Cuando llega el frío
¿Por qué los sevillanos llaman 'chaleco' a los 'jersey'?
Diccionario sevillano
Analizamos la simpática cuestión del nombre de la prenda que escogen los sevillanos del armario cuando empiezan a bajar las temperaturas

Parece que, de verdad, llega el frío a Sevilla. En este asunto hay que dejar abierta la posibilidad con el condicional, porque en Andalucía el verano cada vez es más largo. De mayo a octubre no cesa el desfile de sandalias y mangas cortas, porque las altas temperaturas no permiten otra cosa. Sin embargo, ya pasado el ecuador de octubre, los sevillanos van notando el fresco y, sobre todo, necesitan que el termómetro vea reducidas sus cifras.
No son pocas las bromas que se comparten acerca del famoso cambio de armario cuando no se baja de los 30 grados, o cuando en el resto de España empieza a refrescar y en las tiendas de Sevilla van apareciendo, absurdamente, las sudaderas y los chalecos. Sobre esta última prenda citada atañe el motivo de este alto en el camino para hablar del peculiar diccionario sevillano, que no es ortodoxo pero sí infinitamente popular.
Llega el fresco a Sevilla y la pregunta es fácil: ¿Qué prenda cogen los sevillanos del armario para abrigarse? De forma natural y convencidos de ello, todos o casi todos responden que cogen un chaleco, y puede que, al llamarlo así, desde el resto de España miren contrariados.
En la web oficial del diccionario de la RAE, al teclear la palabra 'chaleco', se obtiene la siguiente definición: «Prenda de vestir sin mangas, que cubre el tronco hasta la cintura y se suele poner encima de la camisa o blusa». ¿Y dónde quedan las mangas? Se preguntarán los que habitan en Sevilla y su provincia, pues cuando hace frío bajan del altillo los jerséis con mangas que en esta tierra son bautizados como 'chalecos'. Y es que Sevilla, como en todas y cada una de las provincias españolas, hay un vocabulario propio que la caracteriza y hace ricos a sus hablantes, y por eso, lo que para todos los demás es un jersey, o un suéter, para los sevillanos es un chaleco. En otros puntos de Andalucía, como en Granada, se le dice 'saquito'.
Se trata de una variante diatópica, es decir, variantes lingüísticas que están relacionadas con las diferencias geográficas de los hablantes de una misma lengua. Esto no solo sucede con el lenguaje verbal, sino también con la lengua de signos.

¿El motivo? Se desconoce y en esta ocasión no se puede hablar de economía del lenguaje, que es la excusa que se lanza cuando señalan a los andaluces por reducir palabras, acortarlas por el final o aspirar ciertas letras. Decir chaleco 'cuesta lo mismo' que jersey. Además, al contrario que en el resto de provincias españolas, aquí se le llama 'chaleco sin mangas', usando tres palabras, a lo que todos conocen como chaleco.
Buceando en internet acerca de los resultados de esta simpática cuestión de vocabulario, en el blog Matador lanzaban la siguiente comparativa en la que todos los sevillanos se verán reflejados: «Tampoco llamaste nunca zapatillas a lo que para ti son botines, y sinceramente… ¿No es más sencillo decir 'calzonas' que 'pantalón corto para hacer deporte'? Un poco de sensatez y de economía lingüística».
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