salud
José Antonio Pérez Simón: «Con algunas leucemias antes se podía vivir 4 años como mucho y ahora, con las nuevas terapias, casi todos se curan»
El jefe de Hematología del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla se muestra optimista con el vertiginoso avance de la ciencia: «En 1950 se tardaba 50 años en duplicar el conocimiento científico y ahora se hace en cinco meses»
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En 1950 la medicina duplicaba su conocimiento cada 50 años; en 1970 cada siete años; y en 2020, cada cinco meses. Esta predicción forma parte de un artículo científico publicado en 2012 que parece haberse cumplido. «Es tal el crecimiento que está viviendo la ciencia ... médica que creo que hoy quizá Ramón y Cajal no habría conseguido el premio Nobel. Y no porque no fuese el más listo, el más sabio y el más trabajador, sino porque a fecha de hoy el trabajo individual que él hacía ya no te lleva a ninguna parte. Es imprescindible el trabajo en equipo, la interconexión es fundamental y vamos a una superespecialización del conocimiento porque incluso en una pequeña área hay que abordar un formidable desarrollo«.
Son palabras de José Antonio Pérez Simón, jefe de Hematología del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla desde el año 2010 e investigador del Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBIS) especializado en trasplante hematopoyético y terapia celular. En este tipo de terapias, denominadas CAR-T, el avance ha sido espectacular: «En pacientes con leucemia aguda y con expectativas pobres de supervivencia, el 85% ha logrado una remisión completa y dos tercios la mantienen a largo plazo, y por tanto se consideran curados. En los pacientes con linfoma, se logra en el 80%, y el 40% se mantiene a largo plazo. Antes, con algunos tipos de leucemia podíamos aspirar a vivir como mucho cuatro años; ahora muchos pacientes se curan o pueden convivir con la enfermedad y tener una esperanza de vida casi como la del resto de la población«.
Cuenta este experto, que ha colocado, junto a su equipo, al Hospital Virgen del Rocío en la cima de la investigación y aplicación de terapias CAR en España, que «el avance en el tratamiento de tumores líquidos con estas terapias celulares ha sido increíble pero es sólo un ejemplo del avance médico experimentado en los últimos años». Y recuerda que el avance en laboratorio se está trasladando ahora a la clínica en un tiempo récord. «Antes podrían pasar 7 u 8 años desde que un medicamento se probaba con éxito hasta que se uso se extendía en los hospitales, ahora los plazos se han acortado muchísimo».
Pérez Simón explica que la quimioterapia surgió entre la I y la II Guerra Mundial con la mostaza nitrogenada. «Su uso inicial no era curar sino destruir al enemigo pero se descubrió que mataba a las células humanas que más proliferaban, que eran justamente las cancerígenas. Fue un hallazgo casual, no algo que se persiguiese«, cuenta.
El hematólogo lamenta que la ciencia haya estado casi ochenta años dependiendo de la quimioterapia. «Esto es inaceptable pero afortunadamente el paradigma de la medicina ha cambiado. Y ahora somos capaces de ver exactamente qué alteración molecular produce cada tipo de cáncer y en muchos de ellos ya se han generado fármacos específicos«, explica.
El ejemplo más paradigmático de esto se ve en la leucemia mieloide crónica. «Es la primera enfermedad cancerígena en la que se identifica un cromosoma anormal, que se llama cromosoma Filadelfia, porque se descubrió allí. Por dentro del cromosoma ya hay millones de genes y ya se puede llegar a conocer cuál es el gen que se altera en concreto y se ha generado, por primera vez en la historia de la medicina, un fármaco que actúa selectivamente frente a la proteína que genera ese gen«.
Pérez Simón cuenta que se conoce la estructura tridimensional de esa proteína tumoral y se ha diseñado un fármaco que encaja perfectamente en esa estructura y lo bloquea. «Es un hito de la medicina gracias al cual esos pacientes que antes vivían cuatro años ahora viven casi lo mismo que la población en general. Ése fue el primer ejemplo y ahora se está tratando de emular en otras leucemias«.
Lo fundamental en las nuevas terapias contra el cáncer es revitalizar y hacer más preciso al sistema inmunológico, y a ese objetivo van dirigidos muchas investigaciones. El Hospital Virgen del Rocío de Sevilla es uno de los tres centros sanitarios españoles, junto con el Clinic de Barcelona y el San Pau de esa misma ciudad, que fabrican células CAR en sus laboratorios. «Estamos fabricando esos linfocitos CAR con linfocitos del propio paciente, les insertamos la información genética para que reconozcan y destruyan las células tumorales y esos CAR que nosotros fabricamos aquí, en el Instituto de Biomedicina de Sevilla, los traemos al hospital Virgen del Rocío para tratar a pacientes con esas células», cuenta.
Esto supone un gran ahorro de dinero porque estos tratamientos salen muy caros en laboratorios privados. «Hay un ahorro económico muy importante porque en esos laboratorios costaría el tratamiento 320.000 euros por paciente. Y liberamos recursos públicos para otras cosas«, cuenta..
La terapia génica va a ser la otra pata fundamental en la lucha contra el cáncer y otras enfermedades, puesto que con ella se podrán corregir errores genéticos que causan enfermedades. «Podremos evitar muchas enfermedades congénitas que ahora son incurables y descubrir los factores biológicos que nos permiten predecir qué pacientes responderán o no a un tratamiento«, explica Pérez Simón. De esa manera, se podrán corregir para permitir la curación de los pacientes con esos tratamientos que ahora no funcionan.
Más asistencias
El Virgen del Rocío trataba en 2007 a unos 10.000 pacientes hematológicos y ahora esa cifra se ha multiplicado por 3,5 hasta alcanzar los 35.000. «Cada vez vivimos más, somos más viejos, y esto está disparando la incidencia y la prevalencia de enfermedades hematológicas y cancerígenas. Hablamos de pacientes que reciben dos, tres, cuatro líneas de tratamiento cada vez más complejos que por suerte ya no mueren de su enfermedad«, explica el doctor Pérez Simón. «Lo más impactante es la supervivencia de pacientes con mieloma desde 1971 a 2006. También en linfoma y leucemia aguda. Y en la leucemia mieloide crónica hoy sobreviven prácticamente todos los pacientes».
Es el caso de Guillermo, que tiene 52 años y es portavoz de ATMOS (Asociación de Trasplantados de Médula Ósea de Sevilla). Recibió un autotrasplante de médula en 2014 en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Tenía un mieloma múltiple. No tiene cura pero con los nuevos ratamientos han logrado cronificar esta enfermedad. «Llevo 11 años con esta patología aunque sufrí una recaída en 2019. Me tengo que hacer controles cada cuatro meses y estoy en ello, en una ITV como le llamo yo. Los pacientes siempre tenemos ese miedo, esa espada de Damocles sobre nuestras cabezas».
Cuenta Guillermo que se encontraba cansado, sin energía, no veía bien, tuvo neumonía e infecciones recurrentes y tras muchas pruebas, descartando cosas, se llegó al temido diagnóstico de mieloma múltiple. «Empezamos cuanto antes el tratamiento y el trasplante. Si no la detectas rápido, te causa fracturas y ya llegas al tratamiento en peores condiciones y con peor pronóstico«.
No hay una edad más proclive que otra a sufrir una leucemia o un linfoma, salvo que «a mayor edad, mayor riesgo». La media de edad de los linfomas está en los 65 años, una cifra parecida a la de otros tipos de cáncer. Pero, a diferencia del cáncer de pulmón, donde dejar de fumar es clave, no hay muchas cosas que se puedan hacer para prevenirlo. En melanoma también tiene mucha incidencia la exposición al sol, y en los cánceres relacionados con el tubo digestivo, determinadas dietas, pero no se pueden prevenir los linfomas o las leucemias. «Las alteraciones genéticas que condicionan el desarrollo del linfoma y la leucemia se parecen mucho a lo que se produce biológicamente durante el envejecimiento. Por definición, hay mecanismos ligados al envejecimiento y al desarrollo de enfermedades hematológicas. No podemos luchar contra eso, salvo que alguien se invente el Santo Grial y dejemos de envejecer«, explica el doctor Pérez Simón.
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