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El médico que reanimó a su taxista en Sevilla: «No hace falta ser sanitario para salvar la vida de alguien con una RCP»

Fernando Fabiani acudía al hospital Virgen del Rocío para visitar a un familiar cuando el conductor del taxi entró en parada cardiorrespiratoria

Cómo hacer la maniobra de reanimación cardiopulmonar

Salva la vida al taxista que le llevaba al Virgen del Rocío de Sevilla

Fernando Fabiani es autor de varios libros y comunicador de temas de salud con un toque de humor M. J. López Olmedo

R. Vázquez

Sevilla

El argumento da para el inicio de una película, para algunos será obra de un milagro y habrá quien pensará que no existe la casualidad, que el destino, sea cual sea su final, está escrito. Para Fernando Fabiani, lo que le ocurrió este martes por la mañana no es más que el ejercicio de su deber, primero como médico, pero sobre todo como ciudadano. Salvó al conductor del taxi que le llevaba al hospital Virgen del Rocío de Sevilla porque tenía la determinación y los conocimientos para realizar las maniobras de reanimación a una persona que había entrado en parada cardiorrespiratoria pero, insiste, éstas las puede hacer cualquiera con una mínima formación. «No hace falta que la persona con la que te cruces cuando te pase algo de esto sea médico o enfermero, cualquiera que sepa hacer la RCP y usar un desfibrilador puede ayudarte». Estos cursos duran unas cuatro horas, nada comparable con una vida entera que, en algún momento, puede ser la de cualquiera de nosotros.

El otro día le tocó a Fabiani, médico desde hace más de 20 años. Durante su trayectoria profesional, nunca se había visto envuelto en una situación de este tipo fuera de un centro sanitario. Usuario de la bicicleta, el autobús o el metro, este martes acudía apresurado al Virgen del Rocío para visitar a un familiar ingresado. Decidió coger un taxi para acortar el tiempo del trayecto y, ocupado con su teléfono móvil, apenas cruzó palabra con el conductor en los 15 minutos que duró el viaje.

Justo cuando iban a alcanzar el destino, en la avenida Manuel Siurot, Fabiani fue sorprendido por un estruendo fuerte y notó cómo el coche se desestabilizaba. Habían tenido un accidente, pensó. Sin tiempo para recomponerse, vino el segundo impacto. «Me sorprendió que el taxista no intentara frenar o hacer algo para evitar los choques. Lo agarré del hombro, le di la vuelta y comprobé que estaba inconsciente. Estaba seguro de que el accidente no había sido tan importante como para que hubiera muerto. Así que lo saqué del coche y al tiempo que se acercaba el conductor de otro de los coches implicados, comencé a hacerle la reanimación cardiaca. Este masaje es lo más importante cuando ocurre una situación como esta», cuenta el médico.

A los pocos segundos -poco más de medio minuto- el taxista, de 53 años, recobró la consciencia. Fabiani ya había encargado avisar al 061. Al poco, el hombre volvió a entrar en parada y de nuevo fue reanimado con la RCP (reanimación cardiopulmonar). El hecho de que todo ocurriera frente al Centro Regional de Transfusión Sanguínea fue providencial. Un sanitario se acercó al lugar del accidente y Fabiani le pidió un desfibrilador por si era necesario en el caso de que el paciente entrara de nuevo en parada. Y así fue. Hasta por dos veces más. Tras unos breves minutos llegó la ambulancia de soporte vital básico en la que el taxista, acompañado de su cliente y salvador, fue trasladado al hospital, que se encontraba a apenas 100 metros.

Hasta cuatro paradas cardiorrespiratorias sufrió el conductor del taxi, que actualmente se encuentra estable y en estudio en dicho hospital. La hipótesis del médico es que la causa de su mal fueron unas arritmias malignas. En cuestión de milésimas de segundos pasó de la normalidad a la inconsciencia, por eso no pudo hacer nada para evitar el siniestro y ni siquiera avisar a su cliente de que se encontraba indispuesto.

Pasos a seguir en estos casos

Fernando Fabiani es, además de médico de familia, un apasionado del teatro y dirige la dirección artística de la compañía Los Síndrome desde hace años. Experto en coaching y apasionado de la docencia y la comunicación, imparte cursos y participa en programas de radio y televisión convencido del poder del humor como herramienta comunicativa. Es autor de los libros 'Vengo sin cita' (2016) y 'Vengo de urgencias' (2018), su continuación, y un tercero, 'Te puedo hablar claro?' (Aguilar), en el que trata de derribar mitos sobre la salud.

¿Le da esta vivencia con el taxista para un capítulo? «Esta historia tiene entidad propia, merece ser escrita por mí y para mí para que no se emborrone el recuerdo. Además de la satisfacción y la alegría de que ese hombre esté bien, esta experiencia me ha reforzado en mi empeño: hay que transmitir la necesidad de que se aprenda a hacer estas maniobras de reanimación, ya».

El galeno resume los pasos que hay que realizar en el caso de que sobrevenga este tipo de situaciones. Primero, avisar a los servicios de emergencia. Después, realizar el masaje cardiaco al enfermo y, finalmente, hacer uso del desfibrilador.

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