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VA COMO INVESTIGADO

El ascensorista del Valme declara hoy en el juzgado por el accidente que costó la vida a Rocío Cortés

La Policía Nacional concluyó que se debió a un fallo humano

En el Hospital de Valme este verano una joven madre murió por mor de una avería en el ascensor VANESSA GÓMEZ

ABC

La juez de Instrucción número 1 de Sevilla tomará declaración como investigado hoy jueves al operario de la empresa encargada del mantenimiento de los ascensores del Hospital Virgen de Valme donde el pasado 20 de agosto de 2017 falleció la joven Rocío Cortés cuando era trasladada tras dar a luz a su tercer hijo, todo ello después de que la Policía Nacional concluyera que el accidente se debió a un «fallo humano» del ascensorista.

De este modo, y tras recibir el oficio del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional en relación al accidente, la magistrada ha citado a declarar hoy en calidad de investigado, a partir de las 11 horas, al ascensorista de la empresa de ascensores Orona , identificado como F.C.D.. Además, la juez ha citado a las 9.30 horas como testigos a dos peritos de Atisae , la entidad encargada del informe pericial sobre el estado del ascensor, según han señalado a Europa Press fuentes del caso.

En el atestado policial, fechado el 11 octubre de 2017 los agentes concluyen que, «tras haberse descartado los fallos mecánicos, eléctricos y electrónicos del ascensor (...), la única hipótesis factible de la causa del fatal accidente es un fallo humano producido por una manipulación incorrecta del ascensorista de Orona, F.C.D.».

Los agentes señalan que, en su declaración policial, este operario manifestó que sobre las 14.30 horas del 20 de agosto se encontraba en su oficina del centro hospitalario y, tras recibir la llamada de la centralita del hospital indicando que un ascensor se encontraba bloqueado, se dirigió a la sala de máquinas, ubicada a 5,77 metros de la oficina.

De este modo, y cuando se encontraba frente a los cuadros de mando, «antes de que le diese tiempo a manipularlos, escuchó un fuerte ruido que le extrañó », por lo que «bajó corriendo a ver qué había ocurrido, encontrándose en la segunda planta del hospital con la víctima atrapada entre las puertas del ascensor», indica la Policía.

Tras observar el registro de llamadas de la red corporativa del hospital, los agentes observan que «hay un intervalo de unos tres minutos, desde que el ascensorista recibió la alerta de la centralita hasta que se produjo el accidente, tiempo suficiente para producirse algún tipo de manipulación en el centro de control del ascensor».

En estos tres minutos «no se tiene constancia de las actuaciones llevadas a cabo por el ascensorista», resaltan los agentes. A ello se suma, según la Policía, que « no se ha podido explicar cómo se produjo el desbloqueo del freno del ascensor que provocó la subida del mismo a gran velocidad y con las puertas abiertas», de forma que «la única hipótesis que no se ha podido comprobar es la de que se produjese apertura del freno de mano».

Esta técnica, según explican los agentes, «consiste en accionar manualmente la palanca de freno del ascensor para hacer que este se eleve cuando se encuentra atrapado entre dos plantas», y se utiliza «de manera habitual por los ascensoristas».

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