patrimonio
Otro cuadro de Murillo acaba vendido por más de 65.000 euros
La pintura ha sido adquirida tras ser subastada por la casa Setdart y representa a un Cristo cargando con la cruz
Prorrogada la subasta del San Pedro de Murillo de Abengoa, para el que sólo hay por ahora una única puja de 5.000 euros
Ya se puede pujar online por el murillo de Abengoa, que sale con un valor de casi 600.000 euros
La casa Setdart subastó un cuadro de Murillo ayer por más de 65.000 euros. El óleo sobre lienzo es una extraordinaria obra que por el paso del tiempo presenta repintes y restauraciones y en el dorso conserva la etiqueta de que ha formado parte ... en el pasado de la colección del Museo de Bilbao. Sin embargo, según los datos aportados por la ficha de la pintura del siglo XVII, procede del inventario del convento de la Merced, hoy Museo de las Bellas Artes de Sevilla.
Hay referencias sobre el cuadro por Antonio Ponz en su 'Viaje de España', publicado en 1886 y por Félix González de León en su 'Noticia artística de Sevilla'. También, apuntaron desde la casa Setdart que estuvo en una colección privada en Madrid desde principios del siglo XIX.
Fuentes consultadas por ABC de Sevilla apuntaron que en la capital hispalense había interés por el cuadro y que tenía constancia del mismo hasta la hermandad de la Esperanza de Triana, cuyo titular precisamente representa el pasaje de Jesús cargando con la cruz en una de sus caídas.
Hay que resaltar que los datos del cuadro que se aportaban ayer se señalaba que existen dos pinturas de Murillo con un modelo y composición similar de esta escena, aunque de mayor tamaño y con la inclusión de María en ambas. La primera se encuentra en Filadelfia y la segunda está en Chesburgo. Las similitudes indican que seguramente esta pintura fuese realizada por Murillo entre 1660 y 1670, según los estudios realizados por Enrique Valdivieso.
Este cuadro, según el catedrático de la Universidad de Sevilla, «puede ser con bastante seguridad la que se inventarió en el convento de la Merced de Sevilla en 1732 en los siguientes términos: un Jesús nazareno… con moldura es de Dn Bme Morillo». En esta versión, se muestra un rostro que, a pesar del trance, no expone el dolor sino una una expresión de mansedumbre que se traduce en una serenidad que se transmite al espectador.
Análisis del catedrático Enrique Valdivieso
Según el análisis de Valdivieso, Murillo señala a un «Cristo que a pesar de soportar la cruz con gran esfuerzo no puede evitar que su resistencia física le abandone y motiven que sus rodillas se doblen hacia el suelo». Están dibujadas perfectamente sus manos, una sujetando el peso de la cruz sobre su hombro y la otra apoyada en el suelo para evitar que su cuerpo se desplome. Hay una serie de pliegues sobre su túnica oscura que el artista del siglo XVII «resuelve con perfección».
Este tipo de representaciones formaban parte de la catequesis que imperaba en la Iglesia de aquella centuria porque a través de estas escenas, «se movía al espectador a sentir una compasión por el sufrimiento de Cristo».
Las mismas no se quedaron sólo en la pintura sino que también en la escultura, como son los numerosos ejemplos de imágenes que se tallaron para mover la conciencia de los devotos. Precisamente de esa misma época son los tres Caídos de Sevilla: el de San Isidoro, que es de Alonso Martínez; el de la Esperanza de Triana, atribuido a Marcos de Cabrera; y el de las Penas de San Vicente, del círculo de Pedro Roldán, todos de los siglos XVI y XVII.
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