Desmantelan los servicios sociales de Los Pajaritos, pese a ser el segundo barrio más pobre de España
Vecinos de Tres Barrios-Amate se concentraron ayer para denunciar la «casi inexistente» plantilla de la Unidad de Trabajo Social
El grueso de los servicios municipales estaba siendo cubierto por los interinos contratados con el extinto programa Eracis

Un grupo de personas sin hogar amanecía ayer entre cartones en la plaza Doctor Andreu Urra, en el corazón de Los Pajaritos. Frente a ellos, una reunión de vecinos y representantes de diferentes entidades de Tres Barrios-Amate que se ... concentraban junto al centro de servicios sociales por la indolencia que envuelve a los casi 20.000 residentes censados en este barrio.
El portavoz de la Plataforma Cívica Tres Barrios-Amate, Fernando de Armas, se refiere a este centro municipal con el término de «fantasma», porque «por no tener, no tiene ni un letrero en su puerta que informe de su actividad». Los vecinos denuncian el «desmantelamiento» que se ha hecho en la Unidad de Trabajo Social (UTS) del segundo barrio más pobre de España. Aunque la última esquilma ha afectado a todos los servicios sociales de Sevilla, en este lugar se ha sentido la zozobra con mayor intensidad. El empobrecimiento de la plantilla se agravó el pasado 9 de junio, cuando se daba por extinguido el programa Eracis (Estrategia Regional Andaluza para la Cohesión e Inclusión Social), desarrollado con fondos europeos.
200 trabajadores al paro
Este «programa para la implantación, ejecución y desarrollo del plan local de intervención en zonas desfavorecidas de Sevilla» ha permitido contratar como funcionarios interinos del Ayuntamiento a casi doscientos trabajadores sociales entre 2019 y 2022. Extinguido el programa y los fondos europeos, la plantilla vuelve a menoscabarse. Y con ella, las funciones de la Unidad de Trabajo Social.
Según denunciaba ayer la plataforma municipal, este centro de servicios sociales se creó como segregación de la unidad del Cerro, pero con personal propio de ese centro. «A la unidad de Tres Barrios-Amate nunca se le llegó a asignar personal propio, y la plantilla prácticamente no ha cambiado desde entonces». Esta circunstancia no sólo condicionó el despegue de la sede de Los Pajaritos, sino que perjudicó considerablemente al histórico centro del Cerro.

«Europa nos envía fondos porque tenemos, lamentablemente, mucha población sin emplear en zonas desfavorecidas; pero el Ayuntamiento aprovecha estas incorporaciones para que realicen labores de estructura que les rebajen la lista de espera, porque prácticamente no tiene personal propio que pueda hacerlo. Aprovechan los fondos europeos para no hacer gasto municipal», explicaban los representantes de las diferentes entidades denunciantes.
El centro de Los Pajaritos (plaza Doctor Andreu Urra) tenía hasta el inicio de este verano a una quincena de trabajadores dedicados a las labores sociales. Ahora, tras la marcha de los interinos de Eracis —más las vacaciones de verano y las bajas sin cubrir—, los empleados se cuentan con una mano. De hecho, el grueso de la plantilla lo conforma el personal de seguridad, limpieza y recepción; en lugar de los efectivos para la prevención de la vulnerabilidad del segundo barrio más pobre de toda España.
Citando por febrero
Según fuentes consultadas por ABC de Sevilla, la lista de espera actualmente atiende a personas que solicitaron su ayuda el pasado mes de febrero. La lista, por la saturación del servicio, se ha triplicado en cuestión de un mes. «Como imaginarán, esas personas ya estarán en una situación extrema, cinco meses después de haber solicitado amparo municipal para poder vivir». La mínima plantilla del centro (la jefatura de servicio, dos trabajadoras sociales, una educadora, una administrativa y una subalterna.) no da abasto. Para Los Pajaritos, Madre de Dios y Candelaria hay en estos momentos menos dotación que para zonas poblacionales con mayores recursos.
«No se trata de un hecho novedoso ni aislado. Desde hace años los servicios sociales de la capital se encuentran en un estado más que lamentable. Mal dotados de personal desde sus orígenes, su actividad viene condicionada por raquíticas subvenciones periódicas que dejan anualmente etapas de inasistencia e interrupción de la atención social a veces muy urgente y delicada para muchos vecinos. Ello provoca una permanente falta de servicio, largas listas con varios meses de espera, saturación y derivación a entidades civiles, excesiva morosidad en la tramitación de solicitudes, presupuestos tardíos e irreales, insuficiencia de recursos, discontinuidad de las prestaciones y limitación a respuestas de tipo asistencial, siempre puntuales y de emergencia. Pero en algunas zonas, singularmente las periféricas y de mayor vulnerabilidad social en las que naturalmente las necesidades son mayores, estas deficiencias adquieren consecuencias nefastas», denunciaba el manifiesto vecinal que leyó Fernando de Armas.
«Esta concentración no es un simple acto de protesta, sino la denuncia de la hipócrita y cínica actitud de los responsables municipales y autonómicos que han mantenido unos servicios sociales lastrados por la ineficacia y la incapacidad de atención a sus más primarias necesidades. La desatención a derechos absolutamente perentorios de una población con amplios niveles de exclusión social no sólo evidencia el fracaso del estado de bienestar del que constantemente alardean como santo y seña de sus gobiernos en falaces prédicas, sino que traspasa ampliamente los límites de la ética política», lamentó el presidente de la plataforma vecinal.
Las denuncias de los vecinos se sucedían durante la concentración, enfocadas todas a la calamitosa situación que afronta un barrio ya de por sí maltratado por la exclusión social, por la delincuencia y por el tráfico de drogas. «Ahora tendremos que volver a esperar a que Europa nos mande dinero. Fulminado el programa Eracis, confiaremos en la llegada de los Next Generation. Y mientras llegan, ¿quién atiende a estas familias que no tiene cómo pagar la luz, el alquiler o la comida? Hay madres que tienen que rebajar la leche de sus bebés con agua porque no están siendo atendidas», aseguraban.
La misión del Gran Poder no cuenta con el respaldo institucional
Esta concentración vecinal era la segunda que se llevaba a cabo en la plaza del Doctor Andreu Urra en apenas doce horas. Además de las protestas por el menoscabo de la plantilla del centro de servicios sociales de Tres Barrios-Amate, los vecinos se reunieron durante la tarde del pasado lunes para reclamar mayor seguridad y limpieza en el barrio. Nuevamente, la botellona y la suciedad en torno a esta plaza volvían a protagonizar las quejas de los residentes. Un espacio que muchos sevillanos descubrieron por enclavarse ahí la parroquia de la Blanca Paloma, primer templo que visitó el Señor del Gran Poder durante su misión evangelizadora por Los Pajaritos, Madre de Dios y Candelaria. Ahora, los vecinos recuerdan la atención municipal que sí recibió el barrio durante el pasado mes de octubre, que en tanto difiere de la actual. «Limpiaban incluso dos veces al día, adecentaron la plaza y se solucionaba con diligencia la situación de quienes se plantaban frente a la puerta del centro de servicios sociales (ubicado entre la parroquia y el mercado de abastos). Parece que aquello fue un espejismo», lamentan los vecinos.
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