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ue crimen de rocío caíz

El acusado de matar y descuartizar a su novia de 17 años en Estepa: «Dios mío, he matado a mi mujer»

Este viernes ha arrancado el juicio con jurado contra Adrián N., para quien la Fiscalía pide 14 años de cárcel por un homicidio y la abogado de la familia de la víctima, prisión permanente revisable por asesinato y violación

La fiscal ha manifestado que este crimen refleja «la cara más salvaje del ser humano», y la abogada de los padres de ella ha advertido al jurado de que «no se dejen engañar por la carita de niño bueno»

Polémica decisión de la Fiscalía en el crimen de Rocío Caíz: califica los hechos de homicidio

Visión de la sala antes del juicio con jurado sin el acusado por decisión de la magistrada Raúl doblado
Jesús Díaz

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«Dios mío, qué es lo que he hecho; Dios mío, he matado a mi mujer». Son las palabras pronunciadas este viernes por Adrian N., de 25 años, recordando lo primero que dijo tras matar el 2 de junio de 2021 a Rocío Caíz, una chica de 17 años con la que tenía un bebé de pocos meses y con la que había convivido hasta unos meses antes en un piso en Estepa. Esa misma noche la descuartizó y guardó los restos del cuerpo en bolsas de basura que escondió durante los días siguientes por todo el pueblo «en una bicicleta y con una mochila», para ocultar el cadáver. Las horas después se hizo pasar por ella a través de las redes sociales y su móvil para hablar con la familia de Rocío. Tras verse acorralado por la Guardia Civil y por los medios, en los que llegó a salir para decir que la víctima se había ido con otro hombre, fue detenido el día 10.

La primera sesión del juicio con jurado contra Adrian N., de origen rumano, en la Audiencia de Sevilla ha dado mucho de sí. Desde el duro relato de los hechos elaborado por las abogadas de los padres de Rocío, María José Atoche, y del bebé, Amalia Calderón; hasta la sincera exposición de letrado defensor, Manuel Manzaneque, que ha cogió el caso hace ocho días; pasando por la incompleta declaración del acusado, que sólo ha respondido a las preguntas de la fiscal y de su defensa.

Sin pasar por alto, que la magistrada-presidenta del tribunal ha impedido a los reporteros gráficos tomar imágenes del acusado, ni siquiera de espalda, como es lo habitual en estos casos. El habitual 'mudo', como se conoce a los escasos minutos de grabación que se permiten al inicio del juicio, se ha celebrado con la presidenta de la Sala y los abogados y fiscal.

El caso de Rocío Caíz alcanzó mucha repercusión social y mediática. Primero se denunció su desaparición en Estepa. Tenía 17 años y un bebé nacido en enero de ese mismo año, 2021. Adrian, que hoy ha dicho que seguían siendo pareja en el momento del crimen aunque ella ya había vuelto a vivir con sus padres en Martín de la Jara, no dudó en salir en los medios, señalando que ella se había ido con otro hombre con su dinero.

Conforme avanzaban los días las sospechas recaían en su figura, hasta que fue detenido el día 10 de junio. Ese día, se personó en la Policía Local de Herrera diciendo que «había matado a la madre de su hijo». Según las acusaciones y la Guardia Civil, su objetivo era huir. Llevaba encima unos dos mil euros. Sin embargo, la insistencia del padrastro para que se entregara tras reconocer Adrian a su madre que había matado a Rocío y el hecho de sentirse «acorralado», le llevó a entregarse.

No hay dudas de que Adrian estranguló con un cordón a Rocío y después la descuartizó en el piso en el que ambos habían vivido durante meses en Estepa. Allí citó el acusado a la madre de su hijo. Él mismo llamó al taxi desde Martín de la Jara y lo pagó, aunque hoy lo ha negado y ha señalado que todo fue idea de ella, que él no quería ni verla.

¿Una pelea?

La fiscal y el propio acusado mantienen que fue en el transcurso de una pelea. Según el Ministerio Público, por la negativa de ella a volver. Según el acusado, porque ella le quitó el móvil porque estaba hablando con amigas.

Adrian ha declarado que, en plena pelea, cogió una cuerda que había en el pomo de una puerta y por delante la estranguló. Las acusaciones y la Guardia Civil mantienen que fue por detrás y sin posibilidades de defensa, lo que finalmente determinarán los forenses. «No era mi intención matarla. Sólo quería que se callara. Cuando vi que se calló, tenía los ojos rojos. La llevé a la cama e intenté reanimarla».

Después, dando vueltas por el piso, y tras beberse «media botella de ginebra del tirón», sólo recuerda que decía una y otra vez: «Dios mío, qué es lo he hecho. Dios mío, he matado a mi mujer». Después desnudó el cuerpo y: «Cojo un cuchillo y la descuartizo», ha añadido el acusado, «para ganar tiempo».

De lo que pasó después no recuerda nada o casi nada. «Ya que me iba a entregar, quería estar tranquilo», ha afirmado, pese a que se entregó ocho días después. Precisamente, ese día 10, la detención de Adrian coincidió con otro hecho relacionado con otro caso mediático que tuvo en vilo a la sociedad española. Se halló una bolsa con el cadáver de Olivia, la menor de seis años, que junto a su hermana fue arrojada al mar por su padre en Tenerife.

El acusado de matar a Rocío Caíz ABC

«No podía respirar, ni dormir. Llamé a mi madre y le dije 'he matado a Rocío, y me entregó en el cuartel (Policía Local) de Herrera», ha insistido Adrian, que ha negado que tuviera intención de huir. La explicación del dinero que llevaba encima, 1.600 euros, según él, era para tener «dinero en la cárcel». Acompañó a los agentes a todos los lugares en los que había ocultado los trozos del cadáver.

«Si hubiera logrado huir, no encontramos el cuerpo», ha dicho el primer agente de la Guardia Civil que ha declarado este viernes, implicado en la investigación de este caso.

Precisamente, este agente ha desmentido en parte las palabras del acusado. No sólo en lo referente a quién citó a quién el día 2 en Estepa. Según el guardia civil, fue Adrian quien llama a Rocío. Pagó hasta el taxi. Ha evidenciado sus contradicciones cada vez que hablaba con los investigadores desde la denuncia de la desaparición de la chica hasta el descubrimiento de su asesinato.

«Desde el 3 de junio tuvo oportunidades para entregarse, pero planificó ocultar las pruebas, deshacerse del cadáver, evadirse de la Justicia. La forma en la que descuartizó el cuerpo, tan rápida, es algo que está planificado», ha explicado el agente al jurado.

En su plan, según este investigador, incluía mandar un mensaje a la madre de Rocío el día 3 temprano preguntándole por su hija, que supuestamente había abandonado el piso de madrugada. Después llegan los mensajes suplantando a Rocío, a través de WhatsApp y de Facebook, para decirle a su familia que se marchaba a Badajoz con un chico. Buscaba «coartada».

«Obstaculizó todo lo que pudo» la investigación, hasta que se sintió «acorralado». Ha agradecido la colaboración de la pareja de la madre del acusado para que se entregase. Según la Guardia Civil, Adrian admitió los mensajes a la familia de Rocío y que tiró el móvil, ocultando una prueba.

Después, limpió la casa y «con una bicicleta y una mochila se iba deshaciendo del cadáver» por Estepa. Otros restos los guardó en su piso. Según las acusaciones, desmembró a Rocío en partes innecesarias, para «vejarse» de ella, como un seno.

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