Agredida, vejada y violada por su exnovio en Sevilla: «Yo saldré de la cárcel y te buscaré para matarte»
La Audiencia Provincial le impone seis años de cárcel por un delito de lesiones y otro de violación y diez años y medio de alejamiento sobre la víctima, que mantuvo una relación de siete meses con su maltratador
La Fiscalía de Sevilla alerta del aumento sin precedentes de delitos sexuales

Agredida físicamente, vejada e insultada, y violada. Es el sufrimiento que tuvo que padecer una mujer de Sevilla la madrugada del 15 de abril de 2022 en el domicilio donde ella vivía con sus padres y hermano. El causante de este ataque físico, ... verbal y sexual era su exnovio, con el que había mantenido una relación durante unos siete meses. Por estos hechos, un tribunal de la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Sevilla lo ha condenado a seis años de cárcel y diez años y medio de alejamiento y prohibición de comunicarse con la víctima.
El acusado, José Israel O.L., de 34 años de edad y de nacionalidad ecuatoriana, y la víctima rompieron la relación en marzo del año pasado. Sin embargo, esta situación no fue aceptada por este individuo, marcado por los celos, según se desprende del relato de los hechos recogidos por la sentencia facilitada por la oficina de prensa del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía a este periódico.
Sobre las 00.15 horas del 15 de abril de 2022 el acusado, conociendo que su exnovia se encontraba sola en su casa, ubicada en la capital, se personó allí y le pidió retomar la relación. Esta petición fue rechazada por la mujer, quien además le instó a que se fuera dl domicilio.
Agresión física
Lo que escuchó no gustó al acusado, quien, «molesto y a fin de imponerle su voluntad, le quitó las llaves y su teléfono móvil». Después, guiado por el propósito de causarle un menoscabo físico, le propinó patadas y puñetazos en la mandíbula, el oído izquierdo, boca, estómago, espalda, pecho y rodillas.
La agresión física no terminó aquí. A continuación le golpeó con el móvil en la frente y la cabeza, le mordió los labios y le cogió con una mano por el cuello mientras que con la otra le tapaba boca y nariz, a la vez que, con ánimo de amedrentarla, le profería «puta, cuántas veces te he dicho que no hables con nadie que te voy a matar, esto te lo mereces por puta».
Cosificación
El duro relato de los hechos continúa exponiendo cómo el acusado, «preso de los celos que sentía, como expresión de dominio y control que ejercía sobre su expareja, a la que cosificaba y consideraba de su propiedad, llamó con el teléfono de la misma a, al menos, uno de sus contactos varones y le dijo que ella era «una puta, pero está conmigo y yo soy su novio».
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Acto seguido el acusado, «en un acto más para subyugarla y de reafirmación de su posición de superioridad como varón sobre ella, sometiéndola a su exclusiva voluntad y deseo de satisfacer sus instintos sexuales», la agredió sexualmente.
Y todo esto ocurría mientras ella no paraba de suplicarle que la dejara, sin que ello hiciera al acusado deponer su actitud. Al contrario, seguía vejándola: «Cállate, te voy a dejar desfigurada y vas a ser mi payasa, mi marioneta, mi puta, yo saldré de la cárcel y te buscaré para matarte porque tú no puedes dejar la relación cuando quieras».
Ella sólo logró que detuviera su actitud violenta con el pretexto de que iban a llegar sus padres. Tras marcharse él, rápidamente la víctima avisó a la Policía de todo lo que había sucedido en su casa.
A causa de la agresión, la mujer sufrió distintos hematomas en brazo, cuello, en el pómulo, la frente, la nariz o el labio superior, pero también en el pecho, la muñeca o la espalda. El acusado fue detenido el mismo día 15 de abril y enviado a prisión provisional.
Previamente a la celebración del juicio a principios del pasado mes de noviembre, José Israel pagó por adelantado 12.000 euros en concepto de indemnización, lo que le valió como atenuante de reparación del daño. En la vista oral, la acusación y la defensa se adhirieron a la petición de condena de la Fiscalía.
Posición de superioridad
Además, el acusado reconoció los hechos, que constituyen un delito de lesiones en el ámbito de la violencia doméstica y otro de agresión sexual, enmarcados en una relación de pareja en la que el acusado actuó para «subyugar a la víctima y como reafirmación de su posición de superioridad como varón sobre ella».
En conclusión, el tribunal le impone seis años de prisión, dos años y medio de privación de uso y tenencia de armas, y diez años y medio de prohibición de acercarse y comunicarse con la víctima.
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