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Tribunales

El acusado de matar de 40 puñaladas a su exmujer en Lebrija culpa a la víctima de su muerte

Manuel Rodríguez ofrece una sorprendente versión exculpatoria sobre cómo pudo morir María del Castillo Vargas

Manuel R.M., acusado de asesinar en diciembre de 2015 a su expareja, María del Castillo Vargas EFE/Raúl Caro

SILVIA TUBIO

Una sala de vista de la Audiencia llena de público ha escuchado este jueves la esperada declaración de Manuel Rodríguez , de 41 años, acusado de haber matado a su exmujer en diciembre de 2015. Un atroz crimen ocurrido en Lebrija que cerró la fatídica estadística de víctimas de la violencia machista de ese año en la provincia sevillana.

La vista oral arrancaba este jueves después de que el pasado lunes se constituyera el tribunal del jurado. El acusado se enfrenta a penas que van desde los 31 años de cárcel que solicita la Fiscalía a los 33 que demandan la acusación particular y la popular que ejerce la Junta de Andalucía. La Administración andaluza, además, reclama la inhabilitación de la patria potestad de los hijos del procesado durante cinco años y la prohibición de acercarse a ellos y a la familia de la víctima durante el mismo periodo.

Manuel Rodríguez se sienta en el banquillo por los delitos de asesinato, allanamiento de morada, quebrantamiento de condena y malos tratos. Según la Fiscalía y las acusaciones, este vecino de El Cuervo asesinó en la madrugada del 9 de diciembre de 2015 a su expareja María del Castillo Vargas , de 37 años y madre de sus dos hijos que por entonces tenían 11 y 7 años. La víctima recibió 40 cuchilladas y fue lanzada desde el balcón de la primera planta de su vivienda. Su pareja, que admitió después del crimen «que le iban a caer 15 años, pero que se había quitado un problema del medio», ha ofrecido este jueves una versión exculpatoria en la que ha culpado a la fallecida de su propia muerte.

Dice que ella se hirió y se tiró por el balcón

«Es imposible que yo le hiciera eso a mi mujer », ha dicho el acusado, quien sostiene que aquella noche acudió a la vivienda de María del Castillo, que ya había presentado la demanda de divorcio, para hablar con ella. «Me había pasado antes por su trabajo pero me dijo que fuera a casa más tarde, que no podía atenderme ahora».

Sobre las 4.30 horas trepó por la fachada de la vivienda y tras saltar al balcón, accedió al salón del inmueble donde la víctima se encontraba durmiendo. Según Manuel, la víctima le estaba esperando despierta. «Había llamado antes a la puerta y como vi luz y nadie abría decidí entrar por la ventana».

El escenario del crimen momentos después de conocerse la fatal noticia ABC

El acusado ha asegurado que la víctima la atacó primero con un cuchillo que él le arrebató y que ella acabó hiriéndose en mitad del forcejeo. Sin embargo, no ha explicado cómo María del Castillo podía presentar 40 cuchilladas. Manuel Rodríguez, que sólo ha respondido a las preguntas de su abogada, ha afirmado que fue ella quien se lanzó por el balcón y que él asustado, decidió tirarse también para ver cómo estaba. Fue entonces cuando se rompió la muñeca.

Sin perdón ni arrepentimiento

Sin ningún atisbo de arrepentimiento y con cierta altanería enfrentándose incluso a un policía local que ha declarado como testigo, el acusado no ha pedido perdón en ningún momento. Ese funcionario policial, que sacó de sus casillas al acusado, fue uno de los agentes que lo acompañó a curarse y sin admitir lo que acababa de hacer, sí le dijo una frase que copó los titulares de la prensa hace dos años: «A mi me da igual, me van a caer 15 años pero me he quitado el problema de encima».

Según consta en el sumario, dos meses antes de su muerte María del Castillo había decidido poner fin a una relación que se había desarrollado «en un continuo clima de violencia , insultos, amenazas y humillaciones». El instructor de la Guardia Civil que dirigió las diligencias policiales recordaba en el juicio un mensaje de voz que le envió uno de los hijos a María del Castillo y en el que le advertía que su padre le había dicho «que si la veía con otro novio, le cortaría el pescuezo».

La víctima había denunciado dos veces a su exmarido y había presentado la demanda de divorcio tras 25 años de convivencia: «Si no eres para mi, no eres para nadie», le dijo él

Esta víctima de la violencia machista llegó a denunciar a su exmarido en dos ocasiones. En octubre de 2015, Manuel fue condenado a nueve meses de prisión por un delito de lesiones. Días después, el 17 de noviembre, María del Castillo Vargas presentaba la demanda de divorcio.

La fallecida interpuso la última denuncia sólo unos días antes de ser asesinada. El 26 de noviembre el acusado se había personado en su casa «empujando violentamente la puerta y diciéndole ¿qué pasa con el moro? ¿Qué tienes tonterías con el moro? ¿Tú sabes lo que va a pasar? A mi me da igual, tú sabes lo que te va a ocurrir, lo sabes. Si no eres para mi, no eres para nadie». El acusado ha admitido en su declaración que al entrar en la vivienda le arrebató el móvil para escuchar los mensajes de voz que tenía. Sospechaba que María del Castillo acababa de iniciar una nueva relación.

El 27 de noviembre, doce días antes del crimen, el juzgado de Lebrija dictaba una orden de alejamiento que no sirvió para proteger a esta mujer.

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