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Feria de Abril de Sevilla 2019

El baile es un gran antidepresivo

Precaución para quienes tienen «tristeza patológica que roba el placer de vivir»

Feria de Abril de Sevilla 2019: Todo lo que hay que saber

Niños y mayores comparten escenario en esta celebración Gogo Lobato

Amalia F.Lérida

Que duda cabe de que ir a la Feria tiene efectos beneficiosos para la salud y, sobre todo, para el espíritu.

Sin embargo, en algunas personas puede hacer el efecto contrario. Dice el catedrático de Psiquiatría Alfonso Blanco Picabia que nadie va a la Feria de Sevilla a ponerse o a estar triste sino a disfrutar de un ambiente el ambiente que facilita la desinhibición y el poder liberarse de muchos de los condicionantes, formalismos y frenos que implica la vida social en el resto del año.

«Pero esa ocasión implica, con ello, un cambio de vida al que no todo el mundo puede adaptarse gratamente. Para aquellas personas, más frecuentes de lo que creemos, que, de forma más o menos oficial o disimulada, padecen un cuadro depresivo importante, eso que ha sido llamada “la tristeza patológica que roba el placer de vivir”, el esfuerzo de tener que adaptarse a un ambiente tan dinámico, ruidoso y cargado socialmente, tan opuesto a lo que pide su naturaleza enferma, puede suponer para ellas un esfuerzo excesivo e inalcanzable y, por consiguiente, llegar a empeorar su enfermedad previa», explica.

Precisamente, según señala, «ese puede ser un elemento que permita el diagnóstico diferencial: aquellos, que, aunque sea sin ganas, pueden hacer el esfuerzo y luego se van a alegrar; y, los que materialmente no pueden y es mejor mejor no forzarles».

Advierte de que hay que tener mucha prudencia porque para los depresivos, colocarlos ante la posibilidad de verse en esa situación tan poco apetecible para ellos, «les sitúa en la tesitura de elegir entre dos opciones: o dar a conocer su anormal estado de ánimo para que no les fuercen y así poder negarse a tener que ir al ferial o “meterse” en la Feria».

Alfonso Blanco Picabia ABC

«Entonces -sigue este experto- utiliza el alcohol como medicamento, bebiendo, quizás, en exceso. Se da la circunstancia de que si se bloquean por ese medio, los controles neuronales, se posibilita que se ponga de manifiesto su interioridad y aparezcan con excesiva intensidad sus emociones contenidas, en forma de violencia, de llanto y con tantos otros signos y síntomas que habitualmente tenía inhibidos. Manifestaciones que van a desentonar del entorno y van a poner en evidencia a quien así se siente. Y que después serán motivo de vergüenza y culpa ... y por consiguiente, ocasionarán el empeoramiento de su patología previa».

Pero, afortunadamente, no es esa la situación de la mayoría de los mortales que llamamos «sanos». Para la ellos resulta muy beneficioso poder disponer de un tiempo prolongado, aunque acotado, global y socialmente tolerado y organizado, en el que se suspendan, en gran parte, las obligaciones de la vida cotidiana.

El catedrático de Psiquiatría asegura que el baile, que es un gran antidepresivo, la música, la saturación sensorial con el ruido, los colores, el movimiento, los caballos y carruajes, las aglomeraciones, la alegría de los demás y sus efusiones y la participación en ese ambiente eufórico permiten desconectar de las preocupaciones y los problemas del día a día en el resto del año».

Estructuras cerebrales

«Son muchos -continúa- y algunos muy dispares, los estudios que analizan la influencia que tienen sobre las estructuras cerebrales los estímulos que, durante la Feria, se presentan de forma conjunta . Se trata de una saturación de estímulos que consiguen excitar aquellas estructuras cerebrales más profundas es decir, las que se relacionan con lo más primitivo, instintivo e impulsivo; al tiempo que bloquean las estructuras más superficiales y modernas filogenéticamente y que son las que precisamente frenan esos impulsos, añaden los principios y valores, la sensatez y la supeditación de lo emocional a lo racional. Y no cabe duda de que el alcohol y la excesiva exaltación emocional constituyen los estímulos con mayor capacidad para ocasionar esos efectos».

No pasa por alto que el ambiente y la relajación de las reglas sociales, la exaltación de los sentimientos y las emociones facilitan un tipo de aproximaciones personales, que generalmente no trascienden al propio tiempo de la Feria, pero que, en muchas ocasiones están en la base de peleas o rupturas de algunas relaciones que, seguramente, no estaban ya adecuadamente consolidadas con anterioridad.

Menos mal que no es lo común porque «los que acuden, sobre todo quienes tienen experiencia, los sevillanos, saben muy bien administrarse y mantener la elegancia que, incluso para quienes habitualmente no la tienen, se les insufla al pasar por la portada».

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