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Entrevista

Alberto Carretero: «Sevilla necesita y merece un festival de música como el de Salzburgo»

El compositor sevillano Alberto Carretero ultima su ópera sobre la bella Susona que estrenará en Maestranza en 2020

Alberto Carretero en el barrio de Santa Cruz de Sevilla Rocío Ruz

Jesús Álvarez

Alberto Carretero (Sevilla, 1985) cursó Composición con Premio Extraordinario Fin de Carrera en el Conservatorio Superior de Música «Manuel Castillo» de Sevilla . También es ingeniero informático con premio extraordinario por la Universidad de Sevilla , licenciado en Historia y Ciencias de la Música (Universidad de la Rioja), graduado en Periodismo (Universidad Rey Juan Carlos de Madrid), postgraduado en Composición Musical (Conservatorio Superior de Aragón de Zaragoza), máster en Creación e Interpretación Musical y doctor en Artes con Sobresaliente Cum Laude.

Ganador de los premios «Caja Madrid», «Injuve», «Real Maestranza» y «Antón García Abril», entre otros, ha estrenado algunas de sus obras en el Carnegie Hall de Nueva York y el Centro Pompidou de París . El 2 de julio de 2020 hara lo propio en el Teatro de la Maestranza con «La bella Susona», una ópera concierto en la que lleva años trabajando.

Sevilla es escenario de más de cien óperas. ¿Se podría aprovechar más para dar a conocer la ciudad y aumentar su peso artístico en el mundo?

Sin duda. Creo que habría que hacer que Sevilla sea una ciudad de la opera viva. No sólo una ciudad museo, que lo es por su belleza, y de la que uno no se cansa nunca, pero también una ciudad viva, para lo cual no basta con que otros compositores nos miren recordando nuestra historia sino que seamos también productores de óperas, creadas con Sevilla, vinculadas a Sevilla o producidas en Sevilla. También que se exporten puestas en escena nacidas en Sevilla, los músicos nacidos en Sevilla o que mantengan algún cordón umbilical con la ciudad.

El Maestranza se planteó hace bastantes años abrir el teatro en verano para programar operas con precios más populares que la abrieran a otro público más amplio. Sin embargo, no se hizo.

Y lo lamento porque Sevilla necesita y merece un gran festival de verano, como sucede en Salzburgo , otra ciudad de la música, y otras muchas capitales europeas. No sé si debería hacerse en julio o en septiembre los años que no hubiera Bienal de Flamenco , pero debería hacerse, sin duda, con música clásica y contemporánea y óperas de todo tipo. Uno de sus objetivos sería dar a conocer las últimas creaciones de los últimos directores de escena, compositores y músicos. Yo programaría óperas como «Carmen» o «Don Giovanni» , pero también otras de reciente creación para que el repertorio esté vivo.

Varios informes de auditorías muy solventes aseguran que por cada euro que se invierte en temas culturales, retornan tres a la ciudad.

Eso es algo que a veces se olvida. Se tiene la idea general de que la cultura es algo exclusivamente placentero , para el ocio, pero se olvida que la cultura es lo que nos hace humanos y eso crea una educación que, al final, acaba repercutiendo en la economía.

¿Nos faltan luces largas en lo relativo a políticas artísticas?

Estamos mejorando pero nos falta la consolidación. Somos cortoplacistas y debemos planificar lo que queremos ser de aquí a dos décadas.

Barenboim dice que la ópera y la música clásica seguirán siendo elitistas hasta que no se enseñan en los colegios.

Las enseñanzas artísticas han sido ignoradas en España y la ópera se sigue considerando como algo elitista, de la burguesía. Eso está superado: uno va a la ópera de París y se ve que el público no es así y que hay jóvenes. Allí la gente va a la ópera como ir al cine.

¿Y la música contemporánea?

La música contemporánea se considera ya la élite máxima. Se dice que son unos ruiditos, un arte raro sólo para expertos, cuando la música contemporánea es la que siempre se ha consumido. Hoy es la música comercial que nos bombardea por la radio y la televisión, que la hay buena y mala, pero que es, en general, de usar y tirar. En el Barroco tampoco era todo Bach lo que llegaba a la gente sino cosas mejores.

Todo es muy efímero actualmente.

Lo efímero me parece bello como concepto. Pero lo efímero que luego tiene una resonancia. Lo interesante es la memoria de lo efímero. En un restaurante de música rápida no nos va a quedar un recuerdo, pero una comida en un buen restaurante la recordaremos siempre. Si se va al teatro o a la danza a ver una gran obra, eso se recuerda siempre. Sevilla sabe mucho de lo efímero, va en su cultura y tradición, como la Feria de Abril. Sevilla es un elogio a lo efímero pero es tan hermoso que ese carácter efímero renace, crece y se alimenta. Y tiene una repercusión y resonancia en lo que vuelve a nacer.

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