El estrés del Alcázar de Sevilla: cuatro eventos y 5.300 turistas cada día
El Ayuntamiento, de la mano de los renovados órganos de gestión de este Bien de Interés Cultural, planteará una ordenación del uso de las dependencias del Palacio para actos
Voces autorizadas para hablar de enclave Patrimonio de la Humanidad, como José María Cabeza o Benito Navarrete, señalan un uso «excesivo»
Los 'contenedores culturales', una vía alternativa en obras

El Real Alcázar de Sevilla recibe más de 5.300 visitas diarias y acoge una media de cuatro eventos por jornada. Son cifras referentes al primer semestre de este año 2023 y evidencian el nivel de actividad al que está sometido ... el Palacio Real en uso más antiguo de Europa. Durante la pandemia, antes incluso, se abrió un debate sobre la conveniencia de reordenar el flujo de visitas, un debate que ahora se extiende a la limitación de la agenda de actos para reducir el estrés de este monumento Bien de Interés Cultural y Patrimonio de la Humanidad, junto a la Catedral y el Archivo de Indias.
El año pasado se celebraron un total de 1.294 actos, de los que 86 fueron de carácter privado y todos los demás oficiales, entre los que se encuentran visitas, cócteles, almuerzos, cenas, ruedas de prensa, rodajes, conciertos, teatros y otros actos. Hubo más de medio centenar de almuerzo y cócteles. Este año ya se ha alcanzado la mitad de esa cifra.
En el primer semestre del año en curso, el número global de eventos asciende a 652. Si se tiene en cuenta el mes de julio también suben hasta los 799. Tomando como referencia la tendencia de los últimos años, en los que se refleja como la temporada alta de actos en el Alcázar comprende el periodo que va de mayo a noviembre, ambos meses inclusive, se puede concluir que este 2023 va a batir todas las estadísticas de ejercicios anteriores.
Cualquier gran evento que se celebra en Sevilla quiere extender sus actividades a cualquiera de las dependencias del Palacio. No hay un escenario igual en la ciudad. Desde la presentación de la última Eurocopa en Sevilla, la gran fiesta previa al desfile de Dior en la Plaza de España, la presentación de la revista Vogue, la firma del convenio entre Gobierno, Junta de Andalucía y Ayuntamiento para la línea 3 del Metro de Sevilla, presentaciones de libros, etc. En los próximos meses quedan los actos del Tourism Innovation Summit (TIS) o todo lo que rodea los Grammy Latinos, como eventos más destacados en la agenda. En el Alcázar cabe todo, ¿o no?
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Con el inicio de una nueva legislatura en el Ayuntamiento de Sevilla, el equipo de gobierno de José Luis Sanz ha iniciado la renovación de los órganos de gestión del Real Alcázar, que cuenta con Andrés Luque Teruel como nuevo alcaide, y con Ana Jáuregui, como gerente, un cargo de nueva creación.
Aunque se está a la espera de que los órganos de gestión (Consejo Rector y Consejo Consultivo) comiencen a funcionar en esta nueva etapa, el Ayuntamiento está estudiando la situación para plantear una ordenación del uso del Alcázar para eventos.
Restricciones y descanso
Enriqueta Vila, miembro el Consejo Consultivo del Alcázar y antes de su Patronato (modificación en los órganos de gobierno que se llevó a cabo en la anterior legislatura), es una voz autorizada para hablar del enclave patrimonial de la ciudad. «Mi opinión siempre ha sido la misma, los actos del Alcázar tienen que ser lo más restrictivo posible y siempre con un carácter cultural», ha trasladado a este periódico. Y pone como ejemplo los actos culturales (congresos, jornadas, presentaciones de libros, ...), en el Salón del Almirante, pero advierte que dichos eventos tienen que estar a la altura del Alcázar. Pero en cambio el Patio de la Montería «no puede ser un comedor un día y otro también».
La historiadora americanista y concejal de Cultura en el Ayuntamiento en la década de los noventa ve con buenos ojos las cenas literarias como las de los premios Fernando Lara o Ateneo, pero otras en otros contextos, no. «Hay otros sitios del Ayuntamiento en los que se pueden hacer».
José María Cabeza, director conservador del Alcázar de 1990 a 2008 y miembro del Consejo de Gobierno del Patronato entre 2011 y 2019, asegura que es un «estrés excesivo» al que se somete este enclave patrimonial de la ciudad, y advierte de que «lo vamos a pagar». «Es un espacio muy débil por su configuración geométrica, sus jardines, los materiales de construcción, sus sistemas constructivos, en contraposición con la Catedral, más sólido», lo que, a su juicio, hay que tener presente a la hora de buscar un «equilibrio» entre la conservación y la repercusión económica de las actividades.
Admite que es «difícil» alcanzar ese equilibrio, como difícil es para los gestores, como le pasó a él mismo, decir que no ante las tensiones de los políticos. «El Alcázar es muy atractivo» para celebrar cualquier evento.
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José María Cabeza siempre ha mostrado su preocupación por esta saturación del Alcázar, hasta el punto que siendo miembro del Patronato propuso que se cerrará un día a las visitas, los lunes. «Necesita descansar». Es partidario de abrir todos los espacios del conjunto monumental pero «con un control».

En esta línea también se ha referido al asunto Benito Navarrete, que también es miembro del Consejo Consultivo del Alcázar, quien aboga por cambiar esta dinámica de saturación de la agenda del monumento, que sólo debería albergar actos de naturaleza patrimonial y representativos de la ciudad, y no eventos que no tengan nada que ver con el Alcázar y sí con intereses privados.
Propone una comisión de técnicos que estudien las peticiones de actos para limitarlos «muchísimos», porque el Alcázar «no se puede someter a este estrés», sino que tiene recibir «un trato especial». El Alcázar tiene que ser «el motor cultural y patrimonial de la ciudad y que se descubra para los sevillanos.
Igualmente, pide que se haga una política de conservación preventiva, valorando la pertinencia o no de los actos y eventos a celebrar en las dependencias, limitar las visitas, algo que se recogen en varios estudios publicados por el propio Alcázar, donde se fija un tope de 2,4 millones de visitantes al año.
En este sentido, pide que se designen gestores (alcaide o director) especializados en el ámbito de la conservación preventiva. Y como ha comentado José María Cabeza, exige que el Alcázar cierre un día a la semana para darle descanso al monumento.
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Joaquín Egea, portavoz de la Asociación de Defensa del Patrimonio de Andalucía (Adepa), se muestra más abierto a que la agenda del Alcázar esté completa, sobre todo para eventos culturales. La idea del Manuel del Valle o de Ramón Fernández Baca, exalcaides, era que este monumento fuera «centro de la vida cultura sevillana» y Egea defiende que sea el «centro vivo de la cultura de la ciudad», recordando cómo surgió allí la generación del 27. El problema es cuando no se alberga actividades culturales importantes, sino que «se convierte en teatro con público excesivo».
No obstante, relaciona el número de actos que acoge el Alcázar con otro problema, la apertura diaria del monumento, sin ningún día de descanso, que se debería aprovechar para cuestiones necesarias como la limpieza. Egea no se muestra en contra del uso del Alcázar en sí mismo, sino para actos «completamente inútiles».
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