Sevilla
El Colegio de Ingenieros de Caminos pide un túnel sumergido para la SE-40 o un puente sin pilas sobre el río
En las alegaciones critican que el estudio de impacto ambiental del Ministerio sea insuficiente y que no esté «lo suficientemente estudiado» el gálibo del viaducto
El puente de la SE-40: un proyecto tan viable como «dañino» para el territorio

El Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Andalucía ha presentado una serie de alegaciones al anteproyecto y al estudio de impacto ambiental que el Ministerio de Transportes sacó a información pública para el tramo de la SE-40 entre Dos Hermanas y Coria del Río y que únicamente valora la opción del puente para salvar el río Guadalquivir. En líneas generales, los ingenieros de caminos piden al Gobierno central que tenga en cuenta también soluciones en túnel con otros sistemas constructivos y que se añada también esta opción de cara a la evaluación ambiental. No obstante, también consideran viable la opción del puente, aunque para ello piden que se defina de forma más concreta el gálibo del viaducto -establecido en 70 metros por la autoridad portuaria- y que, además, haya un concurso de ideas y que la infraestructura sea sin pilas en el cauce.
Así, y tras una amplia contextualización de la obra de la SE-40 y del paso del río en este tramo con los antecedentes desde que se proyectó hace ahora 27 años la segunda ronda de circunvalación, los ingenieros alegan hasta cinco cuestiones.
La primera de ellas se refiere a que «no se han estudiado con profundidad en la fase 1 las soluciones constructivas del cruce del cauce mediante túnel». El ente colegial explica que «sólo se ha estudiado la solución túnel existente pese a saber que tenía problemas, limitándose a estudiar un túnel largo y otro corto sin entrar en consideraciones de otro tipo como podría ser el método de ejecución». En este sentido, dejan claro que los túneles sumergidos han sido una solución cada vez más usada en los últimos cien años y que se han construido más de 150 (100 de ellos para redes de carreteras o de ferrocarril) en todo el mundo. «Constituyen una solución muy adecuada para atravesar masas de agua y, una vez completados, el funcionamiento no difiere en nada de cualquier otro túnel aunque se construyan de un modo completamente distinto», señalan los ingenieros.
Por ello, exponen que siempre que hay que cruzar agua hay que plantearse la posibilidad de construir un túnel y que estos pueden realizarse a poca profundidad, «lo que facilita que sean más cortos y sus alineaciones más planas», por lo que «resultan especialmente adecuados para autopistas anchas». Estos, además, «se pueden construir en cualquier tipo de suelo, incluidos los de materiales blandos de aluvión», como es el caso del lecho del Guadalquivir.
Los túneles sumergidos resultan «especialmente adecuados» para autopistas anchas y reducen los retrasos frente a los excavados
Explican, a su vez, que suelen prefabricarse lejos de la zona de instalación y que su construcción suele ir acompañada de proyectos de recuperación del suelo. Así, se decantan por la opción de los túneles sumergidos mejor que los excavados, cuyos problemas retrasan todo el proyecto mientras que los otros, que requieren de dragado de la construcción de los elementos y su instalación, pueden realizarse simultáneamente reduciendo los retrasos. En cuanto al dragado, los ingenieros dejan claro que la tecnología «ha mejorado considerablemente» y que no tiene por qué acarrear efectos negativos en el entorno. Tampoco entienden que deban generar problemas para la navegación ni de escapes, ya que este tipo de túneles son siempre más secos que los excavados porque los elementos se han fabricado en tierra.
Estudio medioambiental
En segundo lugar, califican como «incompleto» el estudio de impacto ambiental del Ministerio porque carece de otra opción distinta a la del puente. Así, el Colegio se pregunta: «¿Qué pasaría si el organismo medioambiental volviera a decir que el puente tiene un impacto visual severo como ya dijo en 2001 con un puente de 50 metros? ¿Qué pasaría si las medidas correctoras para la ejecución de la solución puente constaran más que las obras del puente y equilibraran los costes con la solución túnel?».
Los Ingenieros de Caminos entienden que, con esto, se volvería a la «casilla de salida» y se habrían perdido ya «más de 20 años» sin solución, por lo que piden que se añada alguna otra solución de cruce con túnel en este estudio ambiental.
La opción puente: sin pilas y un concurso
Esta institución recalca que «no está estudiado suficientemente ni documentado el estudio de gálibo del puente, lo cual puede llevar a impedir el crecimiento de éste por la limitación de buques o llevarnos al derroche en el puente por el exceso de gálibo propuesto», que es de 70 metros. Solicitan, de esta forma, un estudio de especialistas en la materia para definir cuál debe ser su altura.
Para la solución del puente, de cara a que éste sea «icónico y extraordinario», piden un concurso con los mejores proyectistas
La cuarta alegación de los Ingenieros de Caminos va en relación a cómo debe ser el puente, teniendo en cuenta la zona en la que se encuentra, que es de alto valor paisajístico. Consideran que la Dirección General de Carreteras debe convocar un concurso de ideas entre los mejores proyectistas de puentes para optimizar la selección de uno que sea «icónico y extraordinario».
Por último, en cualquier caso, el ente colegial deja a las claras que dada la proximidad del puente con el acceso a la esclusa del puerto y las condiciones de navegación, «pensamos que sería un inconveniente el hecho de tener unas pilas en el cauce de agua». Éstas, además, conllevarían a su juicio «que las condiciones hidráulicas de un río empeoran» con la colocación de estas estructuras y que, «pese a que mejoren sus condiciones aerodinámicas, empeoraría la navegación».
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete