patrimonio
Pérez-Mallaína: «No hay que pensar qué va a haber en las Atarazanas: basta con que se muestren a sí mismas»
El historiador y catedrático participó en la mesa redonda que Adepa organizó sobre el futuro del monumento y donde pidió la modificación del proyecto de obra relativa a la cota de excavación de las naves y el informe sobre las grietas aparecidas en la Caridad
Rechazo a un museo de arte contemporáneo en las Atarazanas

El catedrático e historiador Pablo Perez-Mallaína ha asegurado este lunes en la Academia Sevillana de Buenas Letras, en la mesa redonda titulada «Las Atarazanas: ¿una obra sin futuro?», promovida por Adepa, que «no hay que pensar qué es lo que va a ... mostrar en las Atarazanas y que basta con que las Atarazanas se muestren a sí mismas». Para uno de los mayores expertos españoles en este monumento, «contar la historia de las Atarazanas es contar la historia de Sevilla y su relación con el Mediterráneo y luego con el Atlántico y América. Después, a la hora de expresar eso de forma museística, se pueden ver algunos ejemplos y seguirlos. Por ejemplo las Atarazanas de Barcelona funcionan muy bien como un museo marítimo. Yo aquí en este caso haría más bien un museo en relación con Sevilla, el mar y América«.
Para este catedrático, escritor e historiador, «el tipo de exposición que haya que hacer para contar ese tema es algo que debe de consultarse a expertos en montaje de exposiciones. Pero una de las formas podría ser, por ejemplo, dejar gran parte del edificio de ladrillo del siglo XIII como una especie de pantalla donde con luz y sonido se cuente la historia del edificio y de Sevilla. También se podrían poner vitrinas. O se puede, incluso, como en Barcelona -añade-, poner en una de las naves una maqueta de gran tamaño de por ejemplo una una galera de las que se construyeron en Sevilla. En Barcelona tenemos la galera de don Juan de Austria«.
Dice Perez-Mallaína que «la temática para mí es clara. El cómo se muestre es una cosa que hay que discutir. Igual se puede hacer la interpretación del edificio en la salas del siglo XVIII y dejar despejadas las partes más antiguas, con los arcos y al fondo la muralla, para disfrutar esos espacios mágicos reforzados por luz y sonido y también usar ese mismo espacio para otros usos. Eso habría que pensarlo«. Y añade: »Sé que en Barcelona quienes montaron la exposición actual fueron los mismos que realizaron la del Pabellón de la Navegación de la Expo92. Igual convendría contactar con ellos«.
José María Cabeza, arquitecto técnico y exdirector conservador del Alcázar de Sevilla, también ha participado en el encuentro e incide en las grietas aparecidas en el Hospital de la Caridad coincidiendo con las obras de rehabilitación de la nave 7, «sin que aún se haya hecho público el informe sobre los mismos explicando sus causas y soluciones. Y sin que este informe, que llevan esperando desde febrero, se haya llevado ni a la Comisión de Patrimonio, ni a la Gerencia de Urbanismo, trabajando, por tanto, al margen de la legalidad«, dice.
En declaraciones a ABC, Cabeza asegura estar convencido de que la intención de la Consejería de Cultura que preside Arturo Bernal «es hacer un centro de recepción turístico en una especie de plaza mayor cubierta, relacionado con temas de arte contemporáneo. Que podrían acoger también la feria de belenes o la feria del libro antiguo, sin un uso concreto, es decir, una especie de edificio multiuso, una miscelánea de cosas en el centro de la ciudad enfocado a los turistas, no a los sevillanos«.
Cabeza añade que «eso, por supuesto, es lícito porque a mí, como patrimonialista, lo que me interesa es el edificio y los usos pueden variar. Ha habido monasterios que se han convertido en residencias de mayores e iglesias que se han transformado en bancos. Eso no es malo, pero debería decirse porque sorprende que una obra que lleva desde enero de 2022, es decir 22 meses, y finaliza dentro de ocho, no se diga qué se va a hacer o se diga que no se sabe qué se va a hacer«. Para este experto patrimonialista «no se puede creer que no se sepa, lo que ocurre es que no se quiere decir, puesto que se están haciendo acometidas, instalaciones de luz, de sonido, etcétera que tienen mucho que ver con el uso que se dé a las mismas«.
José García-Tapial ha planteado este lunes en Buenas Letras uno de los temas surgidos tras el informe del arqueólogo Fernando Amores, que en principio había fijado la cota de excavación en -5 metros, tal y como aparece en el proyecto de obras, «y tras un brevísimo informe la sitúa en -2.4 metros, un cambio que modifica toda la visión del proyecto y que exige una modificación del mismo a presentar ante la Comisión de Patrimonio de Cultura y ante la Gerencia de Urbanismo. Se supone que esta modificación debe estar hecha y se oculta a la opinión pública», asegura.
Fernando Díaz del Olmo destacó que el Guadalquivir, en el tramo histórico de Sevilla, incluyendo el sector de las Atarazanas, «es un meandro, que en la orilla donde estaban los astilleros, desarrolla un proceso sedimentario de acreción y migración de sedimentos inclinados hacía el cauce principal, por lo que deberían haberse hecho ya catas que permitan conocer el nivel de las Atarazanas desde la Muralla Almohade hasta las cercanías de la Calle Temprado«.
La Asociación para la Defensa del Patrimonio de Andalucía (Adepa), organizadora de esta mesa redonda, destaca que «las Atarazanas es uno de los más importantes proyectos patrimoniales de la ciudad realizado de forma conjunta por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, su propietaria, y La Caixa, para después ser gestionada por la Fundación Cajasol. Es el edificio civil más antiguo de Sevilla con tres épocas fundamentales en su historia; la primera en el S.XIII como Astillero Medieval inaugurado en la época de Alfonso X el Sabio, como consta en una lápida. En el S.XVI pasaría a ser Almacén de Indias, manteniendo, no obstante, alguna labor como astillero. Tras la pérdida de algunas de sus naves, que conformaron la Aduana y el conjunto del Hospital de la Caridad, en el S.XVIII se militariza quedando de esta época como elemento fundamental todo el edificio de fachada a la C/Temprado«.
La asociación patrimonialista añade que «tras muchos años de abandono y de alguna obra como el auditorio, que se ha demolido para el actual proyecto, la obra avanza a un ritmo acelerado en las naves de la planta superior, naves que se han elevado en altura y que se supone servirán como salas de exposiciones, conferencias, etc. En la Mesa se destacó la existencia de diversos problemas surgidos desde finales del pasado 2022 sin que hasta el presente se haya reunido la Comisión de Seguimiento de las obras creada a tal fin, ni haya pasado a la opinión pública que soluciones se han dado o se piensan dar«.
Adepa dice que va a exigir la inmediata presentación de la modificación del proyecto de obra en relación con la cota de excavación de las naves y la actuación o no en la nave 7 ante la Comisión de Patrimonio y la Gerencia de Urbanismo, solicitando que en el caso de que no se presente de forma inmediata se ordene la paralización de las obras por su ilegalidad.
También pedirá «la realización de los sondeos necesarios que completen el estudio de la cota de excavación de las naves; solicitará al Juzgado correspondiente su intervención para obligar a la convocatoria de la Comisión de Seguimiento; y pedirá asimismo la presentación ante la Comisión de Seguimiento y la Gerencia de Urbanismo el informe sobre las causas de las grietas aparecidas en el Hospital de la Caridad y de las medidas tomadas para que las obras de las Atarazanas no afecten nuevamente al Hospital. Así como el Proyecto de Obra de reparación de los desperfectos ocasionados«.
Y exigirá a la Consejería de Cultura, Caixa y Fundación Cajasol «la definición del uso del edificio que dé sentido a la obra que se está haciendo, sentido que desde el principio creíamos sería la conexión entre Sevilla, el mar y América«.
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