Negocios
Las franquicias echan del centro histórico de Sevilla a los comercios tradicionales
Las principales arterias del centro histórico de Sevilla se llenan de tiendas orientadas a los turistas
Al mismo tiempo, grandes almacenes comerciales cierran edificios que llevaban funcionando años
Vuelven los locales vacíos en las principales arterias del centro histórico de Sevilla

Las calles principales del centro histórico y comercial de Sevilla llevan años viviendo una reconversión con más comercios dirigidos hacia un público foráneo que hacia los vecinos de la ciudad. Todo ello, se pueden observar en la desaparición de los comercios tradicionales en vías como ... Sierpes, Tetuán, Cuna o Puente y Pellón, los cuales han dado paso a tiendas más relacionadas con los turistas. Este hecho no sólo afecta a los pequeños comercios sino también a las grandes superficies. En las últimas semanas, se ha cerrado un gran edificio de la plaza del Duque que se hallaba en la embocadura de la calle Alfonso XII de una empresa nacional. Este centro estaba dedicado a la sección de deportes y ahora, ha pasado a una planta de otro almacén.
Con la crisis de 2008, el paisaje del centro histórico comercial fue mutando porque los problemas económicos hicieron cerrar a numerosos establecimientos. Los años más duros de aquella recesión como fueron desde 2011 hasta prácticamente 2015 hicieron que se perdieran negocios que llevaban funcionando años. Asimismo, la actividad de Sevilla se reorientó hacia el turismo haciendo que surgieran nuevas tiendas que, en un principio, convivieron con las tradicionales. Después, finalizaron los antiguos contratos de alquiler y subieron los precios de los mismos, haciendo que numerosos locales se llenaran de carteles de 'Se alquila' o 'Se vende'. Al poco tiempo, comenzaron a llegar franquicias para atender a los turistas, los cuales comenzaban a llenar la avenida de la Constitución, la plaza Nueva o la del Salvador.
Otra crisis que se ha llevado por delante a pequeños comercios ha sido la provocada por la pandemia del coronavirus. Tras los meses en los que se produjo el confinamiento, así como las numerosas restricciones que hubo desde marzo de 2020, durante todo ese año y gran parte de 2021, hubo numerosos cierres de tiendas de moda, de complementos o de bares en calles como San Eloy, convirtiendo a esta popular vía en un punto inhóspito.
Algunos emprendedores han vuelto a apostar por abrir comercios, sin embargo, si se pasea en la actualidad por el centro, se verán en su gran mayoría establecimientos hosteleros como los que ocupan la calle Argote de Molina, o las grandes cadenas de ropa, ocupando numerosas plantas de los edificios de la calle Tetuán. Asimismo, otro lugar con numerosos locales de franquicias en la plaza de la Campana. Hay algunas esquinas de este punto con calles como Santa María de Gracia, O' Donnell o la mencionada anteriormente San Eloy que están ocupadas por locales dedicados a la comida rápida o a cadenas de joyerías. Esta tendencia se está expandiendo en otros lugares de la urbe, aunque continúan existiendo comercios tradicionales de barrios como Triana o la calle Feria.
Temporalidad
La transformación de estas vías provoca otra circunstancia que es la temporalidad de estos negocios con respecto a los que le precedieron. Hay locales que han tenido durante décadas un mismo comercio mientras que, en la actualidad, se han sucedido varios desde principios de siglo hasta hoy en día. Este hecho provoca que las tiendas no duren ni un lustro en un local. Un ejemplo fue una heladería en la calle Martín Villa o un negocio de Velázquez que, desde 2014 hasta 2019, ha vendido ropa en general; más tarde, bolsos, y luego, ropa interior.
Por otro lado, hay otras vías que están viviendo un nuevo renacimiento debido a que hay emprendedores que apuestan por abrir comercios o cafeterías. Una de estas calles es Regina, la cual se ha actualizado con locales donde hay productos italianos, se venden galletas, calentitos o artesanía. Anteriormente, este enclave era muy popular y, antes de la reforma de la plaza de la Encarnación, conectaba el 'mercado provisional' que se llevó en el mismo sitio desde 1973 hasta 2011, la popular José Gestoso y San Juan de la Palma y Feria. En este lugar, había almacenes de semillas 'La Central', zapaterías, panaderías, comercios de muebles o tapicerías.
Además, el hecho de que esta calle haya recuperado el ambiente comercial ha favorecido la creación de otras tiendas en el cruce con la vía de Jerónimo Hernández o en el entorno de San Juan de la Palma, un lugar que ya conecta con Feria y sus múltiples establecimientos que se hallan hasta la plaza de abastos de la vía mencionada anteriormente. Asimismo, hay que reseñar que existen muy pocas franquicias en este punto del casco histórico.
También, otro hecho que se ha podido observar es que varios locales están protegidos y no se pueden hacer grandes obras en su interior o exterior, complicando los proyectos de los nuevos emprendedores o de marcas de tiendas que quieren abrir el negocio en el centro. Un caso que sucedió este verano fue el de la antigua joyería Ruiz de la calle Sierpes y una marca que se iba a asentar en ese local, pintando de blanco la fachada que tiene mármoles y bronces. La Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente tuvo que paralizar en agosto las obras por incumplimiento de la normativa. El organismo ordenó una inspección inmediata en el establecimiento comercial de la calle Sierpes 68 tras revisar el expediente de obras y se tomaron las medidas conforme a la normativa vigente. De hecho, agentes de la Policía Local estuvieron en el edificio y se ordenó la paralización y el precinto.
Dicho expediente constataba que las obras se estaban realizando a partir de una Declaración Responsable para actuaciones menores en el interior que consistían en tareas de pintura y sustitución de solería, entre otras, y en ningún caso para modificar el exterior ni los elementos protegidos de la fachada. El establecimiento se estaba excediendo en el alcance del documento presentado al Consistorio. El inmueble está encuadrado en el Plan Especial de Protección del Sector 8.3 El Duque-El Salvador del PGOU y protege, en concreto, fachadas, crujías, acceso a tienda, escaparates, rótulos y zona de venta con mobiliario compuesto por muebles, vitrinas, mesas, mostradores y sillas. Tras la orden de restituir los elementos que se habían tapado con la pintura blanca, la marca que había arrendado el local, recuperó los mármoles polícromos y los remates de bronce que adornaban su escaparate.

A pesar de la situación que se vive en el centro de la ciudad con respecto a los comercios tradicionales y la expansión de las franquicias, en otros barrios de Sevilla no existe esta misma situación. Todavía hay numerosas tiendas familiares o empresas locales en calles como Santa Cecilia de Triana, Afán de Ribera en el Cerro del Águila, la avenida de Miraflores o Marqués de Pickman. En estas vías de los distritos Macarena, Nervión o Cerro - Amate, no ha llegado esa transformación que lleva produciéndose en el centro de la ciudad desde hace años. Los comercios tradicionales están siendo sustituidos por otras tiendas o franquicias, alejando al cliente autóctono de calles como Sierpes o Puente y Pellón y dando paso a los visitantes que, en mayor o menor medida, saben diferenciar un producto local de algo que pueden encontrar en otras ciudades del mundo debido a la globalización que está afectando a numerosas urbes.
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