en la muerte de Antonio burgos
Antonio Burgos y el pregón de la Semana Santa de Sevilla de 2008: su prosa poética para 'Los días del gozo'
El escritor y periodista compendió en su texto más de cuatro décadas de recuadros para las hermandades y cofradías de Sevilla
Muere Antonio Burgos
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Durante años, Antonio Burgos era un firme candidato a ser pregonero de la Semana Santa de Sevilla. En la calle, algunas veces se pedía casi a gritos que se subiera al atril del Maestranza para anunciar la llegada de la Semana Mayor pero en el Consejo de Cofradías no había acuerdo para su designación.
En 2007, estaba todo preparado pero fue el entonces hermano mayor del Gran Poder, Enrique Esquivias, quien subió al estrado el Domingo de Pasión. Hubo voces dentro del Consejo que apuntaron al escritor y periodista señalando que «se metía mucho con la institución» y lo vetaron en la votación final.
Esta situación provocó la dimisión del que fuera por aquel entonces vicepresidente del Consejo de Cofradías, Eduardo del Rey, al que se señaló como opositor al nombramiento de Burgos y generó una grave crisis institucional en la institución presidida por Manuel Román.
La decisión de nombrar pregonero a Antonio Burgos fue tomada en septiembre de 2007, pero se venía barruntado meses antes refería la crónica entonces de Fernando Carrasco.
Después de estas circunstancias, sí llegó el momento que muchos esperaban como era el nombramiento como pregonero de la Semana Santa de Sevilla. En su casa, se reunieron aquella noche de otoño amigos y periodistas para celebrar la designación y recordar todo lo que tenía que contar porque Burgos ya había pregonado a las cofradías desde hacía décadas. Sus recuadros sobre las hermandades y la Semana Santa de Sevilla eran muy celebrados y aún hay gente que no puede leer en voz alta debido a la emoción textos como ‘Las manos del Gran Poder’ porque las consideran en sí mismas un pregón reducido a unos cuantos párrafos que condensan gran parte del imaginario de muchos cofrades.
En las vísperas, Burgos fue un pregonero huidizo de los ritos de agasajo cofradiero, con lo que tuvo que lidiar su ‘apoderado’ Joaquín Moeckel, que tantas veces justificó la ausencia con «las cosa de Burgos».
El primer aplauso
El día del Pregón, que coincidió con unas elecciones generales y andaluzas en 2008, y antes de iniciar su alocución, un anónimo lanzó desde la balconada del Maestranza un exabrupto. Templado, Burgos contestó desde el atril: «Ese no es de Sevilla», provocando la primera gran ovación del público.
Todavía se recuerda su inicio del texto de ‘Los días del Gozo’ con el «¿Estáis puestos?» que siguen enumerando muchas personas que han leído durante décadas al escritor y periodista.. Esta pieza literaria siguió a otras en las que contaba la Semana Santa de Sevilla a través de sus recuadros. Por ejemplo, anunciaba la luz del gozo con el romance de ‘Las manos del Gran Poder’ donde llegaba a decir que «viniera aquí la Teología y rompa aquí la baraja porque las madres llaman Hijo al Padre del Sol y el Agua».
Luego, hizo un recorrido en su texto literario por las cofradías del Miércoles Santo a través de coplas o recordó ‘Las Penas del hospital’ y cómo aún se llevan las flores de los pasos a los centros sanitarios para acompañar a los hermanos enfermos después de las estaciones de penitencia. Rememorando su ‘Armaos en San Lorenzo’ se dirigió a la Macarena, refiriendo cómo «Julio César, cuando conquistó las Galias, no traía tanta tamborería, ran, cataplán, ni tantas plumas como traen por la calle Capuchinas, llenando de viejas trompeterías los balcones de geranios. Vienen conquistando Sevilla, ran, cataplán, el pasito quedo y arrastrado, compás de paseíllo torero mientras suenan las notas de ‘Abelardo’, la alegría en la cara».
Un momento emocionante del pregón de la Semana Santa de Sevilla de Antonio Burgos fue la evocación hacia su padre con apuntes del artículo ‘Farol de Cruz de Guía’. Asimismo, recordó a los poetas que no dieron el Pregón de la Semana Santa como Rafael Montesinos con su célebre «Hoy la memoria escoge el camino más corto para herirme», Florencio Quintero, Juan Sierra o Manuel Sánchez del Arco.
El pregón terminó con un poema que levantó al público del Maestranza: La Torre dice: «Miradme.../Si me veis como un portento/en este azul de la tarde,/es que proclamo a los vientos/ la verdad de que El Más Fuerte/es El que está en San Lorenzo. /Aquel que venció a la Muerte. /Y les juro que pa mí/, con tu palma en el cuadril,/eres tú, Giralda bella,/Pura y Limpia, eres aquella.../¡Aquella que Está en San Gil!/ Y el gozo que me enajena/:ay, si el cielo de Sevilla/ tuviera en la Giraldilla,/en vez de la Vieja Dama,/tu carita macarena del Viernes por la mañana...
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