. El pabellón olímpico, el inicio del sueño

    El pabellón olímpico en la Expo del 92
    El pabellón olímpico en la Expo del 92 - abc

    Si hubo un punto de partida del sueño olímpico en Sevilla fue la Expo 92 y, más concretamente, en el pabellón del COI. Sevilla se vio capaz de organizar los Juegos y, además, por este pabellón pasaron numerosos miembros del COI.

    El arquitecto mexicano Pedro Ramírez Vázquez diseñó un pabellón inspirado en un templo griego, como símbolo de los orígenes del olimpismo y en él se instaló el pebetero que posteriormente fue a parar a la glorieta olímpica. Según Legado Expo, «como anécdota se puede decir que fue este edificio el único sitio donde ardió una llama olímpica después de terminar unos Juegos».

    Por otro lado, en el pabellón, como se aprecia en la imagen, se encontraba la escultura del «torso», realizada por Miguel Berrocal. Actualmente se encuentra en el Museo Olímpico de Lausana.

    Ramírez Velázquez, además, diseñó el pabellón de México y era miembro destacado del COI, ya que fue el presidente del Comité Organizador de los Juegos de Mexico de 1968. Con él, Sevilla contaría como un aliado en su carrera por albergar las Olimpiadas. Falleció el pasado mes de abril.

    Hoy en día el Pabellón Olímpico ha sido reconvertido en la discoteca Antique, dándole una utilidad muy distinta a la que originalmente tuvo.

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