350 años de San Fernando, el santo que Málaga festejó antes que Roma

LoreLa reina madre, Mariana de Austria, ordenó al cabildo catedralicio de Málaga la octava del 29 de mayo al 5 de junio de 1671 por la canonización de San Fernando, cuya noticia había llegado el 3 de marzo de ese año. El maestrescuela y el arcediano de Antequera se encargaron de organizar una fiesta que incluyó luminarias en la Alcazaba y las casas capitulares, salvas de los cañones de los barcos de guerra en el puerto, fuegos artificiales y repique de todas las campanas de la Catedral –a las que se unieron las de toda la ciudad– en la víspera del 30 de mayo, festividad del nuevo santo. En el templo mayor de la ciudad se levantó un catafalco con tres nichos centrales: el central, para Fernando III, al que ya no había que apodar el Santo sino anteponer el título de santidad a su nombre; y los otros dos para las imágenes en plata de los mártires San Ciriaco y Santa Paula, patronos de Málaga.

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Los Austrias menores buscaban en el siglo XVII un santo rey para equipararse con el San Luis de los Borbones o la Santa Isabel de los Braganzas

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