El Ayuntamiento de Sevilla cambia su estrategia contra los grafitis y contratará una brigada externa
La Gerencia de Urbanismo asumirá protagonismo en la lucha contra las pintadas con la incorporación de veinte operarios para los edificios privados

El Ayuntamiento de Sevilla cambiará su estrategia para luchar contra la proliferación de los grafitis en las fachadas públicas y privadas de la ciudad. Un proyecto que tendrá mayor énfasis en el Casco Antiguo, donde residen y actúan algunos de los vándalos más dañinos de todo el territorio municipal. Para perseguir estas pintadas y retirarlas se contratará una brigada externa que pasará a depender de la Gerencia de Urbanismo, al margen de los trabajos que actualmente realiza Lipasam. Es lo que ha anunciado este jueves Antonio Muñoz durante el inicio del proceso de participación ciudadana que revisará la actual ordenanza de limpieza, justo cuando se va a cumplir un año desde su nombramiento como alcalde de Sevilla, donde confesó que existía «margen de mejora» en materia de limpieza.
Esta brigada antigrafitis está incluida en el proyecto presupuestario que el socialista le ha hecho llegar esta semana a los diferentes grupos políticos con representación municipal, quienes tendrán la llave para su implementación durante el primer semestre de 2023. En concreto, se destinará 1,3 millones de euros, que irán por separado del incremento del 4 por ciento para la partida de Lipasam. Este negociado corresponderá a la Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente. Hasta la fecha, Lipasam se ha encontrado dos grandes escollos para la eliminación de estas pintadas: su incapacidad logística y las limitaciones impuestas por la actual normativa en cuanto a la actuación sobre edificios privados.
Falta de competencias
Desde la empresa pública de limpieza aseguran que sus operarios no tienen competencias para eliminar los grafitis de una fachada privada si no reciben el beneplácito de su propiedad. El mayor temor de Lipasam —según exponen— es que el resultado de su intervención no deje conforme a sus dueños y que estos les reclamen los perjuicios. Para reforzar esos trabajos específicos y mediar con los vecinos se contratará un servicio externo compuesto por diez equipos de dos profesionales cada uno (un oficial de fachadas y un ayudante).
Estos trabajos estarán recogidos en un pliego que el Ayuntamiento espera poder licitar durante los primeros meses del nuevo año y que también recogerá la puesta en funcionamiento de un servicio que monitorice las pintadas detectadas, la planificación de los trabajos y la atención de las demandas recibidas. El pliego exigirá la incorporación de un restaurador licenciado en Bellas Artes para aquellas pinturas vandálicas realizadas en entornos patrimoniales.
Casas ocupadas
En estos momentos Lipasam cuenta con dos unidades que exclusivamente están actuando en edificios de titularidad pública, bienes patrimoniales y fachadas privadas que demuestren la dejación de su propiedad, como ocurre habitualmente con las viviendas ocupadas. Según ha anunciado hoy el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, este nuevo servicio irá en paralelo a las actuaciones que pueda realizar Lipasam y tendrá «especial énfasis» en el Casco Antiguo, zona más deteriorada en este sentido de todo el conjunto de la ciudad.
Protestas por aprovechar el plan de empleo juvenil
Además, ha informado que mientras estos equipos entran en vigor —como mínimo, a mediados de 2023— se incorporará a estas tareas el personal recién llegado del plan de empleo 'Joven Ahora'. Este asunto ha alzado en armas a las diferentes secciones sindicales de las empresas municipales, apoyadas por el candidato de IU a la Alcaldía, Ismael Sánchez, quienes le han recordado a Muñoz que estas contrataciones temporales no pueden «ejecutar funciones que corresponden a trabajadores municipales».
El alcalde ha inaugurado este jueves en el centro cívico Entreparques (Pino Montano) el proceso de participación ciudadana que revisará la actual ordenanza municipal de limpieza. El socialista reconoce que está «obsoleta» y que «no ofrece una respuesta adecuada». Ahora se celebrarán diferentes encuentros con técnicos de limpieza, vecinos y entidades «para adecuarla a las necesidades y demandas de la ciudadanía». Según adelanta el Gobierno municipal, se estudiará el incremento de las multas por no recoger los excrementos caninos o el abandono incorrecto de bolsas de basura o enseres.
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