Atún del estrecho... callejón Javier Lasso de la Vega
El restaurante La Pepona ronquea un atún rojo de doscientos kilos procedente de la almadraba de Barbate en pleno centro de Sevilla

Pesaba doscientos kilos y tenía un arponazo en el morrillo con la sangre todavía fresca. La almadraba de Barbate ya trabaja con buzos. La tradición sólo ha quedado para los documentales. Pero eso permite que los atunes rojos que van a desovar desde el Atlántico a las aguas más cálidas del Mediterráneo tengan ahora una distribución menos restringida. Los japoneses se llevan la mayor parte. Los barbateños se quedan con la mejor parte. Pero por la autovía también están viniendo buenos ejemplares para Sevilla. Ayer llegó éste de doscientos kilos a la calle Javier Lasso de la Vega. Restaurante La Pepona. Su dueño, Pepón López Alba, y el gerente, Juanlu Fernández, fueron a pujar a la almadraba de Barbate. Y escogieron un bicho escultural. Ayer lo echaron en el centro del local y llamaron a Rafael González para que lo ronqueara. El espectáculo atestó el restaurante y la calle. Todo el mundo se asomaba para ver el despiece y, sobre todo, para escuchar el sonido que da nombre a esta práctica centenaria: el del cuchillo partiendo los costillares del túnido.
González, que es de Alcosa pero aprendió el arte de rajar atunes en Mercasevilla, sacó dos mormos de locura, avió los lomos, apuró la ventresca y puso en bandeja dos huevas gigantes. Todo se puede comer desde anoche en tartar con ensalada de algas, en tataki con ajoblanco de pepino... El atún está ya cruzando el estrecho callejón de Sevilla.
Noticias relacionadas
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete