Historia de Sevilla
Recordamos cómo era la plaza de la Encarnación antes de las 'Setas' el día que cumplen once años
Este viernes 27 de mayo se cumplen 11 años de la inauguración del polémico mirador 'Metropol Parasol', conocido popularmente como las 'Setas'

Tal día como hoy, 27 de mayo pero del año 2011, en el solar del antiguo mercado de abastos de la plaza de la Encarnación se inauguraba el polémico mirador Metropol Parasol, conocido popularmente como las 'Setas' de la Encarnación . La inmensa estructura ... con diversos usos se alzaba en el Centro de la ciudad suscitando todo tipo de opiniones. Más de treinta años tardó Sevilla en encontrar un proyecto para ese enclave, y en él se invirtieron 86 millones de euros, aunque la factura final de la intervención rebasó esta cifra. Cabe destacar que es una de las mayores estructuras de madera del mundo.
Como es costumbre cada viernes, cumpliendo con una efeméride, recordamos pasajes de la historia de Sevilla apoyándonos en nuestro archivo gráfico. ¿Cómo era la plaza de la Encarnación antes de la construcción de las 'Setas'?
En la imagen principal que abre este reportaje vemos el imenso solar ocupado al completo por el antiguo mercado de abastos de la plaza de la Encarnación, construido a principios del siglo XIX, durante la invasión francesa. Encajado entre las calles Regina, José Gestoso, Laraña, Puente y Pellón e Imagen encontramos el antiguo complejo que fue derribado en el año 1973. Esta vista aérea data del año 1920, cuando el mercado estaba en pleno funcionamiento. De esas décadas, en las que los sevillanos acudían a diario a este enclave a hacer la compras, contamos con una imagen muy conocida: la fuente llamada 'Pila del pato', en el centro del mercado.

Este elemento barroco, que casi pasa desapercibido, es una de las joyas del patrimonio sevillano por antigüedad. De hecho, es la fuente pública más antigua de Sevilla y fue instalada en la Plaza de la Encarnación en 1729, durante el reinado de Felipe V . Como refleja la imagen, realizada por Serrano en 1930, fue rodeada por los puestos de la antigua plaza de abastos de la Encarnación, donde los sevillanos iban a comprar carne, pescado, frutas y verduras. En la fotografía podemos ver detenidos junto a la fuente a varios transeúntes y a un tendero ataviado con su delantal, inconfundible uniforme de trabajo.
En segundo lugar, rescatamos una de las imágenes que conocerán los amantes de la historia de Sevilla por ser un hito que no se ha vuelto a repetir : la gran nevada del año 1945 . Un anticiclón desviado desde el norte de Europa trajo al sur la nieve y la ciudad quedó cubierta de blanco por completo. Es muy curioso ver los setos de los jardines cubiertos de nieve, los bancos, ya desaparecidos, y a unos ateridos sevillanos intentando no resbalar por los adoquines.

En esta otra imagen vemos la plaza a pie de calle, como la verían los sevillanos a partir del año 1948 . Se derribó la mitad del mercado para hacer una plaza ajardinada ante Puente y Pellón. El ensanche frente a la fachada del mercado se parecía mucho a la filosofía de ciudad que muchos abanderan hoy en día: zonas verdes con fuentes, jardines cuidados y lugar de asueto de los sevillanos .

De la antigua jardinería de la plaza no queda casi nada. Los espacios verdes que se organizaban en torno a la fuente central, y que constituían una isla rodeada de tráfico, han quedado reducidos a pequeños parterres, jardineras y zonas con árboles: inmensos ejemplares de laurel de indias, varios cocos plumosos, plátanos de sombra y naranjos.

Pasaron los años, y el mercado, debido a su deterioro, fue derribado y fue trasladado de manera provisional al espacio ubicado entre la calle Regina y la calle Alcázares, en el año 1973. Aunque el objetivo era reconstruir la plaza y modernizarla, nuestro solar protagonista ha sido pasto del olvido durante décadas .
Más de treinta años tardaron las administraciones en ponerse de acuerdo sobre el uso al que iban a destinar este inmenso enclave en un lugar privilegiado. En primer lugar, tras el derribo, la zona se llenó de pastos, de chabolas donde vivían personas sin techo y fue un foco de problemas para la ciudad. De hecho, tal y como publicó este periódico el 10 de julio de 1979, debido a que crecía la maleza y se secaba con las altas temperaturas sevillanas, proliferaban los roedores, y servía de inmenso basurero . «El solar del antiguo mercado incrementa su peligrosidad en el verano como foco de incendios. Tuvieron que acudir los bomberos para sofocar las llamas de los arbustos prendidos y evitar males mayores en viviendas y comercios cercanos».

En segundo lugar, tal y como muestra la imagen anterior, la explanada fue destinada a aparcamiento de vehículos . El solar baldío fue explanado y vallado con cartelas publicitarias que afeaban el entorno y ocultaban a la vista la acumulación de vehículos. Sevilla entonces, al igual que ahora, contaba con problemas de estacionamiento para aquellos que iban al Centro y por ello se le dio este uso durante muchos añoa, afeando sobremanera el Casco Histórico de la ciudad, sobre todo siendo consciente en la actualidad, del tesoro que se ocultaba debajo.
Las siguientes imágenes que encontramos en el archivo corresponden a esos hallazgos que suceden en urbes milenarias. En el solar resultante, una vez descartado el aparcamiento en superficie, aparecieron restos arqueológicos de considerable importancia , unos pertenecientes al convento de la Encarnación, previo a la instalación del mercado, y otros más antiguos, pertenecientes a la época romana y a la almoha de .
La historia antigua de la ciudad

Entre los restos más interesantes, además del ábside de la basílica paleocristiana y la casa de las columnas, hay 15 espacios de mosaicos , la casa de las basas y la casa del mosaico de los nudos. Una casa almohade se iba también a conservar por tratarse de un edificio prácticamente completo, provisto de patio, peristilo y con todas sus crujías. Bajo este yacimiento, uno de los más importantes de la Roma del siglo IV, subyace los restos de la Roma Imperial del siglo I y II después de Cristo.
El hallazgo de vestigios del pasado de Sevilla en supuso un antes y después en el desarollo de este enclave. El proyecto del mercado como se había planeado inicialmente no era posible . Por ello, la remodelación de la plaza hasta la elevación de las seis setas que albergan el Antiquarium, el mercado y el mirador , no estuvo exenta de polémica.

El asunto copaba las páginas de los medios sevillanos día tras día por la demora de las obras y encontrábamos voces enfrentadas con respecto al futuro de la misma. Por un lado, «los conservacionistas» de los restos arqueológicos encontrados y los placeros que defendían el mercado oficial para desarrollar su oficio en puntos de venta óptimos. Los años de la preparación de la Expo 92 y los posteriores supusieron un parón importante, ya que sólo se trabajó tímidamente en algunas excavaciones arqueológicas.

En el mandato municipal comprendido entre los años 1999 y 2003, bajo el alcalde Monteseirín , el PA propuso levantar un nuevo mercado, con un aparcamiento subterráneo. Esta iniciativa no planteaba conservar los restos arqueológicos encontrados bajo el solar. Este proyecto comenzó y las obras fueron paralizadas con la cimentación del futuro edificio a 32 metros de profundidad y una rampa de acceso desde la calle Imagen.

En el siguiente mandato, una vez Monteseirín se hubo sacudido la coalición con los andalucistas para gobernar el Consistorio Hispalense, se rechazó el proyecto anterior a pesar del coste de las indemnizaciones por renunciar a un plan de esa envergadura y del presupuesto ya invertido. Esta vez se optó por otro proyecto que sacase a la luz las valiosas huellas del pasado , la llamada 'colonia Hispania', catalogada como el yacimiento romano más importante de Sevilla.

Parte de los sevillanos seguían sin estar convencidos con este segundo proyecto y se celebraron varias movilizaciones y concentraciones de las voces discordantes con lo decidido.
ABC publicaba entonces: «Continúan apareciendo restos de gran importancia, se habla de muchos y buenos mosaicos; algunos, de tipo geométrico, eran visibles desde un lateral del yacimiento romano. Se trabaja a mucho ritmo y con bastantes operarios. Lo que más llamaba la atención es lo que hace una grúa, la más alta de todas. Trabaja encima de una casa romana (pero no para consolidarla); es la que se conoce con el nombre de la Casa de la Noria. Allí irán los pilotes de otra de las setas gigantes porque sus cimientos necesitan muchos metros cuadrados para que quede bien plantada. La concentración muy minoritaria, mostraba una pancarta que ya no es la de «Queremos ver, queremos saber», sino aquella que dice: «Otra Encarnación es posibe». Allí estaba el placero Paco, el Carnicero, observando dónde se apilaban las cajas con material arqueológico : «¿Dónde irán? ¿Dónde se repondrán?».

Sin embargo y tras unos años de espera, el solar del antiguo mercado se volvió a edificar. En el 2004 se llevó a cabo un concurso internacional de ideas para la rehabilitación de la plaza, que ganó el arquitecto alemán Jürgen Mayer . Como ya sabemos, su proyecto, llamado 'Metropol Parasol' consistía en una estructura de acero con forma de grandes setas apoyada sobre pilares de hormigón. Pero hubo que desistir de la idea original de estructura metálica por las variaciones de dilatación que presentaría en verano y reconvertirla en armazón de madera.
Su construcción, iniciada en junio de 2005 y terminada en marzo de 2011, ha permitido albergar en un solo recinto el nuevo mercado de la Encarnación y diversos locales comerciales y de restauración, así como un mirador y un museo arqueológico llamado 'Antiquarium'.

La ejecución del proyecto Metrosol Parasol supuso la peatonalización casi completa de la antigua Plaza de la Encarnación, que era un importante nudo de comunicaciones y cabecera de numerosas líneas de la red municipal de autobuses, cuyas paradas se trasladaron a la vecina Plaza Ponce de León.
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