Fuga de médicos: casi 800 dejaron Sevilla durante la última década
salud
En lo que va de año una treintena de facultativos ha pedido la acreditación para trabajar fuera de Andalucía
En 2020 fueron cerca de 70 los médicos sevillanos que optaron por marcharse, cifra que creció hasta 75 en 2021
«En Francia los pacientes son educados, me respetan y hasta me dan las gracias por atenderles»

Cerca de ochocientos médicos sevillanos han abandonado Andalucía desde 2014 buscando mejores condiciones laborales y económicas. En lo que va de 2022 una treintena ha pedido la acreditación correspondiente para hacerlo en el Colegio de Médicos de Sevilla, a donde llegaron a lo ... largo del pasado año unas setenta y cinco peticiones de este tipo.
La fuga de médicos sevillanos y andaluces a otras comunidades españolas o de otros países en busca de mayor estabilidad laboral o mejor salario no es algo nuevo sino que se remonta al inicio de la crisis financiera de 2008, a partir de la cual el sistema sanitario andaluz empezó a reducir gastos y a extender contratos precarios a muchos de sus profesionales (algunos de un día de duración), algo que venía ocurriendo en algunos sectores de la economía privada pero no en las administraciones públicas.
En 2014 fueron sesenta los que se dieron de baja por traslado, una cifra que casi se duplicó el año siguiente (112) y que siguió creciendo hasta alcanzar su cénit en 2018 con 138 peticiones para salidas. En el lustro 2014-2019 fueron más de seiscientos los facultativos que pidieron la acreditación para salir fuera de España. Al año siguiente, en 2020, fueron casi setenta los facultativos sevillanos que lo hicieron, cifra que se elevó a setenta y cinco en 2021.
Durante la crisis financiera de la pasada década se perdieron unos siete mil empleos en la sanidad pública andaluza y eso repercutió en una sobrecarga de trabajo a los profesionales que trabajaban en ella durante los que años que duró la recesión iniciada en 2008. De los ochocientos profesionales que dejaron la ciudad y la sanidad pública andaluza, unos lo hicieron para trabajar en otras regiones españolas con mejores condiciones económicas, otros cambiaron la sanidad pública por la privada, algunos para formarse en hospitales extranjeros, y una quinta parte para probar nuevos aires en países como Francia, Alemania, Gran Bretaña o Irlanda, donde se paga, como media, el doble de lo que se percibe en los hospitales y centros de salud adscritos al SAS. No sólo es una cuestión de dinero, sino de estabilidad laboral
Alfonso Carmona, presidente del Colegio de Médicos de Sevilla, recuerda que el recorte de horas iniciado con la crisis financiera (se popularizaron los contratos «al 50 o al 75 por ciento» de reducción horaria) causaron en buena parte la huida de estos profesionales: «Se hicieron contratos de una guardia en los que entrabas una mañana y al día siguiente te rescindían el contrato, de modo que muchos médicos han sufrido contratos enlazados de ese tipo durante quince o veinte años sin ninguna estabilidad laboral«.
A esta precarización laboral, sufrida no sólo por los médicos sino también por las enfermeras y el resto de los profesionales sanitarios, se sumaron los salarios poco competitivos que se pagaban en Andalucía en comparación con el resto de comunidades españolas, un cóctel explosivo que llenó de descontento las salas de muchos hospitales y centros de salud andaluces.
El presidente del Sindicato Médico de Sevilla (SMS), Rafael Ojeda, explica que «salvo tres conceptos básicos que son los mismos para toda España (sueldo, trienios y complemento de destino, que representan un pequeño porcentaje de la retribución total del médico), en cada comunidad existen multitud de conceptos diferentes con cuantías asignadas igualmente diversas, de modo que las diferencias entre las retribuciones de los médicos son grandes no solo entre comunidades, sino dentro de la misma comunidad o incluso del mismo servicio y el mismo hospital«.
Ojeda, que es anestesista y tiene su plaza en el Virgen del Rocío, pone un ejemplo: «La retribución de la hora de guardia en Andalucía es de 25'15 euros/hora en un día laborable y de 27'38 euros en un festivo, mientras que en Murcia es de 29'76 euros en laborable y 33'04 en los festivos. Esto puede suponer una diferencia de 300 euros brutos al mes solo en concepto de guardias entre una comunidad y otra. En cuanto al sueldo bruto anual sin guardias, un Facultativo Especialista de Área con dedicación exclusiva en Andalucía, excluyendo la productividad variable, percibe 48.320 euros al año, mientras que en Aragón, ese mismo médico con dedicación exclusiva a la sanidad pública percibirá 62.200 euros«. La diferencia, de unos 14.000 euros anuales, »puede verse compensada en parte por la productividad variable que se cobra en Andalucía, pero esta cantidad difícilmente supera los 4.000 euros anuales, con lo que la diferencia se situaría al menos en unos 10.000 euros anuales«, añade.
Para el presidente del SMS, «con todo, a partir de ciertos niveles retributivos, lo más que más preocupa al facultativo no suelen ser la retribuciones, sino las condiciones de trabajo, la promoción profesional o la posibilidad de determinar por sí mismo su futuro profesional. Muchos médicos acaban buscando una salida profesional fuera de la sanidad pública para poder controlar mejor el tiempo que le dedican al trabajo, el tipo de actividad profesional en el que centrarse o el simple hecho de poder operar a sus propios pacientes. El sistema de gestión de personal que todavía rige en el SAS es el mismo desde hace décadas y en muchos aspectos no se adapta a la medicina actual«.
Esto podría explicar, al menos en parte, que el SAS no encuentre médicos ni enfermeras para cubrir las vacaciones veraniegas de su personal en hospitales y centros de salud, muchos de los cuales prefieren otros destinos españoles para estas sustituciones. Dice Alfonso Carmona que «no todos se van por dinero o huyendo de la precariedad laboral, puesto que hay profesionales muy acreditados que lo hacen para investigar en centros muy punteros en Europa y Estados Unidos, algo que mejorará mucho su formación; pero la mayoría lo hacen porque las condiciones laborales que encuentran fuera de España son mucho mejores que las de Andalucía«.
Un especialista andaluz puede ganar en un hospital de Irlanda más de 150.000 euros, casi el triple de lo que ganaría en Andalucía. En Francia un médico de Atención Primaria gana unos 100.000 euros, prácticamente el doble de lo que ganaría uno andaluz que no tuviera trienios ni guardias.
Alfonso Carmona asegura que los galenos andaluces «están saturados de trabajo y hartos de una escandalosa precariedad laboral«, aunque reconoce que el Gobierno andaluz ha mejorado las cosas durante los últimos tres años: »A este Ejecutivo también lo critiqué al principio porque tardaron mucho en arrancar. Yo sé que las cosas no son fáciles de cambiar y menos después de treinta y tantos años así, pero es verdad que han hecho ofertas públicas de empleo cada dos años. Y entre esos dos años también han hecho concursos que están dando estabilidad a los profesionales. También han mejorado el pago de las guardias de forma ostensible, porque hemos pasado de 15 euros la hora de guardia de un médico de un hospital de tercer nivel. Ahora ya estamos en 24 euros. También se ha dado una paga Covid por el esfuerzo de los profesionales y se ha quitado el complemento de exclusividad. Este Gobierno andaluz ha hecho un esfuerzo y lo agradecemos, pero queda mucho camino por recorrer«.
Ojeda reconoce estas mejoras, especialmente «el fin de la discriminación por la exclusividad, el aumento del valor de la hora de guardia o la implantación de la continuidad asistencial en primaria«, pero insiste en que »no ha llevado a cabo ninguna reforma de fondo en el modelo de gestión del sistema sanitario, quedando pendientes cuestiones relevantes, como una reforma de calado en el acceso a la carrera profesional, una regulación adecuada de la superespecialización o una profesionalización de la gestión hospitalaria«.
El SAS tiene contratados actualmente a 413 médicos excomunitarios, procedentes en su mayoría de países iberoamericanos, como Argentina, Colombia, Venezuela, República Dominicana o Cuba . Llegaron a ser más, 733 en total, durante el año 2021, cuando el sistema sanitario se vio desbordado por la irrupción de la pandemia del Covid-19. La directora general de Personal del SAS, Carmen Bustamante, asegura que se trata de una medida excepcional para mitigar el déficit de profesionales en determinadas especialidades como la Medicina de Familia, un problema que afecta a todo el sistema nacional de sanidad y que se agravará en los próximos años. «Tenemos que garantizar la asistencia a todos los ciudadanos de manera igualitaria en cualquier punto de Andalucía», dice la responsable autonómica. Para disminuir la sobrecarga de trabajo en los centros de salud y reducir los tiempos de espera de los pacientes, el SAS ofrece también incentivos económicos a los médicos de atención primaria que prolongan su jornada laboral por la tarde. Es otra medida destinada a compensar la escasez de determinados especialistas, como médicos de familia y pediatras, en el mercado laboral.

«Las condiciones que ofrecen son tan precarias que nadie se apunta Media jornada en un sitio, media jornada en otro pueblo y pagando lo que pagan. Los pediatras andaluces prefieren trabajar en cualquier otro lugar de España»
Manuel Antonio Fernández
Pediatra

«En España no hay reconocimiento profesional ni estímulos para que los mayores sigan trabajando. En Francia hay quince revisiones a lo largo de la carrera profesional y lo normal es que a los veinte años ganes el doble de cuando empezaste»
Cayetano Naranjo
Médico intensivista en Tolouse
Docencia e investigación
Alfonso Rodríguez Herrera, pediatra especializado en gastroenterología, es otro de los profesionales sevillanos que optaron hace algunos años por abandonar España. Trabajaba en el hospital Virgen del Rocío y era profesor de Biología Molecular en la Universidad Pablo de Olavide, además de colaborar por las tardes con el Instituto Hispalense de Pediatría. «Estaba en tres sitios no tanto por aumentar mis ingresos económicos como por combinar la actividad clínica, la docencia y la investigación, que están muy relacionadas y se fortalecen entre ellas », contaba a ABC desde la ciudad cercana a Dublín donde trabaja poco después de abandonar España.
En los hospitales irlandeses existe una gran demanda de profesionales sanitarios, tanto de especialistas como enfermeros, y las condiciones laborales que se ofrecen son seguras desde el primer momento. « En Sevilla y el resto de Andalucía ha sido siempre difícil consolidar tu puesto de trabajo. Hay una gran incertidumbre, mes a mes; casi todo es interinidad y existen muchísimos contratos temporales, hasta de un día -cuenta su experiencia Rodríguez Herrera-. Para un período corto, esto es asumible, pero cuando llevas años y años así, y te encuentras ya con una familia, esto empieza a pasar factura. Cuando viajaba fuera por congresos o cursos, me daba cuenta de que lo anormal era lo que pasa en Andalucía y que la mayoría de los profesionales de otros países podían ejercer la docencia y la investigación, incluso estudiar, en un contexto laboral estable».
Precariedad
El médico sevillano Manuel Antonio Fernández abandonó hace algunos años la sanidad pública tras encadenar mucho tiempo de contratos temporales de baja remuneración. Fernández recuerda a ABC que cuando era pediatra en Espartinas «me abrieron una especie de auditoría por poner un cartel en la consulta de mi compañero, que se había ido de vacaciones, diciendo que yo me hacía cargo de todo su cupo de pacientes. No cubrieron su baja», recuerda.
Fernández reconoce que las cosas han mejorado en los últimos tres años, pero recuerda su experiencia: «El SAS dijo en aquel momento que no era cuestión de dinero sino de falta de sustitutos en las bolsas de empleo, pero habría que preguntarse por qué. Las condiciones que ofrecen son tan precarias que nadie se apunta -añade-. Media jornada en un sitio, media jornada en otro pueblo y pagando lo que pagan . Los pediatras sevillanos y andaluces prefieren trabajar en cualquier otro lugar de España».
El Colegio de Médicos de Sevilla viene advirtiendo a la Consejería de Salud desde hace bastantes años del déficit de especialistas en Andalucía. Uno de los que dejó la sanidad pública por la privada fue David M. Farrington y su equipo de especialistas de Ortopedia Infantil . Farrington trabajó durante veinticinco años en la sanidad pública y fue jefe de sección de Ortopedia Infantil en el Virgen del Rocío hasta septiembre de 2017. El equipo que dirigía se convirtió en referencia nacional tras obtener en 2010 la prestigiosa acreditación CSUR para tratar graves problemas de la columna, pie zambo, displasias óseas y parálisis cerebrales.
Cayetano Naranjo, nacido en Calañas hace 60 años pero formado en Sevilla como médico intensivista, se fue a la sanidad pública francesa y trabaja desde hace una década en un hospital de Auch, en la región francesa de Tolouse. «Tenía plaza fija en España pero elegí Francia para estar dos años porque me gustaba ese país y su cultura», cuenta. Naranjo recuerda que en España ganaba entonces, con cinco guardias, unos 4.000 euros al mes. «Cuando llegué aquí, descubrí sorprendido que en Francia te reconocen la antigüedad española cuando trabajas en la sanidad pública y pasé a ganar 7.000 euros todos los meses«. asegura a ABC. Una de las cosas que lamenta es que «entre un médico que empieza su carrera y uno que la termina hay sólo unos 700 euros al mes de diferencia en España. No hay estímulos para que los mayores sigan trabajando ni reconocimiento profesional, mientras en Francia hay revisión salarial cada dos años y unas quince revisiones antes de la jubilación, de modo que cuando llevas veinte años, ganas el doble de lo que cuando empezaste », asegura.
Cayetano ha decidido volver ahora a Sevilla. «Los inviernos son duros, grises y largos en Francia y sé que voy a perder un tercio de mi salario pero me compensa. Adoro Sevilla«.
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