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Semana Santa de Sevilla

EN LA MUERTE DE aNTONO bURGOS

La amenaza de ETA a Antonio Burgos y una pistola para defenderse: «Yo no soy Gary Cooper»

El 'comando Andalucía' planeó asesinar al periodista en octubre de 2000. Le esperaron en la puerta de su casa, pero ese día no salió a la calle

Antonio Burgos saluda en junio de 2003 al entonces jefe superior de la Policía Nacional, Antonio Bertomeu díaz japón
Manuel Contreras

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El 16 de octubre de 2000 la Policía Nacional detenía en Sevilla, tras una espectacular persecución en la que resultó fundamental la colaboración ciudadana, a los etarras Jon Igor Solana Matarranz y Harriet Iragi Gurrutxaga. Ambos acababan de asesinar al coronel médico Antonio Muñoz Cariñanos en su propia consulta. Los pistoleros componían el 'comando Andalucía', que había acabado semanas antes con la vida del concejal malagueño del PP José María Martín Carpena y del fiscal jefe del TSJA Luis Portero.

En el piso franco de los pistoleros, ubicado en el bloque 5 de la plaza Playa de Punta Umbría, los agentes se hicieron con abundante documentación sobre los objetivos del comando. Entre ellos se encontraba el periodista Antonio Burgos, al que solo una azarosa carambola le salvo de caer bajo las balas etarras.

Eran tiempos en los que los periodistas eran objetivo prioritario de la banda armada. Ese mismo año, en mayo, había sido asesinado en Andoáin el columnista de «El Mundo» José Luis López de la Calle. En marzo, Carlos Herrera había recibido en Radio Nacional de España una caja de puros que ocultaba una bomba. El locutor la abrió, pero no llegó a explosionar. Contra Luis del Olmo intentaron atentar ese año en ocho ocasiones; en la última de ellas se les estropeó el coche en una calle de Barcelona y asesinaron al policía municipal que se acercó a interesarse por la incidencia.

En el caso de Antonio Burgos, los etarras Solana Matarranz e Iragi Gurrutxaga estuvieron apostados tres días frente a su casa con la intención de asesinarle, según reconocieron en los interrogatorios policiales. La orden les había sido transmitida directamente por la dirección de la banda en Francia, al frente de la cual se encontraba Francisco Xabier García Gaztelu, «Txapote».

Los terroristas, armados, vigilaron el portal de Antonio Burgos desde un bar próximo a su domicilio. Los dos primeros días no lo detectaron, pero el tercero, en torno al 11 de octubre, lo vieron llegar en su vehículo acompañado de su esposa. Los etarras se apostaron ante el portal para dispararle si salía de nuevo, pero Burgos se quedó en casa y solo salió su mujer.

Señalado

Burgos sospechaba que era objetivo de la banda armada. En abril de ese mismo año el periodista Pepe Rei le había citado en la revista 'Ardi Beltza' como la voz «más beligerante de Interior en Andalucía». En aquella época, los medios de comunicación abertzales señalaban sin reparo las posibles víctimas de la banda.

El periodista pidió protección al entonces delegado del Gobierno en Andalucía, José Torres Hurtado. Recibió la visita del comisario Demetrio Cabello, que con el tiempo llegaría a ser delegado municipal de Seguridad Ciudadana en el mandato de Juan Ignacio Zoido. Éste solo le pudo ofrecer contravigilancias y una pistola, que el periodista rechazó con una frase rotunda: «Yo no soy Gary Cooper».

El intento de asesinato alteró la vida del columnista, quien se vió obligado a trasladarse temporalmente a Suiza, donde residía su hijo. «A mí esa experiencia me hizo creer más en Dios y en la Virgen. Me siento como el que está jugando una prórroga en un partido. Me han dado esta prórroga porque yo, según los planes de la ETA, tenía que haber desaparecido del mundo en octubre del año 2000. Dios me ha concedido que juegue esta prórroga y por eso tengo ese sentimiento de agradecimiento hacia él", aseguró en una entrevista.

En otra ocasión, el periodista también se refirió al ataque terrorista. «Siempre voy a contramano. Por eso me han puesto tantas multas. La más grande es la que me querían poner los de ETA. Menos mal que hubo un amigo que me quitó esa multa. Ese amigo se llama Jesús del Gran Poder«, señaló.

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