«En los hospitales vascos está todo más informatizado y nos pagan mejor... hasta el cuarto de hora de relevo»

Lo que Araceli quizá no esperaba era una oferta del Hospital de Cruces de Bilbao con unas condicones laborales «bastante mejores» que las del Virgen Macarena. «Fue muy fácil, llamé por teléfono un 3 de septiembre y el 6 de septiembre ya tenía firmado el contrato de cuatro meses y medio, algo que es impensable en Sevilla cobrando 400 euros más al mes». Ese dinero de más no es tan importante para esta enfermera como la duración del contrato: «En Sevilla te dan muchas veces un contrato de un día, una semana o un mes como mucho. En el SAS no tengo nada que hacer«, asegura.

Araceli es consciente de que las enfermeras «somos unas privilegiadas porque tenemos trabajo nada más acabar la carrera, algo que casi ningún otro graduado tiene en España. No me siento discriminada para nada, al contrario, pero prefiero seguir cogiendo puntos y avanzando en mi carrera trabajando fuera de Andalucía«, dice.

Echa de menos a su familia y a sus amigos pero está muy contenta en su nuevo hospital. «Tengo un contrato de retén y cada día voy conociendo nuevas unidades. Todo el mundo me trata muy bien y todas las enfermeras estamos muy bien consideradas. El tema de la medicación se da todo electrónicamente, nada de papeles como en Sevilla, gracias a una pulsera con un código que lleva el paciente y que se escanea. El margen de equivocación es muy bajo«, dice.

Araceli cuenta que en ese hospital trabajan con ella otras doce enfermeras de su promoción en Sevilla. «Ahora vienen cinco más a las que también se les acabó el contrato en Sevilla». Su idea es volver: «Echo de menos el sol y no me quiero quedar aquí para siempre, pero me dicen que aquí la vida te cambia y ya no quieres volver».

Alejandra tiene 24 años y es sevillana de Santa Justa. «Cuando acabé la carrera me ofrecieron dos meses en Urgencias del Virgen Macarena y ahí se acabó«. Ella también tiene un contrato de retén, es decir, va cada día a la unidad en la que haga más falta. »Imagínate las condiciones que se dan en Sevilla para aceptar un contrato en la otra punta de España y de retén. Conozco a muchas compañeras que no han tenido nunca un contrato de más de tres meses. El primero aquí es de 4 meses y medio«, dice.

Alejandra está contenta en este hospital a pesar de que le cambian el destino casi cada día. «He pasado por cinco servicios diferentes desde el día 15 de septiembre pero hago diez horas de noche y me pagan como si fueran once. Y se trabaja de otra forma, mucho más informatizada. Los recursos son mucho mayores que en Sevilla y se nota. La gente me ha aceptado muy bien, los supervisores son muy cercanos y estoy encantada. Comentamos que teníamos una boda en Sevilla el 1 de octubre y no nos pusieron ningún problema para darnos el fin de semana«, dice.

También cuenta que el Gobierno vasco le hace llegar un cuarto de hora antes para facilitar el relevo a sus compañeros y que nadie salga más tarde de su hora. «Ese cuarto de hora nos lo pagan. Esto tampoco pasa en Sevilla«, cuenta. Los turnos son de mañana, tarde y noche (de 8 a 15, de 15 a 22 y de 22 a 8), a diferencia del Macarena, donde trabajaba doce horas de 8 a 20 horas o de 20 horas a 8) y tenía tres días de descanso. »Los turnos sí eran mejores en Sevilla«, admite.