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FERIA DE ABRIL DE SEVILLA 2019

Cien años de la pañoleta de las casetas de la Feria de Sevilla

El pintor Gustavo Bacarisas diseñó, en 1919, el modelo que fijó el canon estético de los módulos, normalizando ya para siempre la decoración de la fiesta

Feria de Abril de Sevilla 2019: Todo lo que hay que saber

La pañoleta de las casetas de la Feria de Sevilla fueron un invento de Gustavo Bacarisas Raúl Doblado

Javier Macías

Hubo un tiempo en el que la estética de la Feria era caótica. Todo se dejaba a la improvisación hasta el punto de que, en 1877, con motivo de la visita de la Reina Isabel II , las autoridades comenzaron a darle importancia a la imagen de la misma. Ese sentido de la medida que siempre ha caracterizado a Sevilla se puso de manifiesto con esta fiesta. Y así, treinta años después de que Ybarra y Bonaplata fundaran la Feria, el Ayuntamiento encargó un diseño de farolillos para que las calles del real guardaran un aspecto común.

En aquellos años en los que la pasarela peatonal de hierro que conectaba la calle San Fernando con el erial del Prado de San Sebastián hacía las veces de portada popular, aún quedaba por normalizar la decoración de las casetas y, aquellas lámparas que iluminaban el exterior, no gozaban de la aceptación popular. Por eso, a principios del siglo XX, el pintor gibraltareño Gustavo Bacarisas ideó una iluminación basada en las lámparas chinas y que dio como resultado los farolillos de papel que perduran actualmente.

En ese ánimo por salvaguardar las esencias, hubo un intento en 1902 de cubrir con colgaduras con anucios la Pasarela, ya que los caballeros se situaban debajo de la misma para verle las piernas a las mujeres que la cruzaban. Cuenta Nicolás Salas, en el libro «Las Ferias de Sevilla», que aquel púdico proyecto no se autorizó. Se prefierió no estropear la estética de la Feria.

Dos años más tarde, la polémica fue otra. La caseta del Círculo Mercantil estrenó una decoración japonesa, con sombrillas y farolillos orientales. Y, por su parte, los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero junto a un grupo de ateneístas, montaron una caseta denominada «Los Perros» , a la que le dieron aspecto de cortijo . Entre ambas, la opinión generalizada fue que el canon a seguir debía ser la de esta segunda. Y así permaneció hasta nuestros días.

Pero aún faltaba un detalle para que la Feria de Abril guardara un aspecto medido. Fue en 1919 , cuando Bacarisas diseñó las pañoletas de las casetas, un elemento de madera pintada que, a modo de tímpano, se coloca tapando la cercha de la fachada.

Este año 2019 se cumplen cien años de este hito que inspiró el cambio fundamental en el diseño y decoración de la Feria de Abril, por lo que este año habrá también una referencia en la portada al pintor Gustavo Bacarisas, que fue nombrado por el Ayuntamiento Hijo Adoptivo de la ciudad precisamente en aquel año de 1919.

De hecho, actualmente las ordenanzas municipales para la Feria delimitan cómo deben ser las pañoletas y sus medidas: «La base ornamental de las pañoletas serán los motivos barrocos tradicionales sobre fondo blanco, pudiendo llevar integrado el título o anagrama que defina a los titulares de la concesión administrativa, requiriendose para ello la previa autorización municipal».

La Feria sigue desde entonces un mismo canon costumbrista , que se ha exportado a otras ciudades. Aunque la estética sigue siendo la misma, se trata de una fiesta viva, que cambia de símbolo cada año y cuyo traje regional va siempre siguiendo otra pasarela: la de la moda.

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