José María Ribas: «Séneca le aconsejaba a San Pablo en sus cartas que mejorara su latín al escribir»
Profesor titular de Derecho romano y escritor, publica con Almuzara este mes su libro 'Historia desconocida del Nuevo Testamento'

—Usted, sin dudas guiado por su especialidad jurídica, le ha dedicado varios libros de notable seguimiento a los procesos a Jesús de Nazaré. ¿Aporta algo novedoso en el libro referido al tema?
—Presento al lector en forma más asequible mi hipótesis sobre los ... procesos que sufrió Jesús de Nazaret y argumento por qué defiendo que ambos, el judío ante el Sanedrín y el romano ante el prefecto Poncio Pilato, fueron correctos desde el punto de vista del Derecho procesal y penal de la época.
—A mí me sigue pareciendo muy fantástico el episodio de la estrella de Belén. ¿Cómo lo explica usted en el libro?
—Utilizó los estudios de astronomía histórica de José Agustín Arregui, basados en programas informáticos. La hipótesis más probable es que la referencia sea a una conjunción de dos «estrellas errantes» (es decir, dos planetas), Júpiter y Venus, que se produjo y fue visible en una extensa zona el 17 de junio del 2 a.C. Este fenómeno celeste los puso en camino.
—¿Y los magos del relato fueron científicos de la época o nigromantes?
—Es probable que estos personajes procedieran de Babilonia, centro de la astronomía científica del momento.
—Yo desconocía absolutamente la cercanía y correspondencia epistolar entre San Pablo y Séneca.
—De las cartas conservadas, que son 14, doce podrían ser auténticas. Datan de los años 58 y 59 d.C. Séneca demuestra conocer algunas epístolas de Pablo. Se mezclan temas políticos y religiosos e incluso asuntos de la vida personal: hay una alusión al proyectado viaje de Pablo a Hispania.
—Parece que en una de esas cartas se le recomienda a San Pablo que mejorara su latín… ¿Escribía el de Tarso en un latín popular?
—En efecto, en alguna de las cartas Séneca aconseja a Pablo para que mejore su latín escrito: es un indicio más del trato cercano entre ambos personajes.
—La escuela alemana descarta esta relación. ¿Usted en qué bando milita?
—Me inclino por la hipótesis de la autenticidad. Hay varios factores que van en esa dirección. Entre ellos la formación estoica de Pablo, bien conocida, que se trasluce en todos sus escritos; e incluso la común persecución de cristianos y estoicos en Roma a partir del 62 d.C.
—San Jerónimo, por su lado, admitió la autenticidad de este epistolario…
—Es un argumento muy fuerte a favor: estamos ante uno de los filólogos más grandes de la historia, que vivió relativamente cerca de los acontecimientos, al menos más cerca que los eruditos alemanes… Por cierto, que respecto a la figura de San Jerónimo Eslava Galán recientemente ha realizado un ejercicio de ignorancia supina y «escéptica», que explico en el libro.
—Otra de las revelaciones de su libro es la aparición de un tal Galión en Corintio. ¿Quién fue este señor?
—En el 51 d.C., en el transcurso de su segundo viaje, Pablo conoce a un altísimo personaje de orden senatorial: procónsul de la provincia de Acaya. Es L. Iunius Gallio Annaeanus, el hermano mayor de Séneca el filósofo, que había sido adoptado por el retórico Junio Galión, de ahí su nuevo nombre.
—Permítame la osadía. ¿El Apocalipsis es la ciencia ficción del relato teológico del Nuevo Testamento?
—Es el libro profético del Nuevo Testamento, ni más ni menos.
—Es curioso que la Iglesia no se caracterice por defender con fuerza el Apocalipsis. ¿Sabe la razón?
—Por comodidad: a los profetas siempre les ha ido muy mal. Dicen cosas que la gente prefiere no oír. Y ahora estamos instalados en el lema «todo el mundo es bueno».
—¿Jesús fue un antisistema visto desde la perspectiva actual?
—Dado el relativismo y el materialismo que ahora triunfa, su mensaje es claramente revolucionario: es un mensaje sobrenatural de salvación.
—Años después de su muerte en la cruz, se publicó un edicto en Nazaré, tan duro que contemplaba la pena capital para sus infractores. ¿Qué relación tuvo aquella ley con Jesús?
—Puede interpretarse como un indicio de que la Resurrección de Jesús, pasados unos decenios, era admitida por un sector de la población. Es de la época de Nerón.
—¿Los evangelios apócrifos son fiables?
—Se hallan todos publicados y basta su lectura para darse cuenta de que estamos ante relatos legendarios que nada tienen que ver con la seriedad y consistencia de los Cuatro Evangelios.
—¿Los manuscritos de Qumran aparecen en su libro como una parte de esa historia desconocida del Nuevo Testamento?
—Tienen una importancia esencial para conocer el ambiente religioso de la época de Jesús.
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