#ArchivoABCsev: ¿Qué invasión sufrió Sevilla en 1810 que tuvo fin con la Batalla del Puente de Triana?

Nuestra ciudad tuvo un papel importante en la Guerra de la Independencia, además la resistencia del sur de España comenzó a organizarse desde tierras hispalenses. La Junta Central se trasladó a Sevilla tras la conquista francesa de Madrid. Constituyéndose de esta forma la Junta de Sevilla (Suprema Junta de Gobierno de España e Indias), que tenía como lugar de reuniones el antiguo colegio de San Hermenegildo, en la plaza de la Concordia de Sevilla , aunque cambió en varias ocasiones de sede según fuera avanzando el imperio francés en la guerra.

A mediados de mes de enero invadieron Córdoba, lo que puso en alerta a los sevillanos. Por ello, las congregaciones religiosas, hermandades, cofradías y la gente pudiente de la época comenzaron a poner sus pertenencias a salvo . Sevilla no estaba mal defendida, contaba con murallas bien conservadas y con 300 cañones, por tanto existían posibilidades de éxito al enfrentarse a las tropas napoleónicas, pero el desenlace no fue el esperado.

Según los registros, el 24 de enero de 1810 los sevillanos se formaron una asamblea en las Atarazanas, donde se ubicaba la Real Maestranza de Artillería de Sevilla, para organizar la guerra contra los galos. La Junta se trasladó al Alcázar, desde donde comenzó a gobernar ordenando la movilización en toda Andalucía, requisa de caballos, fortificaciones defensivas y dictó las normas de combate sobre la base de guerrillas para hostilizar a los franceses con el menor número de bajas propias.

Cuando el 30 de enero las tropas de Napoleón se encontraban en Alcalá de Guadaíra , los vecinos formaron los pelotones, y para defenderse se hicieron con fusiles y piezas de artillería. La provincia de Sevilla entonces se convierte en uno de los lugares elegidos para que las tropas españolas se preparen para una de las batallas más importantes de toda la Guerra de la Independencia, que iba a tener un resultado que cambiaría el curso de la historia. Los ciudadanos y campesinos se armaron y se convirtieron en auténticos expertos , poniendo en marcha por primera vez en la historia una táctica bélica que después se terminaría llamando « la guerra de guerrillas» . En este contexto surge también un grupo que ha quedado para la historia y cuya participación fue realmente clave para que los españoles se impusieran en la Batalla de Bailén , hablamos de los garrochistas.

En ese momento histórico España se encontraba dividida y algunos pensaban que lo mejor era convertirse en un satélite de Francia. Entre estos afrancesados, destaca de nuevo la provincia de Sevilla con un utrerano cuya leyenda se ha agigantado a lo largo de la historia, el abate Marchena . José Marchena fue uno de esos personajes irrepetibles que de vez en cuando la caprichosa historia crea en el lugar y en el momento equivocados. Marchena se convirtió en un «afrancesado» y en un defensor a ultranza de los valores promulgados por la Ilustración.

La guerra de guerrillas de los garrochistas no fue suficiente en Sevilla. Muchas fortificaciones eran improvisadas y no estaban lo suficientemente organizadas para soportar y menos vencer al imperio francés. Por ello, el Cabildo General de Sevilla se reunió el 31 de enero, con el ejército francés ya a las puertas, para acordar las capitulaciones de la ciudad. Para ello estuvieron presentes el gobernador militar Eusebio de Herrera, el asistente interino Joaquín Leandro de Solís y el procurador mayor de la ciudad, Joaquín Goyeneta y Jacobs. Seguidamente fueron hasta Torreblanca de los Caños, el actual barrio de Torreblanca, y pactaron con los franceses, lo que evitó un desenlace sangriento .

Más tarde, y motivo por el que dedicamos esta semana el serial histórico a este hito, el 1 de febrero los franceses conquistan la ciudad de Sevilla, dirigidos por el mariscal Claude-Victor Perrin y por José Bonaparte. Éste último, en una carta a su ministro de guerra afirmaría:

José Bonaparte incluyó Sevilla en su lista de ciudades conquistadas y, por ello, se celebró un baile de gala en su honor en el Archivo de Indias. Los cronistas de la época cuentan que para el festejo se decoró el edificio, ocultaron las famosas estantería del archivo con tapices y colgaron lujosas lámparas de araña.

Bajo el mandato de José Bonaparte en España y teniendo a Joaquín Goyeneta como corregidor de Sevilla, lo que equivale al actual alcalde , Sevilla sufrió bastantes cambios, las iglesias y congregaciones religiosas fueron las más afectadas. Por un lado fue demolido el convento de la Encarnación , donde hoy en día encontramos las famosas setas, y en ese espacio se construyó un mercado; desde entonces este enclave sevillano se dedica plaza de abastos.

En 1811 se cerraron la iglesia parroquial de la Magdalena , que trasladó la sede a la iglesia del convento de San Pablo, y la iglesia parroquial de Santa Cruz , que trasladó la sed a la iglesia del convento del Espíritu Santo.

Por otro lado, el convento del Carmen , que actualmente es el Conservatorio Superior de Música Manuel Castillo, en la calle Baños, fue desamortizado y convertido en cuartel militar hasta los años 70 del siglo XX . El templo del convento, de finales del siglo XVI y considerado como uno de los más hermosos de la ciudad, es un lugar tan oculto que ni siquiera existen fotos públicas. Gran parte del recinto fue demolido para habilitar las dependencias militares pero la torre, un campanario barroco del XVII, con decoración del XVIII, está en ruinas y desmochado por un intento de derribo que no llegó a culminarse.

Las iglesias y los conventos no fueron los únicos perjudicados, en ess años Sevilla sufrió uno de los mayores expolios de la historia . En estas páginas repasamos la crónica de cómo las tropas napoleónicas incautaron las obras de los más grandes pintores y las inventariaron en el Alcázar. Hasta 999 cuadros fueron birlados por las tropas napoleónicas a la ciudad de Sevilla , entre ellos: 82 zurbaranes, 74 de Valdés Leal, 43 murillos (varias Inmaculadas)… el expolio artístico de los franceses que doscientos años después aún se mantiene repartido por el mundo.

Con la intención de crear un Museo Real donde se reunieran las obras de arte más notables de España, el ministro afrancesado Mariano Luis Urquijo lanzó una real orden conminando a las instituciones a enviar a dicho museo lo más granado de su patrimonio. Urquijo mandó reunirlas en los salones del Real Alcázar para hacer inventario antes de su partida. Podría ser un número simbólico, nadie lo sabe, pero los franceses depositaron en el Alcázar un total de 999 cuadros en 39 salas , desde el propio Murillo a Zurbarán pasando por Herrera, Alonso Cano, Valdés Leal o Rubens, como se aprecia en este gráfico .

La Guerra de la Independencia se prolongaría hasta el 27 de agosto de 1812, cuando los españoles consiguen expulsar a los franceses con ayuda británica en la Batalla del Puente de Triana , pero ese es un episodio que repasaremos más adelante. Las tropas napoleónicas, tras haber azotado a toda Andalucía y del hambre y las penurias que trae consigo una guerra, cayeron en un terrible combate que se libró entre Triana y La Cartuja. Por el notable papel que tuvo Sevilla en la guerra, el 13 de octubre de 1817 le fue concedido el título de «Muy Heroica» por el Rey Fernando VII.