patrimonio
Sevilla conquista Castilla con Santa Teresa
Doña Sofía, admirada con el Cristo de «la sopa de los pobres» del Santo Ángel: «¿Cómo se consigue que parezca carne?»

Un total de 23 obras de arte y de la imaginería de la Diócesis de Sevilla forman parte de la muestra anual de «Las edades del hombre», dedicada en esta edición a Santa Teresa con motivo del quinientos aniversario de su nacimiento, que se celebra en tres iglesias de Ávila y una de Alba de Tormes.
La Santa dejó una gran huella en la ciudad, donde perviven el convento de San José del Carmen, vulgo Las Teresas, al que se trasladaron, ya muerta la Santa, las primeras carmelitas descalzas que llegaron a Sevilla con Teresa de Jesús, y la iglesia conventual del Santo Ángel —ambos enclaves nacidos de la mano de San Juan de la Cruz—, además de otros cenobios distribuidos por la provincia, que han colaborado con esta magna exposición cediendo objetos artísticos y devocionales de Teresa de Jesús.
Entre estas obras destaca poderosamente el Cristo de los Desamparados, fechado en 1617, de Juan Martínez Montañés, del que la Reina Doña Sofía dijo en la inauguración de la muestra: «Impresionante, impresionante. ¿Cómo se puede hacer en madera? ¿cómo se puede conseguir que parezca carne? Me recuerda la serenidad del Cristo de Velázquez», según ha contado a ABC de Sevilla el carmelita descalzo fray Juan Dobado, del convento del Santo Ángel y comisario de la muestra.
«El Cristo de Montañés es la joya», afirmó, por su parte, el presidente de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Ricardo Blázquez, al enfrentarse a esta obra que resalta entre la imaginería de Castilla, Andalucía y Murcia, debidas a las mejores gubias del arte español, presentes en esta muestra.
Historia y leyenda
No es para menos, además de ser obra cumbre de Montañés, la portentosa imagen es conocida como el Cristo «de la sopa de los pobres». Entre la historia y la leyenda se escribe la génesis de esta advocación popular. Los frailes, allá por el XVII, daban alimento a la pléyade de mendigos que pululaban por aquella ciudad que vivía entre la opulencia de ser puerta y puerto del Nuevo Mundo y la pobreza más absoluta.
Juan Martínez Montañés, vecino de la collación, veía con sus propios ojos cómo los religiosos repartían la sopa en una callejuela en las traseras conventuales y ello fue determinante para que el escultor, a quien la comunidad encargó la talla, no quisiera cobrarla. En los anudamientos providenciales de la historia, precisamente, la calleja coincide en la actualidad con la capilla del Sagrarío, obra de Aníbal González, donde habitualmente se encuentra este bellísimo Cristo de los Desamparados.
Es el convento del Santo Ángel el que más obras ha cedido para esta muestra. Además del Crucificado, aporta la «Aparición de la Virgen a Santa Teresa», una acuarela sobre marfil de finales del siglo XVIII; las «Obras de la gloriosa Madre Santa Teresa», edición de 1752; la «Vida de San Juan de la Cruz», edición de Venecia de 1748; las «Obras de la Madre Isabel de Santo Domingo», edición de 1638...
Además, la Sevilla teresiana está presente en Castilla con la «Santa Teresa escritora», de Zurbarán, que se encuentra en la Catedral; el retrato de la Santa de Mattia Preti del Palacio Arzobispal; «Cristo coronando a San José», también de Zurbarán, del Museo de Bellas Artes, que también presta otra Santa Teresa escritora de José de Ribera, de 1630.
Anotaciones de la Santa
El convento de Las Teresas aporta otra de las joyas: las «Constituciones de la Orden», que usó la Santa, con anotaciones manuscritas; un «Cristo expirante» de Zurbarán, que se expone por primera vez restaurado, y el retrato anónimo de María de San José. El de Santa Ana, la talla de Nicola Fumo «Éxtasis de Santa Teresa», cuya autoría publica por primera vez fray Juan Dobado; la Institución Colombina, un retrato anónimo del XIX de fray Bartolomé de las Casas; las filipenses «San Ignacio convirtiendo a un pecador», de Valdés Leal y un San Felipe Neri de Duque Cornejo, y la Hermandad del Silencio, un San José de Montañés, fechado en 1605, procedente del convento del Santo Ángel.
De la provincia, han cedido obras las carmelitas de Écija, con dos anónimos del XVIII, «Curaciones de Santa Teresa» y «Santa Teresa y su hermano en busca del martirio»; las de Sanlúcar la Mayor una «Santa Teresa de Jesús», nueva atribución a Duque Cornejo, publicada por primera vez por el padre Dobado; una «Santa Teresa fundadora», anónimo del XVIII, y la iglesia del Carmen de Estepa presta su «San José con el Niño», de Luis Salvador Carmona, de 1754.
La magna exposición se desarrolla hasta noviembre en el convento Nuestra Señora de Gracia, la capilla de Mosén Rubí y la iglesia de San Juan, en Ávila, y en la basílica de Santa Teresa en Alba de Tormes.
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