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Actos vandálicos, desnudos, drogas y peleas en el «botellón diario» de Viapol

Los vecinos no pueden más y lamentan que el Ayuntamiento de Sevilla no aplique la ley antibotellón ya que sigue siendo un problema para la ciudad

Imagen del botellón generado en la calle Balbino Marrón hace unos días ABC

MARÍA JOSÉ MORÓN

Algo más de una década después de que se aprobara la ley antibotellón de Andalucía , el problema de las aglomeraciones nocturnas y sus efectos negativos sigue sin solucionarse. Esta vez lo denuncian los colectivos vecinales de la zona de Viapol que lamentan que la norma autonómica es un «instrumento eficaz», pero el Ayuntamiento de Sevilla, competente de su ejecución, la «está frenando».

Los vecinos de Viapol van a trabajar a diario después de dormir, como máximo, una hora. Los culpables son unos jóvenes que se reúnen de martes a sábado en las calles Balbino Marrón y José Recuerda Rubio , principalmente. Se concentran a partir de las diez de la noche y hacen botellón hasta las cinco de la mañana entre semana y hasta a las ocho de la mañana los fines de semana. «No hay quien se levante al día siguiente, llego cansado al trabajo porque no puedo dormir por el ruido», se queja uno de los vecinos que prefiere no desvelar su nombre.

El botellón que se creaba en el apeadero de San Bernardo se logró erradicar con la aprobación y aplicación de la ley hace más de diez años, pero pronto comenzó a expandirse a las calles aledañas. Viapol es una zona universitaria, con buen acceso al metro y con numerosos locales para fiestas, unos alicientes para los jóvenes que propician este tipo de aglomeraciones. « Actos vandálicos , peleas, consumo de drogas y alcohol por parte de menores, mujeres que se desnudan para hacer sus necesidades, cortes de tráfico, coches discotecas son algunas de las situaciones que te puedes encontrar cada noche en estas calles», denuncia abrumado Gustavo, otro de los vecinos.

Imagen del portavoz de Ciudadanos, Javier Millán, este miércoles junto a los vecinos M.J. López

La acumulación de basura, despercidios y olores, y el ruido hasta altas horas de la madrugada son otros efectos colaterales. «Viapol es una zona considerada acústicamente saturada y con la música y gritos de los jóvenes en el botellón ya no hay forma de conciliar el sueño un sólo día», cuenta Gustavo, quien a su vez dice sentir «vergüenza» porque es un problema que se puede resolver con una simple sanción administrativa.

Los más de 2.000 vecinos de la zona llevan años denunciando esta situación al Distrito Nervión, al Defensor del Ciudadano, al Defensor del Pueblo y al propio Ayuntamiento. Además, aseguran que están cansados de llamar a la Policía Local para que pongan orden. «Nos dicen que intervendrán en cuanto tengan una unidad libre, pero al final no vienen. Algún día habrá algún problema grave, porque algunas personas se han enfrentado a los jóvenes y éstos han respondido a naranjazos ».

No es tanto la botellona, dice esta organización vecinal, como las concentraciones de personas bebiendo en la calle en los entornos de Balbino Marrón y José Recuerda Rubio. La ley antibotellón prohíbe las aglomeraciones para beber en vía pública salvo en los espacios habilitados, «pero el problema de Sevilla es que el Consistorio no ha creado aún el botellódromo y los jóvenes lo buscan en Viapol».

Actuaciones

Entre San Bernardo y la calle Jazmineras existe un solar que pertenece al Ayuntamiento y se usa de forma «indiscriminada» para hacer botellón. «Tenemos vecinos con problemas psíquicos porque hay peleas constantes, malos olores, suciedad, menores bebiendo y gritando», denuncia Francisco Javier, quien asegura que la situación se agrava en invierno por el tema del agua al no estar habilitado como tal.

Los vecinos de su comunidad se han reunido con Inmaculada Acevedo , la delegada del Distrito Nervión, para lanzarle la propuesta de convertir este solar en un aparcamiento regulado. «Además de descongestionar la zona de coches, daría puestos de trabajo y evitaría el botellón en este terreno», explica Francisco Javier.

Asimismo, en la última reunión de la comunidad de vecinos se ha aprobado emprender acciones legales contra el Ayuntamiento de Sevilla, «porque no nos garantizan nuestro derecho al descanso y a la tranquilidad».

Los residentes y empresarios de las calles Balbino Marrón y José Recuerda Rubio también están recogiendo firmas para luchar contra la movida nocturna . La intención es presentarlas en el Ayuntamiento para que actúen en consecuencia según marcan las leyes.

El NH Viapol , el hotel de la Avenida Ramón y Cajal que hace esquina con Balbino Marrón, se suma a la recogida de firmas para poder ofrecer un buen servicio a sus clientes. Las habitaciones están insonorizadas pero el ruido es inevitable y se cuela en el establecimiento. Además los vigilantes de seguridad se han tenido que enfrentar en más de alguna ocasión para evitar que los jóvenes se orinen en los jardines que rodean al hotel.

En un día en el que Sevilla ha sido elegida por la famosa guía de viajes, Lonley Planet , como la mejor ciudad para visitar en el 2018, es «desagradable que los turistas se lleven esta imagen tan lamentable de la capital andaluza», apunta una vecina.

Apoyo de Cs

Los residentes de la zona de Viapol se han echado a la calle este miércoles por la mañana para expresar su rechazo a la «movida» juvenil y sus efectos negativos, y reclamar una respuesta por parte de la administración local.

El portavoz de Ciudadanos, Javier Millán , se ha hecho eco del clamor de los vecinos y ha denunciado que «existe un botellódromo urbano tolerado por el Ayuntamiento». Según el líder la formación naranja, hay una dejación de funciones «evidente» a costa del derecho al descanso de los vecinos. «Está claro que hay que conciliar el ocio con el descanso, pero el Ayuntamiento no puede permitir que se vulneren los derechos básicos », añade.

Millán señala que hay una desidia por parte del Consistorio y se ha permitido que poco a poco haya una afluencia de público en horas y lugares que están prohibidas por ley. «No se puede tolerar estos problemas de inseguridad, insalubridad y de ruido . Juan Espadas debe ser consciente, asumir responsabilidades y tomar medidas porque este vecindario debe descansar», concluye.

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