El pabellón de Hungría de la Expo 92 recupera su esplendor
El dueño del edificio, el empresario Mario López Magdaleno, ya había avisado de su restauración
La Junta adjudica la rehabilitación del Pabellón del Futuro en Cartuja, licitada por 2,2 millones de euros

Uno de los pabellones más espectaculares por su belleza en la Expo 92, el de Hungría, ubicado en el Parque Científico y Tecnológico de Cartuja, está recuperando su esplendor con las obras que se están ejecutando en estos momentos con la idea de que vuelva ... a su estado original. El empresario Mario López Magdaleno, presidente de Magtel, adquirió el edificio a título personal a principios del año pasado, siempre, según con sus propias palabras, mantenidas actualmente, con el fin de rehabilitarlo tras muchos años de abandono.
El pabellón, con aspecto de iglesia rural húngara con siete torres, fue construido por Hungría en la calle Marie Curie de la isla de la Cartuja con la firma del afamado y prestigioso arquitecto Imre Makoveczh, fallecido en 2011, e idolatrado por muchas de sus obras, entre ellas por la del edificio mostrado en la Expo 92. Se trata sin duda de una de las joyas arquitectónicas de la Muestra Universal de Sevilla, construido en madera y con una peculiar cubierta revestida de pizarra que asemeja al casco invertido de una embarcación primitiva. Cuenta con siete torres que perforan esa cubierta en forma de casco, dando lugar a siete campanarios que se rematan con elementos decorativos que se inspiran en las iglesias tradicionales húngaras.
El edificio fue levantado sobre una parcela de 1.682 metros cuadrados y con 2.41 metros construidos, tiene autorizado un uso como centro para las innovación y difusión de las nuevas tecnologías hasta el 31 de diciembre de 2031. Hay que recordar en este sentrido que Magtel es un grupo cordobés con actividades en los sectores de la energía, infraestructuras, telecomunicaciones, medio ambiente, ferrocarriles y minería.
Fue la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, tras la polémica surgida por la demolición de varios pabellones de la Expo 92, la que decidió proteger el inmueble incluyéndolo en 2009 en el Catálogo General de Patrimonio Histórico Andaluz, siempre con el fin de evitar cualquier modificación sin el visto bueno de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico, incluyendo la prohibición de desmontarse y trasladarse a otro lugar al estar catalogado.
Sin embargo, a partir de 2013, y tras la quiebra del grupo Zent, empresa dueña del edificio, el inmueble comenzó a sufrir ataques de vándalos, un hecho que obligó incluso a poner rejas en sus ventanas para evitar okupas con una protección especial para que no hubiera robos. Ahora, diez años después, el pabellón de Hungría de la Expo 92 recupera su esplendor con la restauración de la extructura exterior y con un trabajo especializado en madera. Igualmente, se han repuesto las piezas de pizarra de la cubierta, lo que ya resalta sobremanera en la en la calle Marie Curie en la isla de la Cartuja. Lo positivo, en este sentido, es que las primeras impresiones sobre las vigas y estructuras interiores es que parecen en muy buen estado.
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